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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Colosal Mavis Staples

La cantante de Chicago y su banda ofrecen un concierto bello e intenso de góspel y R&B en Madrid

Cuando una mujer como Mavis Staples se revuelve en sí misma, sobre el escenario, sumida en un éxtasis musical que nace del cruce de caminos del góspel y el R&B más genuinos, y gesticula sin parar con su poderosa garganta al mando, pasando del agudo al grave con pasmosa facilidad, pellizcando el alma con sus alaridos pletóricos, cuando sucede eso, simplemente, la vida durante ese instante se hace colosal. Bella, intensa, esplendorosa, la voz de esta cantante de Chicago consigue que la vida corriente se asocie con el arte primitivo del góspel y adquiera un punto místico, tan efímero como inolvidable.

Es muy difícil dar tanto con tan poco. Sin piruetas estéticas ni pirotecnia engañosa, Mavis Staples y su banda ofrecieron anoche un concierto de poco más de hora y media en el escenario Puerta de Ángel de la Casa de Campo de Madrid donde concentraron las esencias de la música de raíces norteamericana con nada más que una guitarra, un bajo, una batería y cuatro voces negras, presididas por Staples. Poco glamour, tal y como se entiende en estos días en el que la imagen es lo primero, pero muchísima calidad y elegancia.

Es la pureza de esta música lo que conmueve. Es la magnitud de la voz de Staples lo que absorbe
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El 'soul' se llama Mavis Staples

Es la pureza de esta música lo que conmueve. Es la magnitud de la voz de Staples, magníficamente adornada con el coro formado por su hermana Yvonne Staples, Vicki Randle y un estupendo Donny Gerrard, lo que absorbe. Ninguno parecía una estrella y todos llevaron a los presentes a un fascinante universo sonoro. Mención especial para el guitarrista Rick Holmstrom, que demostró una talla sobresaliente y un feeling difícil de ver sobre un escenario.

Con una sonrisa abierta de par en par, la cantante se movía a paso lento mientras mostraba espectaculares dotes vocales en You are not alone y Only the Lord knows, dos poderosas composiciones que se bañaban a pulmón abierto en un febril R&B. Dos canciones compuestas por Jeff Tweddy, líder de Wilco, quien además produjo el año pasado su último y precioso disco, You are not alone. De ese álbum también interpretó una eufórica I belong to the band. Las palmas acompañaban cada recreo soul, como I'll take you there, mientras el público se rendía a la celebración sonora. Staples puso de manifiesto su excelente instinto sonoro propio del legado familiar. Así, uno de los momentos más emotivos fue cuando cantó The Weight, tema de The Band que se recoge en el documental The Last Waltz donde los Staple Singers acompañan a la famosa banda canadiense.

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Su padre, Roebuck Staples, quien empezó en una plantación a finales de la década de 1920, podría haberse convertido en uno de los guitarristas de blues más grandes de no haber dedicado todo su talento a la música religiosa. Se trasladó a Chicago y formó la célebre banda familiar llamada The Staple Singers, a la que perteneció una joven Mavis. Góspel arraigado a los tiempos, que se solidarizó con la lucha por los derechos civiles de los afromericanos. Mavis ayer habló de su padre, de la autopista de la libertad y la verdad que esconde la música para ilustrarse a sí misma, para dar buena cuenta de que su fuerza vocal es una virtud que deja entrever un espíritu amable y generoso.

En los bises, después de pasar por el filtro góspel, en ese juego de voces delicioso, el clásico For What It's Worth, original de Buffalo Springfield, Staples atendió a la petición del público e interpretó Down in Mississippi. Canción ardiente y pantanosa a la vez, era una muy buena culminación para un gran concierto de una vocalista colosal.

Mavis Staples en una actuación en España
Mavis Staples en una actuación en EspañaEFE

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