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Los diamantes se tiñen de sangre en la República Centroafricana

Al menos 50 muertos y 15.000 desplazados en los enfrentamientos por el control de las minas

Trabajador de una mina de diamantes en la República Centroafricana.
Trabajador de una mina de diamantes en la República Centroafricana.BERNARDO PÉREZ

Al menos 50 personas han muerto y más de 15.000 han resultado desplazadas en la República Centroafricana en el enfrentamiento entre dos grupos armados rivales por controlar una zona poblada de diamantes.

Las milicias enfrentadas son la Convención de Patriotas por la Justicia y la Paz (CPJP) y la Unión de Fuerzas Democráticaspor la Unidad (UFDR) y el conflicto estalló el pasado 11 de septiembre en la ciudad de Bria, centro de la región con más minas de diamantes del país.

La CPJP y la UFDR llevan casi tres años enfrentadas por el control de las minas de diamantes y en todo este tiempo ni el Gobierno ni el Ejército centroafricanos han podido acabar con la tensión. Para complicar aún más la cuestión, las milicias están formadas por grupos étnicos rivales, la UFDR es de etnia gula y la CPJP, de etnia runga.

Cuando de nuevo el Gobierno y el Ejército se vieron incapaces de detener el enfrentamiento actual, el presidente, François Bozizé, respondió a las críticas en el Parlamento con las siguientes palabras: “Nadie provocó a los runga y a los gula para que empezaran a pelearse, yo no tengo ninguna responsabilidad para con este conflicto”. A pesar de su riqueza mineral en diamantes y oro, la República Centroafricana es uno de los países más pobres del mundo. Ocupa el undécimo peor lugar en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU y su Gobierno es el noveno más corrupto del mundo, según Transparencia Internacional.

Aun así, Bozizé ha anunciado que ambos grupos se van a sentar este sábado en Bangui, la capital, para intentar encontrar una solución negociada, y ahora mismo la situación en Bria es de tensa espera.

El país ocupa el undécimo peor lugar en el Índice de Desarrollo de la ONU y su Gobierno es el noveno más corrupto
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“El problema es que el Gobierno ya ha intentado negociar otros acuerdos de paz que no han funcionado”, explica a EL PAÍS Ned Dalby, analista de la República Centroafricana en el International Crisis Group. Esta organización publicó en diciembre pasado un informe, Piedrecitas peligrosas: Los diamantes en la República Centroafricana, en el que precisamente alertaba de la posibilidad de una guerra abierta por el control de las minas.

“Cualquier acuerdo al que se llegue en Bangui puede ser roto muy fácilmente por cualquier pequeño incidente entre los dos grupos, o incluso entre sus milicianos en el terreno, y la violencia escalaría rápidamente”, añade Dalby. “Y, desde un punto de vista militar, el Ejército es demasiado débil y no tiene suficientes efectivos para evitar que estos dos grupos se peleen”.

Las minas de diamantes de Bria llevan bajo control de la UFDR desde mediados de 2008 y, de hecho, la milicia rival, laCPJP, se creó en diciembre de ese mismo año como respuesta a los abusos que la UFDR cometían entre la población de etnia gula.

La debilidad del Estado, la corrupción del Gobierno y el hecho de que los yacimientos de diamantes se encuentran dispersos a lo largo de dos sistemas fluviales, han contribuido a que no se haya establecido una verdadera industria del diamante en la República Centroafricana.

En su lugar, hay entre 80.000 y 100.000 personas que buscan estas piedras preciosas armados con simples picos y palas. Las que encuentran las tienen que vender por muy poco dinero a intermediarios que luego las venden directamente y por un precio mucho mayor a las empresas exportadoras.

La elevada tasa sobre las exportaciones contribuye a que gran parte de las piedras salgan de forma ilegal del país

El Gobierno ha impuesto una elevada tasa del 12% a la exportación de diamantes, lo que más que contribuir a la recaudación de impuestos contribuye a que una gran parte de las piedras salgan ilegalmente del país.

La República Centroafricana es parte del llamado Proceso de Kimberley, que se creó en 2003 con el objetivo de que los gobiernos certificaran que los diamantes de sus países no provenían de zonas en conflicto. Sin embargo, la debilidad del Gobierno centroafricano y la porosidad de sus fronteras significan que muchos diamantes se siguen vendiendo sin la certificación real.

En su informe, el International Crisis Group concluyó señalando que, aunque en menor escala, “los diamantes están creando ciclos de pobreza y conflicto en la República Centroafricana de forma muy similar a como hicieron en Sierra Leona y Liberia”.

Fue precisamente la película Diamantes de sangre, sobre la violencia surgida alrededor de esta piedra preciosa en Sierra Leona, la que popularizó la expresión con la que hoy se conoce a los diamantes provenientes de zonas en conflicto.

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