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El kirchnerismo se arriesga a otra derrota en Buenos Aires

El opositor Macri, favorito en la segunda vuelta de los comicios locales

Unos 2,5 millones de porteños votarán mañana en la segunda vuelta para elegir al jefe de Gobierno (alcalde) de Buenos Aires y el resultado de la contienda puede influir en el clima previo a los comicios presidenciales de este año en Argentina. El conservador Mauricio Macri, que aspira a la reelección, obtuvo en la primera vuelta el 47,1% de los votos, frente al 27,8% del peronista Daniel Filmus. Pese a la amplia brecha, a lo cerca que acabó Macri de la mayoría absoluta y a las encuestas desfavorables, el Frente para la Victoria (FPV) no ha querido que Filmus renunciara a una segunda vuelta. Ya en 2007, el empresario y fundador de Propuesta Republicana (PRO) venció al exministro de Educación del Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) en primera instancia (el 45,7% de los votos frente al 23,7%) y también en la segunda vuelta (el 60,9% frente al 39,1%). Para la militancia kirchnerista lo peor es no dar la batalla.

El candidato de PRO ha capitalizado el descontento contra la presidenta
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El peronismo kirchnerista se expone a la tercera derrota en pocas semanas y a solo 15 días para las elecciones generales primarias, en las que todos los ciudadanos están obligados a votar. La primera caída del FPV fue el 10 de julio, en la primera vuelta en Buenos Aires, el tercer distrito con más votantes de Argentina. La segunda fue el pasado domingo, en la provincia de Santa Fe, la cuarta circunscripción en importancia. Allí triunfó el candidato a gobernador del pequeño Partido Socialista, que en esa provincia recibió el respaldo de la Unión Cívica Radical (UCR), tradicional rival del peronismo. El candidato del FPV quedó relegado al tercer puesto, detrás de un actor cómico que se postuló por PRO. A su vez, el próximo domingo se votará en la provincia de Córdoba, la segunda más poblada de Argentina, y la disputa se librará entre un peronista, un radical y un aliado del socialismo.

Macri, que antes de llegar a la política presidió con éxito Boca Juniors, se ha sobrepuesto a las críticas a su gestión por la baja inversión en infraestructura escolar, urbanización de barrios chabolistas, construcción de viviendas y extensión de la red de metro, y ha capitalizado el descontento contra la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, en una capital que siempre le ha sido esquiva. El problema de PRO es que carece de un candidato que enfrentar a Fernández, por lo que el resto de la oposición buscará capturar a sus votantes en las elecciones presidenciales.

Los comicios generales son el 23 de octubre, pero el 14 de agosto todos los argentinos deberán ir a votar a unas elecciones primarias en las que curiosamente los partidos solo presentan un candidato presidencial y necesitan sobrepasar el 1,5% de los votos para competir en la contienda real dos meses después. Por lo tanto, la votación de agosto será una suerte de gran encuesta entre los postulantes en la que se verá si Fernández puede vencer en primera vuelta y cuál de los opositores se perfila como su mayor rival e intenta polarizar las elecciones de octubre. Habrá que ver si los resultados de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba terminan influyendo en las próximas primarias.

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Entre los principales candidatos presidenciales de la oposición figuran el expresidente Eduardo Duhalde (2002-2003), un peronista disidente que se ha ilusionado con los buenos resultados de PRO en Buenos Aires y Santa Fe; y el radical Ricardo Alfonsín, hijo del exjefe de Estado Raúl Alfonsín (1983-1999), que se ha aliado con otra facción del peronismo antikirchnerista. También se postulan el gobernador de Santa Fe, el socialista Hermes Binner, y la diputada Elisa Carrió, de la Coalición Cívica, que ha virado en los últimos años del progresismo a posiciones liberales. Alfonsín y Carrió apoyan a Macri en la segunda vuelta de mañana, decisión que les ha costado reproches de sus partidarios. Binner, en cambio, ha repartido críticas al alcalde porteño y al Gobierno argentino.

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