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Kouchner resta importancia a la discusión entre Sarkozy y Barroso

El ministro francés de Asuntos Exteriores minimiza la tensión entre París y Bruselas sobre la expulsión masiva de gitanos.- "Hechos así ocurren a menudo", sostiene

El ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner, ha restado importancia hoy a la discusión entre el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, a cuenta de la expulsión masiva de gitanos. "En política, esto ocurre a menudo, no es un incidente importante", ha indicado Kouchner.

La tensión entre Bruselas y París se hizo evidente ayer, durante la cumbre de líderes europeos celebrada en la capital belga, cuando el debate quedó eclipsado por la polémica sobre la política de Sarkozy respecto a los gitanos y las declaraciones de la vicepresidenta de la Comisión y responsable de Justicia, Viviane Reding, que el martes equiparó las repatriaciones de gitanos de Francia con las deportaciones del nazismo.

El titular de Exteriores ha declarado las partes "están en su papel" y ha añadido que lamenta los "excesos verbales"
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Las palabras de Reding detonó la tensión entre Sarkozy y Barroso, sobre todo después de que la Comisión anunciara días antes su intención de abrir un procedimiento de infracción a Francia. Un Sarkozy muy enojado se encaró a gritos con Barroso y desplegó su artillería verbal de grueso calibre contra la comisaria "por unas referencia históricas que han herido profundamente a los franceses". Comparar aquella hora de la infamia con lo ocurrido en la actualidad es "una injuria, una humillación y un exceso" que requieren una respuesta radical, explicó Sarkozy: "No puedo permitir que se insulte a mi país".

Un intercambio violento

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Barroso explicó que a la Comisión no le gustaba nada lo que estaba ocurriendo en Francia y el presidente francés "le replicó de forma muy agresiva", según una fuente diplomática, lo que destapó la caja de los truenos. "Fue un intercambio muy violento", comentó el primer ministro búlgaro, Boyko Borissov. El líder de la Comisión, que ya se había distanciado la víspera de las palabras de su vicepresidenta y subrayó que ella ya se había disculpado, pidió al presidente francés si también se iba a disculpar su secretario de Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, quien durante varios días ha puesto a caldo a la Comisión por osar cuestionar las acciones "del Gobierno soberano de un gran país".

Tras la discusión, Sarkozy se plantó ante la prensa para insistir en que, pese a la discusión, ninguno de los jefes de Estado europeos criticado directamente su política. Y de paso mencionó la solidaridad de la canciller Angela Merkel, quien, según él, le anunció que dentro de unas semanas "ella también va a levantar varios campamentos". Poco después, Berlín negó tal extremo.

Kouchner ha declarado que cada una de las partes "está en su papel" y ha añadido que lamenta los "excesos verbales". "Las opiniones han sido sinceras y bastante intensas", ha añadido. En cualquier, caso el jefe de la diplomacia de París ha subrayado que las palabras de Reding "eran inaceptables".

El ministro de Asuntos Exteriores francés, Bernard Kouchner, en 2009.
El ministro de Asuntos Exteriores francés, Bernard Kouchner, en 2009.REUTERS

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