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Los indígenas esperan a Morales en el centro de La Paz para negociar

Los 1.500 manifestantes reciben la solidaridad de los habitantes de la ciudad boliviana

Los líderes indígenas de Bolivia mantienen una vigilia desde esta madrugada (hora española) en la plaza Murillo, en pleno centro histórico de La Paz, frente a la Casa de Gobierno, a la espera de que el presidente Evo Morales convoque una mesa de diálogo. Los indígenas han llegado hasta el centro de La Paz después de caminar 500 kilómetros como protesta por la construcción de una carretera en el territorio protegido que habitan, el llamado Tipnis (Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure). El cariñoso recibimiento popular a los indígenas en la ciudad supuso en sí mismo un nuevo golpe para el presidente.

“Como nos ha dicho el presidente que nos espera en Palacio, ya estamos en la plaza y aquí nos quedaremos hasta que el presidente nos atienda”, ha explicado el líder del pueblo indígena moxeño Fernando Vargas. Con seguridad, ha añadido “él va a llegar y nos va a recibir”.

La Policía acordonó el lugar y, pese a las protestas de los ciudadanos, los uniformados no dejaron pasar mantas de abrigo ni bebidas calientes para contrarrestar las frías noches altiplánicas, muy diferentes a las cálidas del trópico cochabambino, donde se encuentra el Tipnis.

Los líderes indígenas de tierras bajas y del Consejo Nacional de Markas y Ayllus del Qollasuyu (CONAMAQ) ocuparon al atardecer del miércoles la plaza Murillo y se sentaron a esperar el retorno de Morales, procedente de Cochabamba, para comenzar las negociaciones de una agenda de 17 puntos, el primero de los cuales corresponde a la carretera que el gobierno proyecta construir en pleno corazón del Tipnis.

El rechazo a esta carretera, que data de mayo de 2010, ha originado el descalabro político del gobierno de Morales. El domingo sufrió un primer revés con el triunfo de los votos nulos y blancos frente a los votos válidos en un acto electoral destinado a conformar desde las urnas el nuevo Poder Judicial, pero que se convirtió en un plebiscito sobre su mandato.

El miércoles, miles de ciudadanos se volcaron espontáneamente a las calles para saludar, con emocionadas lágrimas y aplausos, a los 1.500 caminantes y recibirlos como héroes al cabo de 66 días en los caminos entre Trinidad y La Paz al grito de “el Tipnis no se toca” y “Tipnis somos todos”.

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La multitud en las calles de la sede de Gobierno el miércoles parecía ser mayor que aquella reunida por el Viceministerio de Coordinación con los Movimientos Sociales, el pasado viernes, para cerrar la campaña del Tribunal Supremo Electoral y expresar también el pleno apoyo al presidente del Estado Plurinacional.

Aunque existe un creciente descontento por los resultados de la gestión gubernamental, tanto los líderes indígenas como los principales adversarios políticos y las organizaciones civiles han coincidido en señalar que no se quiere poner en riesgo la estabilidad del Gobierno del presidente Morales, sino instarle a que proceda con premura a reajustes para llevar adelante el proceso de cambio, iniciado en 2006, y sea coherente con la Constitución Política y su discurso de defensa de la Madre Tierra, de los derechos de pueblos indígenas y derechos humanos.

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