Francia detiene a un líder rebelde ruandés acusado de crímenes de guerra en Congo
Callixte Mbarushimana es responsable de violaciones masivas a mujeres de la región congoleña de Kivu, según la Corte Penal Internacional
La policía francesa ha detenido este lunes a un ciudadano ruandés acusado de ser uno de los líderes de un movimiento involucrado en la campaña de terror llevada a cabo en la región de Kivu, en la República Democrática de Congo (RDC), donde miles de civiles han sido asesinados y violados en los últimos tiempos.
La detención responde a la orden emitida por los jueces de la Corte Penal Internacional (CPI), con sede en La Haya, el pasado 28 de septiembre. Los agentes arrestaron a Callixte Mbarushimana, de 47 años, poco después de la medianoche en su casa de París, según fuentes del tribunal de La Haya. Este presunto líder rebelde es sospechoso de crímenes de guerra y lesa humanidad, entre ellos violaciones masivas a mujeres.
El fiscal general de la CPI, Luis Moreno Ocampo, ha agradecido a las autoridades francesas por la "eficiente operación" y dicho que este último arresto es "un paso crucial en los esfuerzos por perseguir los crímenes masivos de naturaleza sexual cometidos en la RDC", donde solamente en 2009 se denunciaron 15.000 casos.
Está previsto que Mbarushimana, que tiene el estatus de refugiado politico y lleva viviendo en París varios años, comparezca a última hora de este lunes en un tribunal de la capital francesa, que tendrá que decidir si le transfiere a la corte internacional de La Haya. El proceso durará varios días, porque la decision de trasladarlo a La Haya puede ser recurrida por los abogados del ruandés.
Una catástrofe humanitaria masiva
La oficina del fiscal en La Haya ha emitido un comunicado en el que asegura que Mbarushima es uno de los principales líderes de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), que desde su base en Congo han luchado para hacerse con el poder en la vecina Ruanda y que no dudan en perpetrar crímenes masivos contra la población civil para sembrar el terror y demostrar su poder.
"En 2009, los líderes de FDLR acordaron una estrategia para atacar a los civiles en las provincias de Kivu del Norte y del Sur con el propósito de perpetrar una catástrofe humanitaria masiva; el FDLR intentó así chantajear a la comunidad internacional para conseguir parcelas de poder a cambio de acabar con sus atrocidades", asegura el fiscal en su comunicado. "Como resultado de este mortal chantaje, las víctimas fueron asesinadas, violadas y desplazadas por la fuerza de sus pueblos de origen, posteriormente destruidos".
Según el relato de la fiscalía de la CPI, el trabajo actual de Mbarushima consistía en liderar una campaña internacional para convencer a los gobiernos extranjeros de que el FDLR es un grupo político legítimo que tiene que ser reconocido.
El arresto tiene lugar días después de que Naciones Unidas divulgara su informe definitivo sobre las atrocidades cometidas contra civiles hutus en la República Democrática de Congo entre marzo de 1993 y junio de 2003. En el documento, el organismo afirma que existen indicios de genocidio y señala como culpables a fuerzas combatientes de Ruanda y Uganda. Estos dos países se apresuraron a califacar de error el informe, mientras las autoridades de Congo exigieron que se haga justicia.
La fiscalía de la CPI abrió en junio de 2004 la investigación por crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en la República Democrática de Congo, en el marco de la cual se han abierto los casos contra Thomas Lubanga, Germain Katanga, Mathieu Ngudjolo Chui y Bosco Ntaganda, el último de los cuales todavía no ha sido detenido.
