_
_
_
_
_

El ex guerrillero Pepe Mujica, a un paso de la presidencia de Uruguay

Sucederá en la presidencia a Tabaré Vázquez tras los comicios del domingo

Hay poca emoción y ninguna incertidumbre en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Uruguay. En Montevideo incluso han desaparecido los puestos callejeros de los partidos y los carteles en las ventanas que le dieron chispa a la primera vuelta, el pasado 25 de octubre. Todas las encuestas y sondeos están de acuerdo y nadie parece tener la menor duda: este domingo José Pepe Mujica, candidato de la coalición de izquierda Frente Amplio, será elegido presidente de Uruguay, con una diferencia de entre 7 y 9 puntos sobre su competidor, Luís Alberto Lacalle, del Partido Nacional.

La campaña de los dos candidatos ha tenido pocas sorpresas. La de Mujica se ha centrado en ofrecer continuidad para un proyecto ya en marcha. El Frente Amplio gobierna desde hace cinco años y bajo la presidencia de Tabaré Vázquez (que no se puede volver a presentar, pero que conserva niveles de popularidad superiores al 60%) ha logrado un crecimiento económico espectacular (más del 6% anual) y una considerable reducción de la pobreza.

Lacalle, de 68 años, que fue presidente de 1990 a 1995, basó su oferta en una promesa de reducción de impuestos, que ha despertado más inquietud que apoyos. Uno de sus grandes errores, según muchos analistas, fue anunciar que utilizaría una "motosierra" para recortar el gasto público. Otro, calificar de "cueva" la pequeña granja en la que vive Mujica, a las afueras de Montevideo. Su gran talón de Aquiles ha sido, sin embargo, las acusaciones de corrupción que rodearon su anterior etapa presidencial.

Pepe Mujica, de 74 años, uno de los principales dirigentes del movimiento guerrillero tupamaro, que le costó largos años de cárcel y terribles torturas durante la dictadura militar (1973-1985), es uno de los políticos más queridos de Uruguay, pero también un senador peculiar, de estilo campechano y hablar directo, que le ha ocasionado frecuentes problemas. De hecho, sus asesores se negaron en redondo a que participara en un debate televisado, mano a mano con su competidor.

Durante la primera vuelta, se publicó un libro de conversaciones en el que el candidato criticaba todo y a todos, incluidos los suyos. Tabaré Vázquez reaccionó con disgusto y Mujica y el Frente tuvieron que emplearse a fondo para asegurar que no habría cambios en la línea económica y financiera, basada en el apoyo a la inversión extranjera. Sobre todo, Mujica ha tenido que hacer frente a las dudas de la oposición sobre su convicción democrática.

El 25 de octubre, Mujica obtuvo el 48,16% de los votos y Lacalle un 28,09%, lo que unido a los votos del tercer candidato, Pedro Bordaberry, del Partido Colorado (16,6%), dejaba a la oposición en una comprometida posición cara a la segunda vuelta. El resultado personal de Lacalle fue especialmente malo y su partido perdió varios miles de seguidores, que se pasaron, casi en bloque, a los colorados. Un nuevo resultado por debajo incluso de las encuestas, haría, probablemente, que Lacalle tuviera que dejar paso en la dirección del Partido Nacional al candidato a vicepresidente, Jorge Larrañaga, que se podría convertir en el verdadero interlocutor del futuro Gobierno Mujica. Igualmente, reforzaría el papel de Pedro Bordaberry, de 44 años, hijo del dictador del mismo apellido, que se ha hecho con la dirección del Partido Colorado y ha moderado su mensaje. Su padre, Juan María Bordaberry, enfermo, cumple condena domiciliaría por crímenes cometidos durante los primeros años de la dictadura.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Convencidos de que Mujica ganará este domingo las elecciones, los analistas dedican casi más tiempo a analizar la posible composición de su futuro Gobierno que a calcular porcentajes. El candidato ya ha asegurado que la dirección económica estará en manos del vicepresidente, Danilo Astori, que fue ministro de Economía con Tabaré Vázquez y que compitió con el propio Mujica en las elecciones internas del Frente Amplio.

Astori representa la continuidad e inspira más confianza que Mujica en los medios financieros uruguayos, relativamente inquietos ante el toque "izquierdista" que pueda dar el nuevo presidente a la legislatura. Todo dependerá, sin embargo, de la relación de fuerzas dentro del propio FA y del poder que conserve en la organización Tabaré Vázquez, el actual presidente. El FA consiguió el pasado 25 de octubre mayoría en las dos cámaras, Congreso y Senado, pero sus responsables ya han anunciado que desean mantener acuerdos básicos con la oposición.

Un soldado carga en Montevideo una de las urnas que van a ser enviadas a los colegios electorales de todo Uruguay para las elecciones del domingo.
Un soldado carga en Montevideo una de las urnas que van a ser enviadas a los colegios electorales de todo Uruguay para las elecciones del domingo.AP

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_