_
_
_
_
_

Francia estudia una revisión del tratado de Schengen

París se plantea suspender el acuerdo de libre circulación por Europa debido a la crisis migratoria con Italia

La crisis en los regímenes árabes del norte de África amenaza con tener consecuencias para los fundamentos de la construcción europea. La llegada a Italia de inmigrantes tunecinos y libios, que posteriormente se trasladaban a Francia y otros lugares de la Unión Europea, ha generado fuertes tensiones entre los dos países. Francia ha anunciado que reflexiona sobre la posibilidad de una suspensión provisional del tratado de Schengen, que consagra la libre circulación de personas en Europa, ante el flujo de inmigrantes procedentes del norte de África -en especial de Túnez y Libia-, vía Italia, informaron el viernes fuentes del Elíseo.

"El mandato de Schengen falla. (...) Nos parece que hay que pensar en un mecanismo que permita intervenir, cuando se produzca una deficiencia del sistema en una frontera exterior [de la Unión Europea], mediante una suspensión provisional durante el tiempo que esa deficiencia tarde en subsanarse", afirmó la presidencia francesa.

Más información
Le Pen: "Debemos salir de Schengen"
El choque entre Italia y Francia por la inmigración agrava la crisis europea
Bruselas respalda la decisión de Francia de cerrar temporalmente su frontera ferroviaria con Italia
La ola de inmigrantes desborda Italia
París y Roma lanzan una andanada contra Schengen
Barroso considera factible restablecer las fronteras interiores de la UE

Una fuente del Elíseo precisó que "el sistema [está] cojo: cada país vigila su frontera exterior pero se puede pasar de un país a otro en el interior del espacio Schengen. (...) Si se quiere salvaguardar [el acuerdo de] Schengen y salir airosamente de la crisis, es preciso reforzar la aplicación de Schengen y por tanto dotarse de herramientas", añadió.

Entre esos instrumentos, la presidencia francesa preconiza "reforzar Frontex", la agencia europea de vigilancia fronteriza, o incluso "idear un mecanismo de cláusula de salvaguarda".

El domingo pasado, París provocó la cólera del Gobierno italiano al suspender durante unas horas la circulación de trenes desde la ciudad italiana de Ventimiglia hacia el sudeste de Francia, al contemplar la posibilidad de un desorden de orden público en la llegada de un tren cargado de inmigrantes tunecinos acompañados por activistas de derechos humanos. Francia mostraba así su enfado por la decisión italiana de conceder permisos de residencia temporal, de seis meses de duración, a los más de 20.000 tunecinos llegados a sus costas desde enero. "Hay una primera regla que prevalece en el acuerdo de Schengen, y es que el primer país de entrada es el que gestiona la población inmigrante", recordó el pasado lunes el ministro francés de Interior, Claude Guéant.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

La Comisión Europea no había recibido el viernes notificación alguna de la intención de Francia de suspender provisionalmente el tratado de Schengen. "No se nos ha notificado esa intención", indicó Mark Gray, portavoz de la Comisión, quien recordó que una reanudación de los controles fronterizos por parte de algún país miembro debería contar con argumentos de peso. El acuerdo no prevé ninguna suspensión.

Inmigrantes tunecinos y activistas italianos ocupan la estación de Ventimiglia el pasado domingo.
Inmigrantes tunecinos y activistas italianos ocupan la estación de Ventimiglia el pasado domingo.LUCA ZENNARO / EFE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_