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Rusia obtiene luz verde para un gasoducto a través de aguas turcas

El South Stream constituye una importante victoria en la lucha de Moscú por mantener sus posiciones dominantes en los suministros de gas a Europa

El primer ministro ruso, Vladímir Putin, llegó este jueves a Ankara, donde firmó una serie de acuerdos con su colega Recep Tayyip Erdogan, el principal de los cuales es para Moscú el permiso turco para que South Stream -el gasoducto que evita el territorio ucranio en su tránsito a Europa y que de hecho es un competidor del Nabucco- pueda tenderse en las aguas territoriales turcas. En Ankara se esperaba también al jefe del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, ya que el South Stream será construido conjuntamente por la italiana ENI y la rusa Grazprom.

Rusia había entregado la petición oficial para realizar trabajos en las aguas territoriales turcas en dos oportunidades anteriores, pero Ankara le había denegado el permiso basándose en formalidades. La reticencia de Turquía al proyecto South Stream es comprensible, ya que ella misma participa en el proyecto Nabucco, propiciado por la Unión Europea y destinado a llevar gas del Caspio sin pasar por territorio ruso.

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Ahora, Berlusconi y Putin han logrado por fin doblarle la mano a Erdogan y convencerlo que dé luz verde a la construcción de un gasoducto que no conviene a Ankara. Para Rusia la alternativa es construir la parte que debe pasar por el fondo del mar Negro en aguas territoriales ucranias, pero dadas las complejas relaciones entre Kiev y Moscú y el cuasipermanente estado de guerra en la esfera del gas hacen prácticamente imposible la obtención del permiso correspondiente.

La capacidad de South Stream será de 63.000 millones de metros cúbicos de gas al año que correrán desde la costa rusa a Bulgaria o Rumania para luego seguir hacia el sur de Italia y también a Austria. Se calcula que el coste será cercano a los 8.600 millones de euros. Los rusos confían en poder comenzar los estudios geológicos en las aguas territoriales turcas este mes y el tendido subterráneo, el año próximo.

Importante victoria

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La obtención de la luz verde turca para el South Stream constituye una importante victoria en la lucha de Rusia por mantener sus posiciones dominantes en los suministros de gas a Europa. Cerca de un tercio del gas que consumen los europeos es de origen ruso, y Bruselas ha tratado de diversificar las fuentes de procedencia de este combustible con el fin de disminuir la dependencia de Rusia -para algunos países europeos es mayor al 90%- y minimizar los problemas que surgen cada año con los suministros que pasan por Ucrania. El Kremlin, a su vez, se esfuerza por diversificar las rutas de exportación, ya que hoy cerca del 70% del gas que vende a Europa pasa por territorio ucranio.

Entre los otros 15 documentos que firmaron durante la visita de Putin, figura un protocolo de colaboración en el campo del petróleo que prevé la creación de un grupo de trabajo para estudiar la conveniencia de que Rusia se una al proyecto Samsun-Ceyhan, un oleoducto destinado a aliviar el tráfico de los congestionados estrechos del Bósforo y los Dardanelos. El comienzo de la construcción de este oleoducto de 555 kilómetros y una futura capacidad de 1,5 millones de barriles diarios que llevará el petróleo desde Turquía a los mercados europeos está prevista para principios de 2010. Los operadores de este proyecto de cerca de 3.000 millones de euros son la italiana ENI y la turca Calik Energy. Rusia hasta ahora no quería unirse al Samsun-Ceyhanb, pero, por lo visto, es una de las condiciones para obtener la luz verde para el South Stream.

Más concesiones

Otra concesión rusa será la firma de un protocolo para la segunda línea del Blue Stream, gasoducto que va por el fondo del mar Negro a Turquía. El aumento del volumen de combutible será de 6.000 millones de metros cúbicas anuales con la posibilidad de suministros por la segunda línea no sólo a Israel, sino también a Europa.

Se espera asimismo la firma de un protocolo de colaboración en la esfera de la energía atómica, que prevé la construcción, por parte de los rusos, de la primera central nuclear en Turquía. El documento determina los trabajos en los que se empleará empresas constructoras turcas y fijará las condiciones de un crédito para financiar las obras.

Turquía planea construir cuatro bloques generadores de 1,2 gigavatios cada en la costa mediterránea, a unos 200 kilómetros de distancia de Antalya. El consorcio ruso-turco que explotará la central calcula que el precio de la eletricidad generada será de 0,1065 euros el kilovatio. Hoy en día la mitad de las necesidades de electricidad de Turquía son cubiertas por centrales térmicas a gas. Ankará planea construir tres plantas atómicas de aquí al año 2013.

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