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Argentina se vuelca en el entierro del 'padre de la democracia'

Pueblo y políticos radicales y peronistas se unen en el sepelio de Alfonsín

Unos 70.000 argentinos despidieron entre el miércoles y el jueves los restos de su ex presidente Raúl Alfonsín (1983-1989), que fue enterrado en el cementerio de la Recoleta, en Buenos Aires. No se congregaba tanta gente para despedir a nadie en Argentina desde 1974, cuando dos millones de personas dijeron adiós al entonces jefe de Estado, Juan Domingo Perón.

"Su legado, democracia, libertad, igualdad y justicia, acompañará futuras generaciones", dijo el miércoles en un acto oficial en el Congreso, frente al féretro de Alfonsín, el vicepresidente de Argentina, Julio Cobos, radical como el ex líder fallecido el martes a los 82 años. La presidenta de este país suramericano, la peronista Cristina Fernández de Kirchner, no pudo asistir porque se encontraba en Londres en la cumbre del G-20, pero adelantó su regreso para el jueves, en lugar de hoy, para saludar a la familia de Alfonsín.

En nombre del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, vino al funeral uno de sus antecesores, José Sarney (1985-1990), otro de los oradores de la ceremonia en el Congreso. Alfonsín y Sarney fueron los primeros presidentes democráticos de sus países después de las sangrientas dictaduras que los asolaron. Ambos terminaron con la rivalidad, incluso militar, que había entre Argentina y Brasil, y sentaron las bases de una alianza bilateral que en 1991 derivaría en Mercosur. Sarney destacó la "visión de estadista" de Alfonsín y su influencia en el proceso democratizador de Latinoamérica y en la integración regional. "Entra en la historia como el apóstol de la democracia. Nos deja el legado de haber elevado su voz de fuego y libertad", destacó Sarney de "uno de los hombres públicos más importantes de las Américas".

Unas 40.000 personas desfilaron el miércoles ante el ataúd de Alfonsín y otras 30.000 ayer, pese a la lluvia que caía sobre una Buenos Aires otoñal. Después le siguió el acto en el Congreso, al que asistieron familiares y políticos de todos los partidos. Allí habló primero el vicepresidente del Gobierno de Alfonsín, Víctor Martínez, que recordó que militaron juntos desde jóvenes en la Unión Cívica Radical (UCR) y calificó al ex jefe de Estado como "padre de la democracia". Además, destacó al hombre que impulsó los juicios contra los jefes del antiguo régimen y firmó la paz con Chile, después de que casi se entablara una guerra en 1978 por cuestiones limítrofes: "Fue un pacifista por naturaleza, lo demuestran sus esfuerzos nacionales e internacionales. Es difícil congregar palabras cuando nos traiciona el sentimiento". También se emocionaron en sus discursos el jefe del grupo radical en el Senado, Ernesto Sanz, y el presidente de la UCR, el también senador Gerardo Morales. "Gracias, Raúl, por enseñarnos que se puede ser político y decente, por enseñarnos a creer en la política y la solidaridad, por honrar la vida y la paz", lagrimeó Morales.

El único orador peronista del acto, Eduardo Fellner, presidente de la Cámara de Diputados, destacó tres enseñanzas de Alfonsín: "La militancia, el diálogo y las convicciones". En lo que pareció una defensa del actual Gobierno, caracterizado por el enfrentamiento con los opositores, Fellner observó que "el diálogo no siempre es consenso, sino también disenso". Alfonsín, antes de la crisis económica del final de su Gobierno, también tuvo roces con la Iglesia católica, los militares y la aristocracia rural.

En cambio, Cobos, ex aliado de Fernández, había destacado horas antes en la radio que Alfonsín había buscado en su gestión "el diálogo, la unión y el consenso", y le había pedido antes de morir que trabajara por la unidad del radicalismo. Cobos fue expulsado del partido en 2007 por encolumnarse detrás del peronismo que conduce Néstor Kirchner. Ayer fue el último orador del acto en el Congreso: "Ciudadano Alfonsín, nuestro presidente, querido Raúl, te decimos hasta siempre porque sabemos que lo encontraremos cuando la República lo necesite".

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Después se celebró una misa en la escalinata del Parlamento, frente a 12.000 personas, la mayoría radicales, que gritaban que volverán a gobernar Argentina. Laura Marchesse, una joven trabajadora social que se acercó a la plaza de los Dos Congresos, comentaba entre la muchedumbre que había asistido "para despedir a alguien que trabajó mucho por la justicia social". La misa fue celebrada por tres obispos, uno de ellos, el primo del ex presidente, José María Arancedo. Tras la ceremonia religiosa, la multitud acompañó el catafalco arrastrado por un camión militar hasta el cementerio de la Recoleta, donde los restos fueron sepultados en un pabellón junto a otros líderes históricos de la UCR, como su fundador, en 1890, Leandro Alem, y el ex presidente argentino Hipólito Yrigoyen (1916-1922 y 1928-1930).

Miles de personas en Argentina han despedido con un emotivo homenaje al llamado padre de la democracia de ese país. Los restos mortales del ex presidente Raúl Alfonsín han recibido honores de Estado antes de ser sepultados en Buenos Aires. Dirigentes de la política nacional han destacado sus esfuerzos por la paz y por la integración de la sociedad argentina.Vídeo: AGENCIA ATLAS

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