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Polonia opta por la estabilidad política para ‘blindarse’ frente a la crisis

La victoria histórica en las urnas permite al Gobierno liberal seguir con las reformas económicas

El primer ministro polaco, Donald Tusk, celebra su victoria.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, celebra su victoria.PAWEL SUPERNAK (EFE)

Polonia ha conseguido en las elecciones parlamentarias del domingo dos hitos para la joven democracia centroeuropea: que un Gobierno, liderado por la Plataforma Cívica (centro-derecha liberal), repita mandato de forma consecutiva y que un movimiento abiertamente anticlerical, fundado por un provocador millonario, sea la tercera fuera más votada en uno de los países más católicos de Europa.

La histórica victoria del actual primer ministro, Donald Tusk, que podrá gobernar durante otra legislatura con el previsible apoyo de su viejo socio de coalición, el Partido Campesino, es un signo de que los ciudadanos han optado por la estabilidad política y económica tras un mandato en el que ha logrado mantener al país al margen de la recesión en un momento de convulsión para toda Europa. La Plataforma espera cerrar un acuerdo de coalición en breve para seguir adelante cuanto antes con su agenda de reformas.

“Los cuatro últimos años han sido positivos para nuestra economía, que ha crecido de forma lenta pero estable”, afirma Zbigniew Pisarski, analista de la Fundación Pulaski en Varsovia. El ritmo de crecimiento no ha sido lo suficientemente fuerte como para reducir la tasa de paro (ahora en el 12%), pero la inyección inversora que suponen los fondos europeos y la fuerte demanda interna en un mercado poco exportador han permitido que Polonia fuera el único país de la UE que esquivara la crisis en 2009. Este año prevé crecer un 4%, por encima de lo pronosticado para las siete mayores economías europeas.

La relativa buena marcha de la economía ha frenado el avance del ultraconservador Jaroslaw Kaczysnki, que durante su época como primer ministro (2005-2007) enfrentó a Polonia con la UE y sigue siendo el segundo partido con más peso. Kaczynski se ha mostrado contrario a la política de privatizaciones y reformas de la sanidad y las pensiones impulsadas por Tusk.

Pero lo más sorprendente ha sido la buena acogida del Movimiento Palikot, un partido antisistema que ha pedido el voto a los indignados polacos y a los ciudadanos hartos del peso de la Iglesia Católica en la vida política del país. Liderado por un millonario anticlerical y provocador, el movimiento se ha convertido en la tercera fuerza política del Parlamento, y puede ser determinante en muchas votaciones.

Janusz Palikot, filósofo y empresario, es muy capaz de aparecer en una conferencia de prensa con un orinal, un vibrador o una cabeza de cerdo. Quiere prohibir las clases de religión obligatorias y retirar las ayudas del Estado a la Iglesia católica. Se trata del primer partido que se confiesa abiertamente anticlerical en un país en el que el 90% de los ciudadanos se declaran católicos. “Ya basta de que nos digan cómo vivir, cómo amarnos, cuántos hijos hemos de tener y con quién. Ya estamos cansados de que los hombres vestidos de negro [sacerdotes] decidan quién puede tener hijos, por quién tenemos que votar y quién es polaco o no”, ha declarado el diputado, de 46 años.

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El empresario, que dejó a medias su doctorado en filosofía para dedicarse a los negocios tras la caída del comunismo en 1989, ha pedido que se revise la restitución a la Iglesia de los bienes expoliados por los comunistas y la prohibición de que los eclesiásticos participen en los actos oficiales de Estado, ideas que ningún político ha osado plantean en voz alta. También es partidario de que el Estado financie la fecundación in vitro, la píldora anticonceptiva, la igualdad de salarios entre hombres y mujeres y legalizar la marihuana.

Nacido el 26 de octubre en el este de Polonia, Palikot parecía destinado a la vida académica, pero se acabó dedicando a los negocios. Abrió una fábrica de vinos espumosos y después compró una destilería de vodka, que en 2005 sacó a Bolsa en Varsovia. En 2005, cuando ya era millonario, entró en política y se unió a los liberales de la Plataforma Cívica. Dejó el partido en 2010 porque lo consideraba demasiado conservador. Y creó su propio partido, que ahora puede ser clave.

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