"No habrá transición en Túnez sin investigar los crímenes de Ben Alí"

La ola de revueltas que sacude el mundo árabe, tiene en jaque al egipcio Mubarak y ha llevado a otros líderes regionales a renunciar a la reelección se inició en Túnez. ¿Puede considerarse ya este pequeño país un ejemplo de transición a la democracia para sus vecinos? "Sería pretencioso decir que va a ser un ejemplo para el mundo árabe, pero si lo que ha ocurrido en Túnez ha dado lugar a lo que ha pasado en Egipto, entonces ha sido un hito enorme". Así lo explica la opositora tunecina Souhayr Belhassen, para quien la transición hacia la democracia debe pasar obligatoriamente por investigar los crímenes de Ben Alí y encontrar a los desaparecidos de este periodo negro. La activista recuerda además que en su país hay "entre 1.600 y 1.800 personas condenadas bajo la Ley Antiterrorista" cuya situación también debe revisarse.

Belhassen, la primera mujer musulmana presidenta de la Federación Internacional de Derechos Humanos, considera que los acontecimientos en Egipto son fundamentales para los países árabes, y se muestra orgullosa de que hayan tenido algo que ver con la revolución tunecina. "Egipto no es como el pequeño Túnez, tiene 80 millones de habitantes, mucha influencia en el problema israelo-palestino, intereses de los Estados Unidos... En cualquier caso", añade, "no queremos exportar la revolución, sino salvaguardarla".

Para ello, pide una "investigación seria" para averiguar el número de desaparecidos durante el anterior régimen: islamistas, izquierdistas, opositores... de los cuales no hay cifras oficiales todavía. "El Gobierno ha anunciado ya que habrá una Ley de Amnistía, pero eso no basta, no es suficiente: necesitamos saber el número de desaparecidos", señala la periodista. Además, recuerda que sigue habiendo riesgos para la democratización del país, como la guardia presidencial y el aparato policial de Ben Alí, que se infiltran en las manifestaciones para provocar altercados y desestabilizarlas.

La defensora de los derechos humanos, que ha pasado por la Casa Árabe de Madrid, cuenta que todos los presos políticos en su país han sido liberados a raíz de las revueltas, pero que entre unas 1.600 y 1.800 personas siguen encarceladas tras haber sido juzgadas con la Ley Antiterrorista, muchos de los cuales no han tenido derecho a un juicio justo. "Exigimos reabrir todos estos procedimientos y que no perdure la impunidad con que se les juzgó", reclama.

La opositora considera que las manifestaciones políticas en la región suponen "un desafío enorme" y que "los socios del mundo árabe deben abrir los ojos y darse cuenta de que lo que ha ocurrido en Túnez es esencial para el futuro de las relaciones entre Oriente y Occidente". En su opinión, "la guerra de civilizaciones con la que algunos amenazan no tendrá lugar si la revolución tunecina tiene éxito".