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Un millón de personas ha votado ya en las primarias de los socialistas franceses

Una marea "antisarkozy" acude a las urnas para buscar su candidato al Elíseo

Segolene Royal, Martine Aubry y François Hollande, en un acto del PS.
Segolene Royal, Martine Aubry y François Hollande, en un acto del PS.Bob Edme (AP)

La primera elección abierta de la historia del Partido Socialista francés está funcionando a mejor ritmo del previsto por los propios organizadores. A pesar de la lluvia que cae sobre el país, hacia las 13.30 horas más de un millón de personas había depositado ya su voto en algunos de los 9.600 colegios electorales abiertos en todo el territorio del Hexágono. La cifra ha sido definida como “extremadamente alta” por el secretario general interino del PS, Harlem Désir, que ha agregado en tono triunfalista: “Una gran cadena humana se está formando para decir ‘no’ a Nicolas Sarkozy”.

En las “primarias ciudadanas” pueden votar todos los simpatizantes de izquierda que paguen un euro, incluso los menores de 18 que los cumplan antes de mayo próximo, y firmen una pequeña carta de adhesión a los valores de la izquierda y de la República. Algunos medios locales destacan que en algunos pueblos dominados por la derecha hay habitantes que están votando sin firmar el atestado. El euro sirve para ayudar a sufragar el coste de la elección, calculado en unos 3,5 millones. El favorito, François Hollande, ha sido el primero de los seis candidatos en depositar esta mañana la papeleta.

El favorito, Francois Hollande, adelanta a sus rivales con un 42%

En las páginas web de Le Monde y Libération, los ciudadanos están dejando sus comentarios sobre la histórica jornada. Carole cuenta que en la oficina electoral de Charente Maritime “había un gentío votando, y se ha vivido un bonito momento de democracia”.

La polémica del día ha surgido con los resultados del voto por correo y en los territorios de ultramar, en algunos de los cuales las primarias se realizaron el sábado. A través de Twitter, alguien ha ido publicando teóricos resultados de esas zonas, una filtración que han censurado todos los candidatos.

El socialista François Hollande.
El socialista François Hollande.GUILLAUME HORCAJUELO (EFE)
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Los pronósticos del PS auguraban una participación de entre uno y dos millones de personas, aunque lo inédito de la cita impide hacer comparaciones. Si la afluencia repitiera la registrada en las primeras primarias del centro izquierda italiano, donde en 2007 votó cerca del 10% del censo total, la cantidad global de votantes sería cercana a los seis millones de personas. El seguimiento directo del PS en su web habla de una afluencia de en torno al 4% del censo total a mitad de jornada. Las urnas cerrarán a las siete de la tarde, y los primeros resultados deberían conocerse hacia las ocho.

Un partido fortalecido

La hiperactiva campaña de los seis candidatos, marcada por la clamorosa y forzada renuncia del antaño gran favorito, Dominique Strauss-Kahn (que ha votado a mediodía), se cerró el viernes con un claro favorito, el ex secretario general François Hollande. Los sondeos le otorgan al menos un 42% de intención de voto, pero la dificultad del muestreo resta fiabilidad a las encuestas.

Tras el trauma DSK, los seis aspirantes a disputar en mayo las elecciones presidenciales han tratado de devolver la ilusión a los simpatizantes de la izquierda con un gran despliegue mediático: mítines, entrevistas y más de siete horas de debate televisado. Más de cinco millones de espectadores han seguido los áridos encuentros entre Hollande, Martine Aubry, Ségolène Royal, Arnaud Montebourg, Manuel Valls y el invitado del Partido Radical de Izquierda, Jean-Michel Baylet.

Los cinco candidatos del PS han salido fortalecidos, a su modo. Hollande ha pasado de ser el eterno segundón chistoso a comportarse como un prudente estadista, y todas las encuestas señalan que ganará a Sarkozy si ambos se enfrentan en mayo. También ganaría Aubry, que ha bajado desde el castillo a la arena del debate y se ha mostrado dura y muy de gauche. Royal ha ido de menos a más, y los dos talentos emergentes, Manuel Valls y Montebourg, han lanzado las ideas más novedosas.

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