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El Gobierno chino prohibe a Ai Weiwei abandonar Pekín sin permiso

El Ejecutivo asegura que el artista "continúa siendo investigado".- La liberación se produce poco antes de la gira europea del primer ministro Wen Jiabao

El artista chino Ai Weiwei habla con los periodistas que se han reunido hoy a las puertas de su casa en Pekín.
El artista chino Ai Weiwei habla con los periodistas que se han reunido hoy a las puertas de su casa en Pekín.NG HAN GUAN (AP)

El Gobierno chino ha asegurado hoy que el artista y disidente Ai Weiwei, liberado ayer por la noche después de casi tres meses en manos de la policía, "continúa siendo investigado" por delitos económicos, está pendiente de juicio y no puede salir de Pekín sin permiso por un plazo que puede llegar a un año. Además, debe presentarse ante la policía cada vez que sea requerido.

Ai, de 54 años, fue puesto en libertad, debido "a su buena actitud al confesar sus crímenes y a la enfermedad crónica que padece [hipertensión y diabetes]" y porque "ha dicho repetidamente que está dispuesto a pagar los impuestos evadidos", según la agencia oficial Xinhua. Así lo ha repetido hoy el Ministerio de Exteriores, aunque hasta la fecha la familia del artista no ha recibido ninguna notificación formal que justifique por qué fue detenido y continúa bajo control domiciliario.

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Hong Lei, portavoz de Exteriores, ha asegurado que Ai "no puede abandonar el sitio en el que vive, no puede interferir con el testimonio de otras personas y no puede fabricar evidencias ni colaborar con otros para hacer confesiones falsas". El Gobierno afirma que Ai Weiwei ha evadido grandes sumas de impuestos, aunque su familia y sus seguidores defienden que se trata de una excusa para silenciar sus críticas a las autoridades y su defensa de la democracia en China. Ai Weiwei fue detenido el pasado 3 de abril, en el aeropuerto de Pekín, cuando se dirigía a Taiwan, vía Hong Kong, para preparar una futura exposición.

La liberación ha sido recibida con alborozo por los amigos y partidarios del renombrado artista, algunos de los cuales se han dirigido hoy a su estudio, en las afueras de Pekín, a pesar de la presencia policial. Ai ha salido a dar una vuelta con su familia y ha hecho unas breves declaraciones, en el mismo tono de las efectuadas anoche. Ha afirmado que es magnífico estar en casa, pero ha dicho que no podía dar detalles sobre su caso ni conceder entrevistas.

Su silencio ahonda las sospechas sobre el tratamiento y las presiones que ha recibido desde que fue detenido, y las condiciones en las que deberá vivir ahora. Algunos activistas han denunciado que su liberación, al igual que su arresto, tiene motivaciones políticas. En el primer caso, para quitarle de en medio, debido al profundo nerviosismo que han causado en China los levantamientos populares en los países árabes, y, en el segundo, porque se ha producido ante la gran presión de Estados Unidos, Europa y algunos gobiernos europeos, justo antes de que el primer ministro chino, Wen Jiabao, visite entre mañana y el próximo martes Hungría, Reino Unido y Alemania. Ai Weiwei es especialmente conocido en estos dos últimos países, cuyos Gobiernos han ejercido fuertes presiones para su liberación; una liberación que ha llegado con mordaza y pone de manifiesto el creciente uso contra los disidentes por parte de Pekín de la prisión fuera de la prisión.

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Ai debería tener "total libertad, y no ser mantenido de forma ilegal bajo arresto domiciliario, como ha sido el caso con tantos otros recientemente, después de ser liberados de detenciones arbitrarias", ha dicho Catherine Baber, subdirectora para Asia-Pacífico de la organización de defensa de derechos humanos Amnistía Internacional. "Es vital que las protestas internacionales sobre Ai Weiwei se extiendan a aquellos activistas que aún languidecen en detenciones secretas o acusados de incitar a la subversión".

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