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La renuncia del alcalde de Chicago desata especulaciones de remodelación en la Casa Blanca

El jefe de Gabinete de Obama, Rahm Emanuel, ya ha expresado su deseo por ocupar algún día esa Alcaldía

El sorprendente anuncio del alcalde de Chicago, Richard Daley, de que no aspirará a su reelección el próximo año ha disparado las especulaciones sobre un próximo y fundamental relevo en la Casa Blanca: el jefe de Gabinete del presidente, Rahm Emanuel, es de Chicago y siempre había confesado que su sueño era el de ocupar la alcaldía de su ciudad natal. Si las cosas van tan mal como se espera para Barack Obama en las elecciones de noviembre, Emanuel puede ser invitado a cumplir su sueño.

La retirada de Daley es, por sí misma, una noticia de gran trascendencia. Los Daley han ocupado la alcaldía de Chicago desde 1955, con excepción de unos pocos años. Richard Daley, el actual alcalde, accedió por primera vez al puesto de su padre en 1989, y todo el mundo daba por hecho en Chicago que permanecería en él por el resto de su vida. Su renuncia, por tanto, debe de obedecer a razones poderosos. Daley ha dicho lo que los políticos suelen decir en estos casos, que quiere dedicar más tiempo a su familia. Pero es seguro que irán conociéndose motivos de más peso que expliquen esta sorpresa.

En Washington, desde que el martes se conoció la retirada de Daley todo el mundo miró hacia la Casa Blanca, especialmente hacia el despacho del ala oeste en el que se sienta Emanuel. Existen varias circunstancias que lo explican. En primer lugar, el jefe de Gabinete -lo más próximo a un primer ministro que puede encontrarse en el Gobierno norteamericano- había hablado recientemente de su amor por el cargo. "Si algún día el alcalde Daley decide no presentarse, a mí gustaría ser candidato; siempre ha sido una aspiración mía, incluso cuando estaba en la Cámara de Representantes", declaró Emanuel en una entrevista hace cuatro meses.

En ese momento, parecía simplemente la manifestación de un deseo irrealizable, como el que cualquiera pueda haber albergado desde su infancia. Pero de cuatro meses a esta parte algunas cosas han cambiado. La crisis de Obama se ha profundizado. La presión para que se produzcan cambios de personas después de las elecciones de noviembre ha crecido. Y ningún relevo en la Casa Blanca podría expresar más claramente un mensaje de rectificación que el de Rahm Emanuel, el padrino de las principales decisiones de los últimos dos años. En un comunicado para despedir a Daley, Emanuel no hace ningún esfuerzo por despejar dudas.

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