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Battisti dice que prefiere el suicidio a la extradición

El ex activista de izquierda radical italiano teme que Brasil no le conceda el estatus de refugiado político

El ex activista de izquierda radical italiano Cesare Battisti prefiere el suicidio a la extradición, ante el temor de que la justicia brasileña le entregue a Italia y no le conceda el estatus de refugiado político en los próximos días, según afirma en una entrevista publicada ayer en Paris Match.

"Siempre pensé en el suicidio como en una decisión absurda, nunca la consideré como un acto de coraje", declaró Battisti desde prisión, pero ahora, agregó, "lo visualizo como una posibilidad. No quiero dejar a los otros, a la justicia italiana y al Gobierno italiano, decidir sobre mi propia muerte".

El ex activista, que se encuentra cerca de Brasilia en un sector especial de la cárcel brasileña de Papuda destinado a ex policías, está condenado en rebeldía a cadena perpetua por la corte de Milán (norte de Italia).

Atentados

Battisti, de 54 años, formó parte del grupo Proletarios Armados por el Comunismo (PAC), un brazo de las Brigadas Rojas muy activo en Italia en la década de los setenta que fue acusado de diversos atentados.

En 1990 obtuvo refugio en Francia, fue juzgado en ausencia en su país en 1993 y huyó de París en 2004, después de que las autoridades galas anunciaran su disposición a entregarle a Italia. Tras su captura en Brasil, Italia pidió su extradición, pero el pasado enero el Gobierno le concedió la condición de refugiado político, a la espera de que el Tribunal Supremo de Brasil confirme la decisión.

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Battisti, por su parte, ha negado siempre ser culpable de los cuatro asesinatos que se le imputan. "No niego todos los delitos de los que se me acusan, pero nunca he matado. Formé parte de una organización armada, participé en operaciones de autofinanciación, atraqué e hice todo lo que era necesario para mantener una organización armada con muchos clandestinos", apuntó. De los meses que vivió como fugitivo en Brasil, que calificó de "odisea", Battisti recordó que se sentía "acosado" al saber que era vigilado día y noche.

Battisti relató cómo un hombre próximo al Gobierno del ex presidente francés François Mitterrand (1981-1995), al que se refirió como "el hombre de la sombra", contactó con él y le facilitó el pasaporte que le llevó a Brasil, donde fue detenido en marzo de 2007.

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