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Grecia ultima el pacto para elegir primer ministro

Papandreu y la oposición prolongan las negociaciones una segunda jornada al no lograr un acuerdo sobre el nombramiento de Lukas Papadimos

AMANDA MARS (ENVIADA ESPECIAL)
Los ministros griegos reunidos este martes en Atenas.
Los ministros griegos reunidos este martes en Atenas.Vasilis Filis (AP)

Hay un punto de inflexión en la crisis económica de un país y es el que se produce cuando taxistas y tenderos ya hablan de la prima de riesgo o la quita de deuda, conceptos de la ingeniería financiera que hace poco no llegaban más allá de los especialistas. En tiempos así puede pasar cualquier cosa, incluso que los políticos se echen a un lado para poner al frente del Gobierno a un banquero central. Los dos grandes partidos griegos ultimaban ayer el acuerdo para nombrar a Lukas Papadimos, exvicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) y exgobernador del Banco de Grecia, primer ministro de un Ejecutivo de coalición interino.

Fue un día extraño este martes en Atenas. El devenir de los acontecimientos se seguía como la final de un campeonato deportivo en el que el país de lo jugaba todo. Lo que pasa es que las negociaciones ya han agotado incluso la prórroga. Las televisiones de los restaurantes sintonizaban con la gran historia del momento y los hombres de negocios que se movían por la parte más adinerada del centro preguntaban la última hora al camarero como quien dice ese “¿cómo van?” de un partido de fútbol.

Yorgos Papandreu, dirigente del partido socialista griego (Pasok) y aún primer ministro, y Antonis Samaras, líder del partido de centro-derecha Nueva Democracia, “están ultimando los detalles del pacto con Papadimos”, dijo a Reuters una fuente del Pasok. Eran entonces las cuatro de la tarde. La reunión finalizó a última hora de la noche y se anunción que las negociaciones se retomarían hoy, cuando han anunciado de nuevo que se establecerá el nuevo gobierno. Estaba previsto contar con el nuevo Ejecutivo desde el lunes, pero las negociaciones se prolongan una segunda jornada.

Pero puede que Papadimos ya no sea el nombre clave. Los principales partidos políticos de Grecia parecen haber descartado su nombramiento como primer ministro del país, según han informado a Reuters fuentes de ambos partidos. "La candidatura de Papademos ha encontrado problemas que tienen que ver con las dos partes", ha dicho una de las fuentes a la misma agencia, bajo condición de anonimato. Los medios de comunicación griegos señalan que estos "problemas" se deben a que el ex vicepresidente del BCE habría impuesto condiciones "inaceptables" para su nombramiento.

El exvicepresidente del BCE reclamaba más tiempo para poder realizar las labores que tenían encomendadas y rechazaba las elecciones anticipadas, que los partidos habían pactado convocar el 19 de febrero. Además, quería incorporar al equipo a personas de su confianza, según fuentes del Gobierno, incluido el ministerio de Finanzas, ahora pilotado por Evangelos Venizelos.

Ese futuro primer ministro interino tomará en unos meses decisiones que afectarán a Grecia durante una década. Debe negociar con Bruselas y el Fondo Monetario Internacional (FMI) la aplicación de un segundo rescate financiero que permita al país seguir pagando las facturas y evitar la quiebra y poner en marcha reformas estructurales. Lo más complicado es justificar esto en la calle, dar a los griegos más aceite de ricino: otra ola de recortes sociales.

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Grecia, en fin, se confía a un banquero central para poner en marcha toda su estrategia económica, tras meses de bloqueo político. Es, de algún modo, algo parecido a lo que ha ocurrido con Europa en su lucha contra la presión de los mercados. El BCE, dada la renqueante toma de decisiones de los políticos, ha liderado la reacción europea a la presión de los inversores incluso con medidas poco convencionales, como la compra masiva de bonos y las exigencias a los Gobiernos.

Pero se encienden nuevos fuegos. Es tal el escepticismo de la Eurozona hacia a Atenas que el lunes pidió por escrito el compromiso de los dos grandes partidos con el rescate como condición para liberar 8.000 millones de euros que corresponden al plan de rescate anterior. El líder de la oposición rechazó frontalmente esta exigencia, que el Gobierno sí aceptaba, y se desmarcó de firmar el documento alegando que no acepta que se cuestione su palabra. “Hay una cosa que se llama dignidad nacional”, dijo.

Papandreu convocó a su Consejo de Ministros para comunicarles que debían tener preparadas sus dimisiones para la puesta en marcha del nuevo gabinete, porque en breve se iba a presentar al presidente de la República, Karolos Papoulias, para informarle del nuevo Ejecutivo y, tras más de una semana de idas y venidas, entregar la placa.

Al presidente de la República le debieron venir ayer algunos recuerdos a la cabeza. Atenas ya tuvo en 1989 un Gobierno de coalición por unos meses, que formaron los conservadores de Nueva Democracia y los comunistas, para hacer caer al socialista Pasok tras un escándalo de corrupción. El Ejecutivo liquidado tenía un titular de exteriores llamado Papoulias y un primer ministro llamado Andreas Papandreu, el padre de Yorgos. En este extraño otoño griego todos son viejos conocidos.

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Sobre la firma

AMANDA MARS (ENVIADA ESPECIAL)
Directora de CincoDías y subdirectora de información económica de El País. Ligada a El País desde 2006, empezó en la delegación de Barcelona y fue redactora y subjefa de la sección de Economía en Madrid, así como corresponsal en Nueva York y Washington (2015-2022). Antes, trabajó en La Gaceta de los Negocios y en la agencia Europa Press

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