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El congreso del partido gubernamental ruso muestra la unidad entre Medvédev y Putin

La armonía entre el presidente Dmitri Medvédev y el primer ministro Vladímir Putin ha quedado hoy sábado de manifiesto -tanto visualmente como en el contenido de los discursos- en el congreso del partido gubernamental Rusia Unida, que se celebra en San Petersburgo, la ciudad a orillas del Nevá de donde provienen los máximos dirigentes del país.

Medvédev y Putin han entrado juntos y sonrientes en la sala, e inmediatamente después de abrir el congreso, el primer ministro -que es también el líder de Rusia Unida- ha concedido la palabra al presidente, que en un breve discurso se ha concentrado en las tareas estratégicas del país y en la necesidad de avanzar hacia la democracia, llegando incluso a hacer una crítica bastante transparente de los métodos censurables usados en las elecciones pasadas. Putin, por su parte, se ha extendido en los problemas concretos de Rusia y su gente, en la política económica y social, complementando lo dicho por Medvédev en su reciente discurso sobre el estado de la nación y apoyando las ideas de éste.

"Las elecciones deben ser el reflejo de la voluntad popular, una competencia de ideas y programas" y no convertirse "como a veces sucede" en un reemplazo de "los procedimientos democráticos por los administrativos". "Hay que liberarse de los malos hábtios políticos", ha dicho Medvédev. El presidente ha señalado que "democracia existe, al fin y al cabo, no para los partidos -gubernamentales o de oposición-; la democracia existe para los ciudadanos" y ha exhortado a "aprender a ganar en un lucha abierta".

Imposible no ver en estas palabras una alusión a las pasadas elecciones municipales y regionales, celebradas el 11 de octubre y en las cuales oficialmente Rusia Unida arrasó. Sin embargo, las manipulaciones y falsificaciones directas fueron tales, que no sólo protestaron los partidos de oposición, sino incluso los que apoyan al Kremlin, como Rusia Justa, liderado por el presidente del Senado, Serguéi Mirónov. Los diputados de este último partido, junto con los comunistas y liberaldemocráticos -los únicos, además de Rusia Unida, que tienen representación parlamentaria- llegaron a boicotear el trabajo de la Duma Estatal y han abandonado la sala de sesiones en señal de protesta, algo sin precedentes en la 'era Putin'.

El hecho de que Medvédev, que no es miembro de Rusia Unida, haya pronunciado estas palabras en un acto al que había sido invitado por Putin, es una clara señal de que se habían puesto de acuerdo antes. Como también lo habían hecho sobre los discursos que pronunciarían, primero Medvédev sobre el estado de la nación el 12 de noviembre pasado, y ahora Putin.

Medvédev ha insistido hoy en la necesidad de modernizar el país y realizar cambios estructurales en la economía rusa para que no sea tan dependiente de la coyuntura de los mercados mundiales.

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Una economía "atrasada, basada en las materias primas, no garantiza un crecimiento sustancial y establa del bienestar nacional", ha señalado el presidente. Por ello, "el país necesita una nueva economía, inteligente, basada en la superioridad intelectual" y "dirigida al mejoramiento constante de lacalidad de vida de la gente a través de la creación de nuevas tecnologías".

Putin ha hablado, como el mismo ha reconocido, de "cosas bastante aburridas", relacionadas con la economía y los programas sociales del Gobierno. El primer ministro se ha extendido en los éxitos obtenidos en el año que la crisis mundial llegó a Rusia, subrayando que se logró evitar el colapso del sistema bancario y que no se permitió quebrar a ninguna de las empresas vitales para Rusia, al tiempo que se hizo todo por evitar que cayera el nivel de vida de la gente.

Ha prometido continuar la política antiinflacionaria, recalcando que la inflación de este año, que será de un 9,6% o algo mayor, pero sin llegar al 10%, es todavía demasiado alta, aunque menor que la del año pasado, que fue del 13,3%. Ha dicho que el Gobierno dará más dinero para los programas de empleo y lucha con el paro, así como para las principales universidades; que aumentará el presupuesto militar y el destinado al desarrollo de las ramas de altas tecnologías, así como las pensiones. Rusia está decidida a salvar la industria automotriz y particularmente la gigantesca empresa AvtoVAZ, fabricante de los Lada, a la que le espera "profunda modernización".

La caída del producto interno bruto será de un 8-8,5%, señaló Putin, y ha dicho que la tarea era recuperar los niveles anteriores a la crisis en dos o tres años. Los programas para estimular la economía y lograr terminar con la recesión actual continuarán.

Hablando de energía, Putin ha anunciado la próxima entrada en funcionamiento de un nuevo oleoducto que llevará el petróleo siberiano al Pacífico y ha manifestado que una de las tareas más importantes es unir los sistemas de transporte de gas que Rusia tiene en su territorio europeo y asiático, con el fin de conseguir una mayor movibilidad de los recursos.

La impresión que han dado los máximos dirigentes de Rusia en sus intervenciones y su comportamiento en el congreso del partido gubernamental es que no tienen diferencias entre ellos -por más que los politólogos gasten gran parte de sus energías en buscarlas- y que comparten plenamente la visión sobre el país y su futuro.

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