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Socios a pesar de todo

Los desencuentros políticos y los contenciosos históricos no logran opacar el mejor momento de las relaciones comerciales entre Chile y Perú

Política y economía discurren por caminos distintos. Al menos, ésa es la tónica de la relación entre Perú y Chile, dos vecinos que se miran con recelo desde la guerra del Pacífico, que estalló en 1879 y terminó en 1883, y cuyas heridas ?sobre todo en Perú, el país derrotado? no terminan de cicatrizar, pese a los 126 años transcurridos. Pero mientras las relaciones políticas parecen entrampadas, el dinero habla otro lenguaje y las relaciones comerciales están en su mejor momento.

El 2008 fue un año especialmente complicado en las relaciones bilaterales. Empezó con la demanda que Perú presentó el 16 de enero en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, para que ésta defina las diferencias respecto a la frontera marítima entre ambos países, y terminó con la difusión de un vídeo en el que aparecía el comandante general del Ejército peruano, Edwin Donayre, comentando en una reunión informal que había dado directivas para que "chileno que entre no sale, saldrá en cajón. Y si no hay suficientes cajones, en bolsas de plástico". Las declaraciones fueron colgadas en YouTube y desataron indignación en Chile, que llegó a exigir, a través de la presidenta, Michelle Bachelet, y el canciller, Alejandro Foxley, la destitución del general. Días después, el canciller peruano se atrevió a comentar sobre las compras de armamento chilenas, y sugirió que se anule la ley reservada del cobre, que asigna un 10% de las ventas de ese mineral para el Ejército chileno, lo que fue duramente criticado en Chile, que lo consideró una intromisión. En medio, nunca faltan disputas acerca de temas tan diversos como la denominación de origen del pisco ?un licor destilado de uva? e, incluso, de la papa.

Pese al recelo con que se miran, Chile y Perú han aprendido a ser socios y en 2008 el intercambio comercial entre ellos alcanzó los 3.000 millones de dólares. "En el aspecto político diplomático hay resentimiento en ambas partes luego del tema Donayre, la actitud de Foxley y la cercanía del asunto de La Haya, así que las cosas están frías", señala un periodista peruano afincado en Santiago de Chile. "Pero", acota, "en el ámbito comercial, todo marcha sobre ruedas".

Perú tiene a su favor la balanza de exportaciones, Chile invierte desde hace varios años millones en empresas peruanas en sectores como el comercio, la aviación comercial, la agricultura y la energía. Las principales tiendas por departamentos que operan en Perú son chilenas, y también lo es, desde 2007, la cadena de supermercados más exitosa y tradicional del país. En cambio, los restaurantes de comida peruana figuran entre los más destacados de Chile, que además acoge a unos 80.000 inmigrantes peruanos, la gran mayoría dedicados a oficios de bajo nivel. Sin embargo, nunca faltan episodios que contaminan las relaciones bilaterales.

"La relación, debido a temas históricos y a que somos países limítrofes, siempre tendrá momentos de fricción y grados de irritación", declaró hace poco Hernán Somerville, director del capítulo chileno del comité empresarial chileno-peruano, al diario El Comercio de Lima. El año 2009 no pinta mejor en el lado político, debido a que en marzo está previsto que Perú sustente su reclamo en La Haya, el siguiente paso de un proceso que las autoridades peruanas estiman demorará por lo menos cinco años más. Pero en aspecto económico, tampoco parece que la situación vaya a cambiar mucho, más allá de los efectos de la crisis mundial. Somerville añade que "los empresarios chilenos creen en la institucionalidad peruana, en las reglas del juego claras. Están muy satisfechos con el manejo macroeconómico, lo ven con buenos ojos y por eso invierten en el Perú".

No falta de ambos lados posturas radicales que alientan la polarización, como la del ex candidato a la presidencia peruana, el nacionalista Ollanta Humala, o algunos políticos chilenos que incluso han sugerido poner las relaciones "en el la congelador". Sin embargo, la diplomacia peruana espera que los incidentes recientes no contaminen la sociedad. Los lazos del dinero son, simplemente, demasiado fuertes.

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El presidente de Perú, Alan García, besa la mano de la mandataria chilena, Michelle Bachelet, durante una cumbre celebrada en Lima en mayo
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