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El Gobierno de Rousseff pide "un cesar el fuego efectivo" en Libia horas después de dejar Obama el país

Brasil considera que no se está cumpliendo la resolución de la ONU porque se está poniendo en peligro la vida de civiles

El Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, a través de una nota que acaba de emitir el Ministerio de Asuntos exteriores, pide "un cesar el fuego efectivo" en Libia horas después de que el presidente estadounidense Barack Obama dejara el país camino de Chile.

Brasil, que fue uno de los cinco países (junto con Rusia, India, China y Alemania) que el pasado día 17 se abstuvo en la decisión tomada por 10 de los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU de actuar militarmente en los cielos de Libia, afirma en su comunicado oficial que "al lamentar la pérdida de vidas con motivo del conflicto en el país, Brasil manifiesta su deseo de que tenga lugar un cesar el fuego efectivo, en la mayor brevedad posible, capaz de garantizar la protección de la población civil y que cree las condiciones para que se resuelva la crisis a través del diálogo".

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En su comunicado el Gobierno Rousseff manifiesta también preocupación con el respeto a los derechos humanos en el país norteafricano y dice que "reitera su solidariedad con el pueblo libio en busca de una mayor participación en la definición del futuro político del país".

Al mismo tiempo que pide un cese del fuego inmediato, el comunicado reafirma su "apoyo a los esfuerzos del Enviado especial del Secretario general de la ONU a Libia, Abdelilah Al Khatib y del Comité de Alto Nivel establecido por la Unión Africana en la búsqueda de una solución negociada y duradera para la crisis".

El presidente norteamericano Barack Obama dio luz verde a la ofensiva militar en Libia el sábado pasado, en el Palacio Presidencial del Planalto en Brasilia, durante su encuentro privado con la presidenta Rousseff y antes de brindar con ella y 400 invitados en el almuerzo celebrado en su honor, al que desistió de asistir inexplicablemente el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

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Brasil aboga por una solución dialogada y pacífica que evite mayor número de víctimas humanas y se manifiesta en la misma línea que la Liga Árabe, que considera que no se están cumpliendo las condiciones impuestas por la resolución de la ONU que limitaban la acción militar en Libia a la imposición de una zona de restricción aérea.

Según informa el diario Folha de Sâo Paulo en su edición on line, la diplomacia brasileña cree que el mismo Obama se resistía a abrir un nuevo frente militar en Libia ya que los americanos están ya implicados en las guerras de Irak y Afganistán y que fue la Secretaria de Estado, Hillary Clinton quién le convenció de la urgencia para actuar en el país africano con el objetivo de paralizar la violenta ofensiva de Gadafi contra la población civil. Clinton llamó a Obama, cuando ella estaba en Paris y él en Brasilia, y éste acabó dando su consentimiento.

No se excluye que en la decisión de Rousseff de pedir el cese de la intervención en Libia, horas después de que Obama haya dejado Brasil al que ha puesto como "ejemplo de democracia para los países árabes", haya tenido su parte de peso la influencia que Lula continua ejerciendo en la sombra, quién siempre se ha opuesto a todo tipo de sanciones a los regímenes dictatoriales, alegando que quienes acaban sufriendo las peores consecuencias son los más pobres de dichos países, por lo que él siempre prefirió el diálogo con aquellos regímenes y el abrazo con sus dictadores, lo que acabó por agriar sus relaciones con Obama.

Rebeldes libios avanzan subidos a un coche, cerca de la carretera que une Bengasi y Ajdabiya.
Rebeldes libios avanzan subidos a un coche, cerca de la carretera que une Bengasi y Ajdabiya.GORAN TOMASEVIC (REUTERS)

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