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Afganistán

Obama visita Afganistán en un momento crucial de la guerra

El presidente de EE UU mantiene un encuentro con las tropas y llama por teléfono a Hamid Karzai

El presidente de EE UU, Barack Obama, es recibido en la base aérea de Bagram por el General David Petraeus y el embajador estadounidense en Kabul Karl W. Eikenberry.
El presidente de EE UU, Barack Obama, es recibido en la base aérea de Bagram por el General David Petraeus y el embajador estadounidense en Kabul Karl W. Eikenberry.AFP

Obama ya vuela en el Air Force One de vuelta a casa en Washington. Sorpresa y relámpago - menos de cuatro horas-, la visita de Barack Obama a Afganistán tenía como propósito informar a las tropas de que se está haciendo un progreso importante en la guerra. "Cada uno de vosotros es un héroe", ha dicho el presidente de Estados Unidos a sus hombres y mujeres en uniforme. "Con vuestro esfuerzo, ganaremos esta guerra".

El caso es que han pasado nueve años desde que se iniciaron las hostilidades y se liberó Kabul de los talibanes y EEUU no acaba de ver una salida a aquel lejano y sangriento conflicto. En poco más de una semana, sobre la mesa del despacho Oval del presidente habrá un informe que detalle los años que el Ejército de EEUU ha pasado en Afganistán y los avances tenidos desde que el año pasado se anunciará por estas fechas un cambio de estrategia con el envío de 30.000 soldados adicionales al teatro de operaciones bélicas. En la actualidad, 150.000 hombres de las fuerzas de coalición están destinadas en Afganistán, de los cuales cerca de 100.000 son norteamericanos. Washington ha declarado que su objetivo es que, a mediados de 2011, comience la retirada de las tropas estadounidenses mientras que la OTAN ha anunciado que pretende ceder el control de la seguridad a fuerzas afganas en 2014. El anuncio de la fecha de julio 2011 ha sido criticada por la oposición republicana, que considera que es una forma de darle alas a los talibanes.

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Ante más de 3.500 soldados reunidos en un inmenso hangar en la base militar de Bagram (a las afueras de Kabul), el presidente fue introducido por un festivo y distendido general David Petraeus - casi parecía una cheerleader-, jefe del mando central conjunto de EE UU y máximo jefe de las tropas de la OTAN en Afganistán.

El viaje de Obama a Afganistán es su segundo como comandante en jefe de las tropas de EEUU. El primero fue en marzo de este año. En 2009, el presidente también realizó un viaje de estas características -sorpresivo y de alta seguridad- a Irak.

Bajo intensas medidas de seguridad, el Air Force One aterrizaba en Bagram cuando ya había caído la noche. El reducido equipo de prensa que viaja con el presidente en el avión presidencial fue informado muy poco antes de la salida del vuelo y se les pidió que dejaran sus teléfonos móviles y otros medios de comunicación electrónicos para evitar que twitters y correos acabaran filtrando la visita presidencial, cuyo objetivo formal era agradecer el trabajo a los soldados en unas fechas tan emotivas como las navideñas.

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Entre los titulares de la crónica del viaje presidencial a la zona de guerra está el hecho de que Obama no se trasladó desde la base a la embajada de EE UU en Kabul para reunirse con el presidente Hamid Karzai, según la Casa Blanca, por motivos de seguridad, ya que las difíciles condiciones metereológicas -viento y tormentas de arena - hacían muy peligroso trasladar al mandatario estadounidense en helicóptero. Entonces se dijo que los dos líderes se verían, sino en persona sí a través de vídeo conferencia. Finalmente, Obama realizó una simple llamada de teléfono a Karzai, expuesto al escrutinio público después de la revelación de los cables filtrados del Departamento de Estado que prueban la corrupción del Gobierno afgano.

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