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Roberto Formigoni | Presidente de Lombardía

"Tenemos que transformar el partido Pueblo de la Libertad"

Roberto Formigoni, que gobierna la rica región de Lombardía, admite que las perspectivas electorales para su partido sin Il Cavaliere son difíciles

Roberto Formigoni.
Roberto Formigoni.LUCIA MAGGI

“Tenemos poco tiempo, la situación está a punto de precipitarse”. Roberto Formigoni, voz prominente del Pueblo de la Libertad, no esconde su aprensión. Desde hace 13 años gobierna la región de Lombardía, bastión de la derecha y escenario tanto del nacimiento del sueño berlusconiano como de su actual crisis de consenso político. En mayo, la capital lombarda, Milán, eligió como alcalde al izquierdista Giuliano Pisapia.

Formigoni, nacido en 1947, guía la comunidad más productiva del país, que alberga estos días el World Regions Forum, “una red de las locomotoras de la economía mundial, que deben quedarse unidas y no encerrarse en egoísmos inútiles”. Pero es el futuro del Gobierno y de su partido lo que le preocupa. “Los electores están exasperados. Quieren medidas para el crecimiento. El Ejecutivo está muerto si no las pone en marcha”.

P. ¿No sería mejor que Berlusconi diese un paso atrás para infundir confianza en el mercado?

R. No se le puede echar la culpa de la situación económica. Si orquesta intervenciones para crecer, el país vuelve a emerger. Llevamos 15 años sin crecer. Hay que hacer reformas estructurales.

Podemos catalizar el voto católico, ahora disperso. Nadie está satisfecho

P.: ¿Y por qué no las incluyeron en el plan de ajuste aprobado en septiembre?

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R.: Muchas tensiones sacuden a la coalición de Gobierno. Pero los italianos damos lo mejor cuando estamos en el borde del abismo. Hoy tenemos la necesidad absoluta de hacerlo. Si no, el árbitro pita el final del partido.

P. ¿Quién es el árbitro?

R. Los ciudadanos. Esperan una señal para el futuro, si no nos abandonan. Ningún Gobierno sigue con un país que le es hostil.

P. ¿Italia es hostil a su primer ministro?

R. Se ha intensificado demasiado la acción de los magistrados en su contra. Aunque relaten hechos que están por demostrar, las escuchas han afectado su imagen. Su popularidad ha bajado. Estamos jugando la prórroga.

P. ¿No disponen de año y medio de tiempo?

R. Como máximo tres meses. Las perspectivas políticas se hacen duras.

P. ¿Se votará un año antes, en 2012?

R. Espero que no, pero es probable. En primavera, habrá un referéndum para volver a la vieja ley electoral, que no favorece a la Liga Norte. Creo que antes, la Liga va a desenchufar el respirador al Ejecutivo. Tenemos que estar listos y convocar las primarias en enero.

P. ¿Está seguro de que no se presenta Berlusconi?

R. Sí, lo ha dado a entender.

P. Pero ¿no va a designar él a su sucesor?

R. Berlusconi fundó el Pueblo de la Libertad, pero al salir de la arena política, ya no le compete. No estamos en una monarquía hereditaria.

P. ¿Usted se va a presentar?

R. El sillón de presidente es el más incómodo de Italia, lleno de clavos. No estoy ansiando sentarme allí. Me interesa que el PDL siga durante años, más allá de Berlusconi.

P. ¿Qué futuro imagina para un partido tan personalizado?

R. Tenemos que disolverlo y transformarlo en algo más amplio, una sección italiana del Partido Popular Europeo.

P. ¿Y los católicos van a entrar?

R. Sí, sin Berlusconi. Podemos catalizar el voto católico, ahora disperso. Nadie está satisfecho en este momento.

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