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Brasil afronta un nuevo caso de corrupción gubernamental

Un colaborador dice que el comunista Orlando Silva desvió fondos de una ONG

Juan Arias
El ministro de Deportes, Orlando Silva, con Dilma Rousseff
El ministro de Deportes, Orlando Silva, con Dilma RousseffUESLEI MARCELINO (REUTERS)

Un nuevo escándalo de corrupción acaba de estallar en el Gobierno brasileño. Esta vez en el Ministerio de Deportes, que dirige el comunista Orlando Silva. En los últimos cinco meses, la presidenta, Dilma Rousseff, se ha visto obligada a destituir a cuatro ministros por corrupción (Casa Civil, Transportes, Agricultura y Turismo). Ahora el caso reviste especial gravedad por su impacto internacional: Deportes es responsable de la organización del Mundial de Fútbol de 2014. Y ya la FIFA ha expresado su preocupación por las repercusiones que el caso pueda tener el campeonato.

La revista Veja revela que en ese ministerio existe un foco de corrupción dirigido por su titular, Orlando Silva, del Partido Comunista de Brasil (PcdoB). Las acusaciones las ha hecho João Dias Ferreira, policía militar y correligionario del ministro, según el cual diversos miembros del PcdoB, capitaneados por Silva, organizaron una red de financiación ilegal a través de la ONG Segundo Tempo, financiada por el ministerio.

Según Dias Ferreira, el dinero desviado debía haber sido destinado a comprar material deportivo y alimentos para los niños que participan del programa, pero fue utilizado en la campaña electoral del Partido Comunista.

El militar Ferreira cuenta hasta detalles de cómo él mismo entregaba el dinero al ministro Silva: en un garaje, en cajas de cartón y en billetes de 50 y de 100 reales.

El esquema de corrupción podría haber costado a las arcas públicas, hasta ahora, 40 millones de reales (más de 16 millones de euros). La oposición, que acaba de pedir la salida del ministro por no tener “condiciones morales de continuar en el cargo”, ha solicitado una investigación oficial en los órganos competentes del Estado. A esa petición se ha sumado el propio ministro Silva, que se declara “indignado” por esas acusaciones.

La situación de la presidenta Rousseff es delicada, pues podría verse obligada a expulsar de su Gobierno al quinto ministro acusado de corrupción. Ella tenía la intención de llevar a cabo un reajuste ministerial para finales de año en el que habrían salido algunos ministros bajo sospecha de irregularidades administrativas y de corrupción.

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El Ministerio de Deportes es clave en la organización del Mundial de 2014, cuyo atraso en las obras ha creado una polémica entre Brasil y la FIFA, que hoy ha afirmado por boca de uno de sus dirigentes que el escándalo “no podía llegar en peor momento”. En efecto, las relaciones entre la FIFA y el Gobierno brasileño son todo menos idílicas.

En Moscú, días atrás, el secretario general del organismo, Jérôme Valcke, puso en guardia al Gobierno ruso para que “no repitan en 2018 los errores que Brasil está llevando a cabo en la preparación del Mundial del 2014”.

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