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Amado Boudou, el ministro rockero

El titular argentino de Economía es la gran estrella de la precampaña electoral Suena para convertirse en el próximo vicepresidente del país En los mítines, toca la guitarra y canta mientras explica las medidas económicas

El ministro de Economía argentino toca la guitarra en un programa de televisión.
Soledad Gallego-Díaz

A finales de agosto fue el invitado principal de un popular programa de televisión, Sábado Bus, y cantó, acompañado por su guitarra eléctrica, junto a sus amigos del grupo rockero Mancha de Rolando. El pasado miércoles, presentó ante el Congreso de Diputados los Presupuestos del Estado para 2012. Se trata de Amado Boudou, la estrella ascendente de la campaña electoral argentina, actual ministro de Economía y, a partir de octubre, el muy probable vicepresidente del nuevo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

Amado Boudou, Aimé, para sus amigos (que bromean desde el colegio con la traducción al francés de su nombre), no es tan joven como aparenta, porque ha cumplido ya los 48 años, pero su imagen desenfadada le ha convertido en uno de los mejores enlaces con la juventud kirchnerista. Sus mítines electorales suelen ir acompañados por actuaciones musicales, donde puede cantar la muy conocida Arde la ciudad o acompañar con un solo de guitarra “Señor banquero, devuélvame mi dinero”, segundos antes de explicar la política económica del Gobierno y garantizar la creación de centenares de miles de nuevos empleos.

Boudou es economista y en su juventud estuvo más cercano a un partido de corte liberal conservador que se llamo Ucedé que al peronismo. Su entrada en la política y el acercamiento a Néstor y Cristina Kirchner se produjo desde sus cargos como funcionario en la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES). Su propuesta de renacionalizar los fondos privados de pensiones, que se llevó acabo en noviembre de 2008 con éxito, le catapultó, en junio de 2009, al ministerio de Economía, donde protagonizó la utilización de reservas del Banco Central para el pago de deuda externa y donde organizó un nueva y exitosa operación de reestructuración y canje.

Él es la persona que cuando empezó la crisis global vino a decirme que el mundo había cambiado"

Cristina Fernández de Kirchner

“Él es la persona que cuando empezó la crisis global vino a decirme que el mundo había cambiado y que me propuso medidas a tomar”, reconoció Cristina Fernández de Kirchner, cuando anunció que Boudou era la persona que había elegido para acompañarla en la papeleta presidencial del próximo día 23 de octubre. “Amado es un hombre leal y que no te teme a las corporaciones”, apuntó ante un sonrojado ministro de Economía.

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El ahora candidato a vicepresidente es claramente un cristinista leal, que procura llevarse bien con casi todo el entorno kirchnerista. Pese a sus orígenes, cuenta con el respaldo del principal dirigente sindical Hugo Moyano, que aseguró públicamente que era su "candidato para acompañar a Cristina” y con el afecto de las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo, a cuyos actos acude con frecuencia. Y pese a su retórica mitinera se relaciona bien con el mundo financiero y, si hay que creer a los telegramas filtrados por Wikileaks, con la diplomacia estadounidense.

La oposición le critica duramente por su desenfado y sus apariciones rockeras, pero las encuestas demuestran que Amadou Boudou, al que se puede ver a los mandos de una Harley Davidson, con chupa de cuero y pañuelo de seda al cuello, por las calles de Buenos Aires o a las puertas de un boliche nocturno, cuenta claramente con la simpatía de los jóvenes, movilizados como hacia mucho tiempo que no se veía a raíz de la repentina muerte de Néstor Kirchner, hará pronto un año. “El rock me ayuda a comunicar con la gente joven porque el rock no miente y los jóvenes están hartos de políticos que miente”, aseguró recientemente en una entrevista.

El rock me ayuda a comunicar con la gente joven porque el rock no miente y los jóvenes están hartos de políticos que miente”

Como ministro de Economía, Boudou ha defendido ardorosamente la política de ruptura con el Fondo Monetario Internacional (FMI) iniciada por Néstor Kirchner, que permitió aumentar el gasto y sacar al país de la formidable crisis del corralito. La renacionalización de los fondos privados de pensiones, afirma, ayudó por su parte a poner en marcha un plan de ayudas sociales, como la Asignación Universal por Hijo o el programa de reparto de ordenadores entre estudiantes de secundaria.

En la presentación de los últimos presupuestos, Amado Boudou arremetió contra la oposición, a la que acusó de participar en “un juego de vanidades”, pero la mayoría de los portavoces contrarios le criticó a su vez unas cuentas para 2012 en las que solo están de acuerdo en las previsiones de crecimiento, un 5,1%. Nadie apoya sus previsión de un 9,1% de inflación, un superávit comercial en torno a los 8.500 millones de dólares o un billete verde que cambie a un promedio anual de 4,40 pesos. El mayor enfrentamiento lo producen los cálculos sobre la inflación que padece el país, y que, según la mayoría de las consultoras privadas y de los institutos provinciales de estadística, sobrepasa actualmente en realidad el 20%.

“Washington me recibió con una lluvia otoñal. Participaré en la reunión ministerial del G-20 y otras cosas. Si puedo, twitteo algo”, escribió Boudou hace pocos días en Twitter (del que es un usuario fanático). El ministro no contó en realidad nada de esa reunión ni de la marcha de los contactos con el FMI ni con los acreedores del Club de París con los que intenta llegar a un acuerdo por si la segunda oleada de la crisis mundial termina por afectar a América Latina, en general, y a Argentina, en particular, más que la primera. Claro que, para entonces, lo más probable es que él sea ya el flamante vicepresidente de la nación.

 

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