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Egipto prorroga dos años el estado de excepción a pesar de las protestas

El Parlamento egipcio aprobó ayer una extensión de dos años para la Ley de Emergencia vigente desde 1981, tras el asesinato del presidente Anwar Sadat, a pesar de las manifestaciones en contra de la oposición y la sociedad civil. La aplicación de esta norma, permite la detención indefinida y arbitraria de ciudadanos así como el juicio de civiles en tribunales militare y ha sido criticada internacionalmente por defensores de derechos humanos y de la democracia que señalan que está siendo empleada para la detención de bloggers o disidentes políticos.

En una interminable sesión durante la que un parlamentario de la oposición sufrió un ataque al corazón, el Gobierno del primer ministro Ahmed Nazif pidió al Legislativo que aprobase la medida de excepción, con "nuevas salvaguardas" y reformas que "restrinjan significativamente los poderes especiales" que le fueron otorgados hace 30 años. Nazif reconoció que en el pasado, la ley se había aplicado "de modo general" a otro tipo de casos, una declaración sorprendente teniendo en cuenta que el Gobierno de Hosni Mubarak ha reiterado en muchas ocasiones que la Ley de Emergencia se ha aplicado siempre en actividades terroristas o casos de drogas.

A esos dos casos dejó restringido una vez más el uso de la norma el primer ministro Ahmed Nazif quien señaló que no se podrán ya "vigilar todas las formas de comunicaciones, ni censurar y confiscar medios y publicaciones y ordenar el cierre de casas editoriales y canales televisivos". Tampoco se esgrimirá la norma para "confiscar propiedades, regular las horas de operación de las actividades comerciales, y evacuación y aislamiento de ciertas áreas". Dirigentes del gobernante Partido Nacional Democrático (PND) sostuvieron que el mantenimiento de la normativa se justifica "por las persistentes y graves amenazas a la seguridad nacional a causa del terrorismo y del narcotráfico".

Mientras en la Asamblea del Pueblo, la cámara baja egipcia, se votaba simbólicamente (la mayoría aplastadora del PND daba por hecho la aprobación de la propuesta), en la calle se congregaban un centenar de manifestantes, cercados por un grueso cordón policial que exigían el fin de la Ley y algunos parlamentarios de la oposición que como Hamdeen Sabahy, del Karama, prefirieron salir a denunciar "la pantomima" y unirse a los protestantes en lugar de permanecer en su escaño: "Los cambios planteados son un maquillaje que pretende hacernos creer que algo está cambiando. Una Ley de Emergencia es una Ley de Excepción, y ¿cuántas excepciones duran casi 30 años?"

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