Un puesto difícil de reemplazar

Con apenas tiempo para sobreponerse a una nueva tragedia en su entorno, Felipe Calderón debe comenzar la búsqueda de un nuevo encargado de la importante cartera de Gobernación, a menos de un año que se efectúen las elecciones presidenciales de México en julio de 2012.

Quien reemplace a Francisco Blake Mora será el quinto secretario de Gobernación que tenga Calderón. El nombramiento del primero de ellos, Francisco Ramírez Acuña, un ex gobernador del conservador Estado de Jalisco, se interpretó como el pago de una factura por servicios en campaña. En enero de 2008 el presidente nombraría en ese cargo a su colaborador más cercano, Juan Camilo Mouriño, un joven nacido en 1971 en Madrid que se había ganado su confianza durante su campaña electoral en 2006. El cuatro de noviembre de ese mismo año, sin embargo, la aeronave en que Mouriño viajaba se desplomó en plena ciudad de México.

Entonces Calderón nombró a un viejo amigo, el abogado Fernando Gómez Mont, que por entonces se encontraba retirado de la política. Gómez Mont ganó prestigio al plantear una reforma política y responder a los cuestionamientos sobre la estrategia anticrimen del Gobierno. Pero su férrea oposición a las alianzas electorales entre su partido el PAN y el PRD (izquierda) en las elecciones regionales de 2010 lo llevó a renunciar al cargo en julio de ese año. Incluso se dio de baja de su partido.

Durante todo su Gobierno, Calderón ha sido criticado por no convocar colaboradores de alto perfil. De hecho, el nombramiento de Blake Mora fue recibido con críticas, inspiradas por su escasa carrera política nacional.

Una vez más, el presidente mexicano deberá remontar condiciones adversas con muy pocas cartas en la mano, para nombrar uno de los puestos clave en un país que padece un clima de crispación por la violencia que ha dejado más de 45.000 muertos desde diciembre de 2006.