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Las aguas anegan Bangkok

El Gobierno de Tailandia reconoce su incapacidad para frenar el avance de los ríos desbordados que han inundado el norte y el centro, causado 320 muertos y afectado a millones de personas

Vecinos de Rangsit, en las afueras de Bangkok, intentan ponerse a salvo de las inundaciones.
Vecinos de Rangsit, en las afueras de Bangkok, intentan ponerse a salvo de las inundaciones. EFE

Tras semanas de lucha incansable de la población y las fuerzas de seguridad para impedir que las aguas que inundan todo el norte de Tailandia y buena parte de la llanura central anegaran la capital, la primera ministra tailandesa, Yingluck Shinawatra, se ha visto obligada a admitir la incapacidad del Gobierno para contenerlas. Reventados los diques y barreras levantados estos días, Shinawatra ha señalado  que no existe forma de frenar el gran volumen de agua que avanza hacia Bangkok desde la meseta. La zona este, al menos siete barrios, ya han sido cedidos a las aguas para concentrar los esfuerzos en el corazón de la capital y evitar el hundimiento de la economía del país.

"El agua de las inundaciones viene por todas direcciones y no podemos controlarla dado que el caudal es enorme", ha declarado en una conferencia de prensa la jefa del Gobierno, que ha calificado de "crisis nacional", el horror que vive Tailandia. Las inundaciones de los tres últimos meses han dejado bajo las aguas a 26 provincias del norte y de la meseta central, han causado la muerte de al menos 320 personas, afectado a más de 2,4 millones de personas y dejado perdidas multimillonarias.

"No podemos bloquear el agua por siempre", ha precisado Shinawatra, al reconocer que el Gobierno se enfrenta a un "problema abrumador". Las copiosas lluvias del monzón desbordaron decenas de ríos y pantanos del país y, una tras otra, las provincias del norte comenzaron a inundarse y desde allí las aguas siguieron avanzando por la meseta y cubriendo enormes extensiones del medio rural.

Las autoridades de Bangkok ordenaron ayer miércoles la primera evacuación, -de unas mil personas de un barrio de la periferia- después de que alertaran de que surgían nuevos frentes de lucha para evitar la inundación de la capital, donde residen cerca de diez millones de personas.

El responsable del centro de crisis creado por el Gobierno y a su vez ministro de Justicia, Pracha Phomok, dijo al canal estatal de televisión que el flujo de agua amenaza también con superar los diques reforzados con centenares de miles de sacas de arena.

"Me preocupan los residentes de Bangkok porque si no conseguimos controlar la situación o no podemos achicar todo el agua que llega, existe la posibilidad de que nuestra Bangkok se inunde", señaló.

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Según los datos del Ministerio de Trabajo, al menos 14.000 fábricas y negocios han detenido su actividad por los daños causados por las inundaciones y unos 663.000 trabajadores están temporalmente parados.

La crisis creada por las inundaciones está poniendo a prueba la capacidad de gestión de la primera ministra y su Gabinete, en el poder desde agosto pasado y contra el que arrecian las críticas por la forma en la que está manejando el desastre, así como por ocultar al público su verdadero alcance.

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