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Rusia acusa a EE UU de provocación tras el conflicto de Georgia

Medvédev afirma que las presiones sobre Moscú no tendrán el efecto deseado.- Los ministros de Exteriores de la UE, reunidos en Aviñón, acuerdan el envío de observadores independientes a la región

El presidente ruso, Dmitri Medvédev, ha acusado hoy a Estados Unidos de provocar a Moscú al utilizar barcos de guerra para entregar ayuda humanitaria a su aliada Georgia. Las declaraciones del líder ruso se han producido el mismo día en que los ministros de Exteriores de la Unión Europea han autorizado el envío de una "misión independiente" a Georgia para vigilar el retiro de las tropas rusas de los territorios ocupados.

Medvédev ha advertido de que las presiones políticas sobre Moscú no surtirán el efecto deseado, al referirse a las declaraciones de varios miembros del Gobierno de Washington.

"Me pregunto que sentirían ellos si ahora despachamos asistencia humanitaria al Caribe, que sufre el paso de un huracán, usando nuestra Armada", ha dicho Medvédev durante la reunión del Consejo de Estado, dedicada a la situación en el mundo tras el conflicto de Georgia, informa RIA Novosti. Por otra parte, ha denunciado que Georgia sigue recibiendo armas bajo la "tapadera" de la ayuda humanitaria. "Es de lamentar que continúe el suministro de armas al régimen georgiano, también con la tapadera de la ayuda humanitaria", ha declarado.

En todo caso, el presidente ruso ha querido dejar claro que Moscú no apuesta por la confrontación. "Confirmo nuestra disposición a desarrollar relaciones equitativas y cordiales, basadas en las normas de Derecho Internacional", ha afirmado.

Las tensiones entre Moscú y Occidente se han distendido hoy después de que la Organización para la Seguridad y Cooperación (OSCE) informara de que Rusia está permitiendo a sus observadores circular libremente por Georgia.

Investigación formal

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En tanto, en la ciudad francesa de Aviñón, los ministros de Exteriores de la Unión Europea, que hoy han concluido una reunión informal de dos días, han apoyado el lanzamiento de una investigación internacional sobre la responsabilidad de la crisis de Georgia y han aprobado el envío de una misión de observadores a la zona del conflicto.

A juicio del jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, "tenemos que encontrar la manera de salir de la crisis bien", es decir, "que se sepa bien cómo se han desarrollado los acontecimientos, las respuestas de cada uno, y que no haya un deseo de ir más lejos por ninguna de las partes en conflicto". De ello, y de las reuniones de los próximos días, dependerá "mucho" el futuro y la profundidad de las relaciones que la UE y Rusia empezaron a construir sólo un mes antes de la crisis, a través de un acuerdo de cooperación cuyas negociaciones han sido ahora congeladas.

Este lunes se espera la visita relámpago a Moscú y a Tbilisi de la misión conformada por el presidente francés, Nicolás Sarkozy, Solana, y el presidente de la Comisión Europea, Joao Barroso, para evaluar el cumplimiento del pacto de alto el fuego entre Rusia y Georgia.

La reunión de Aviñón ha dado un respaldo unánime a las líneas generales de la misión de observadores, que será aprobada formalmente por los ministros de Exteriores el próximo día 15 en Bruselas, aunque el alcance de su trabajo dependerá de los resultados del viaje de los líderes europeos.

Hace falta esperar a las reuniones del lunes y ver "cómo se puede desplegar la misión" de observadores internacionales, ha informado Solana en la conferencia de prensa final. Ha explicado luego que "lo más importante ahora es que haya una retirada de las fuerzas rusas" de la llamada "zona de seguridad", una pequeña franja situada en territorio georgiano al sur de Osetia del Sur.

"Esta zona no estaba definida, ha sido definida ahora por las fuerzas rusas. Nuestra determinación es que (las tropas rusas) tienen que retirarse de esta zona y que nosotros estaríamos dispuestos a hacer un trabajo de observación y clarificación", ha indicado el responsable europeo.

La misión europea de observación tendría entre 100 y 200 integrantes, y se desplegaría de forma gradual en el territorio de georgiano que no es Osetia del Sur, región secesionista a la que sólo entraría con consentimiento ruso.

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