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La oposición siria se une contra El Asad

El nuevo Consejo Nacional Sirio pide ayuda internacional frente al régimen, aunque rechaza una intervención extranjera

Pelea entre disidentes sirios fuera de la reunión que mantuvo hoy toda la oposición en Estambul.
Pelea entre disidentes sirios fuera de la reunión que mantuvo hoy toda la oposición en Estambul.BULENT KILIC (AFP)

Los principales grupos de oposición siria han formado un frente común contra el régimen de Bachar el Asad. Han constituido el Consejo Nacional Sirio, según anunció en Estambul, que aspira a representar la revuelta contra la dictadura tanto dentro como fuera de Siria.

“Los países árabes y extranjeros estaban esperando la creación de un marco que hable en nombre de la oposición para apoyarlo y que sea la alternativa al régimen que ha perdido la confianza de todo el mundo”, resumió en una rueda de prensa en Estambul el representante del consejo, Borhan Golion, un disidente exiliado en París.

Los opositores reclaman a la comunidad internacional que tome partido para proteger a los sirios de la represión. “El Consejo pide a los gobiernos y organizaciones internacionales que asuman su responsabilidad para apoyar a los sirios, protegerlos y frenar los crímenes y las brutales violaciones de los derechos humanos que está cometiendo el ilegítimo régimen actual”, ha dicho Golion. Rechazan, eso sí, “cualquier intervención extranjera que comprometa la soberanía de Siria”.

El Consejo ha aglutinado fuerzas de diferente signo, desde la rama siria de los Hermanos Musulmanes a los firmantes de la Declaración de Damasco (que agrupa a las principales figuras de la oposición) y el activismo de base. De hecho, Golion ha explicado que el Consejo “está abierto a todos los sirios comprometidos con los principios de la revolución pacífica y con sus objetivos”.

La creación de este Consejo supone un mensaje importante de unidad. “El hecho de que islamistas, figuras políticas seculares y activistas estén ahora en un Consejo es significativo”, apunta a Reuters un diplomático en Damasco. “Pero todavía tienen que demostrar que pueden tener audacia política y que son capaces de llenar un vacío político. Necesitan un plan de acción detallado más allá de las generalidades de una Siria democrática”, concluye.

Desde que la primavera árabe alcanzó Siria, unas 2.700 personas han muerto por la represión del Ejército en las protestas contra el régimen.

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