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Los judíos españoles denuncian el resurgimiento del antisemitismo

El 46% de la población tiene una visión desfavorable de los israelitas

Hace más de cinco siglos que los Reyes Católicos expulsaron a los judíos de España, pero el antisemitismo no sólo no se mitigó sino que 507 años más tarde aún se manifiesta este tipo de actitudes de odio hacia los hebreos. Opiniones que parten desde el prejuicio y desconocimiento de la cultura judía. Ésta fue la principal denuncia que se ha puesto sobre la mesa durante las dos jornadas del II Seminario Internacional sobre Antisemitismo, que concluyó ayer en Madrid.

Un debate milenario con altas dosis de complejidad tanto por sus enrevesadas disputas históricas como por la precisión que requieren los términos clave de la discusión. "Hay que dejar espacio a una crítica al Gobierno de Israel sin traspasar la línea roja", deslizó Ana Salomón, embajadora en misión especial para las relaciones con la comunidad y las organizaciones judías. "Es fundamental diferenciar entre la crítica política y la difamación antisemita", postuló Alejandro Baer, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y coordinador del seminario.

Uno de los principales vectores de las charlas fue la estrecha relación entre antisemitismo e islam. "Hoy existe en el mundo islámico una judeofobia de nuevo cuño", reveló Jacabo Israel Garzón, presidente de la de la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE). Alfonso Merlos, profesor de la IE School of Communication, pasó a la ofensiva: "Cuando uno es musulmán no se puede poner encima de la mesa los conceptos de democracia y libertad".

La voz de los musulmanes se quedó en el limbo al no participar ningún representante en esta mesa redonda, ya que la persona invitada no pudo acudir, según la organización.

Entre dogma y dogma surge la pregunta de -cómo se construye ese sentimiento antisemita si los judíos son cuasi invisibles en España (unos 40.000)- Los judíos confesos que asistieron al seminario admitieron no haber sufrido ningún episodio desagradable por el hecho de ser judíos. Los tópicos entran en juego ante el vacío informativo en torno a esta materia, según Baer.

"El antisemitismo en España existe, pero no es preocupante", puntualizó José Juan Toharia, presidente de Metroscopia. En el Código Penal español el odio está considerado como agravante, pero su aplicación es inapreciable. "Apenas hay formación sobre antisemitismo en el ámbito judicial", apostilló José María Contreras, director general de relaciones con las confesiones.

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Varios ponentes echaron mano de un estudio del instituto estadounidense de investigaciones Pew Research Center elaborado en 2008, cuya conclusión es que el rechazo a judíos y musulmanes ha crecido en Europa en los últimos cuatro años, y en España, principalmente, en relación con los judíos.

La publicación señala que el 46% de los españoles, el 36% de los polacos y el 34% de los rusos ven desfavorablemente a los judíos. Mientras que esto mismo lo piensa el 25% de los alemanes y el 20% de los franceses. "Una sociedad antisemita es una sociedad enferma. Es una lacra", promulgó Masha Gabriel, directora de Radio Sefarad.

"El antisemita de ahora jamás reconoce esa condición. Antes lo manifestaba a los cuatro vientos. Los judíos han pasado de la visibilidad voluntaria a la transparencia involuntaria", aseguró Uriel Macías, asesor del seminario.

Las discusiones también pusieron el énfasis en el origen de estas actitudes de odio hacia los judíos. Uno de los rescoldos de antisemitismo que perdura en España se vislumbra en el término judiada. Buceando por la última edición de la RAE aún aparece esta palabra para definir una acción mala que tendenciosamente se consideraba propia de los judíos.

"El sustrato católico está muy presente a la hora de hablar del judío", manifestó el coordinador del seminario. El antisemitismo de raíz católica se puso sobre la mesa como uno de los orígenes de esta actitud contra los judíos. El papa Juan XXIII eliminó de la oración del Viernes Santo la expresión "pérfidos judíos", y el Concilio Vaticano II, de 1962, subrayó las afinidades entre cristianismo y judaísmo, superando el antisemitismo que ha caracterizado al catolicismo histórico.

El seminario sirvió para lanzar el primer Observatorio de Antisemitismo de España, que será el canal donde denunciar los actos de rechazo a los judíos.

Esta institución nace con el objeto de despertar la atención y la conciencia social en cuanto a los eventos de carácter antisemita en España, a la vez que abre una ventana más para la lucha contra la intolerancia de toda índole. "Existe una falta de reconocimiento de las instituciones a las víctimas de los delitos de odio. Por eso es fundamental la creación del Observatorio", celebró Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia.

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