_
_
_
_
_

Sarkozy obtiene rédito político con la crisis europea

El presidente francés sube en los sondeos tras su gestión de los problemas del euro

El presidente Nicolás Sarkozy en la Tumba del Soldado Desconocido durante los actos del Día del Armisticio, en París.
El presidente Nicolás Sarkozy en la Tumba del Soldado Desconocido durante los actos del Día del Armisticio, en París.IAN LANGSDON (EFE)

En solo un mes ha hecho llorar a la primera ministra eslovaca en funciones, Iveta Radicovaha; ha llamado mentiroso a Benjamín Netanyahu y dicho cosas peores de Yorgos Papandreu, le ha pegado una bronca de campeonato a David Cameron, se ha reído de Silvio Berlusconi a compás con Angela Merkel y ha concedido una entrevista conjunta con Barack Obama y otra en solitario a las principales televisiones del país.

En solo un mes, Nicolas Sarkozy ha pasado de ser visto como el granujilla bling-bling que incumplía todos los objetivos marcados por la Comisión Europea a ejercer como implacable gendarme del rigor y mano derecha de la canciller alemana. Y muchos franceses parecen haber apreciado la metamorfosis y el nuevo papel elegido por el patrón del Elíseo para afrontar sus últimos meses de presidencia y su reelección: salvador del euro y del hemisferio occidental, firme capitán (o, en fin, teniente) de la nave en la tempestad, socio fidelísimo de Berlín, líder responsable de talla mundial.

Todos los sondeos recientes reflejan un fuerte repunte de la popularidad del presidente de la República. Los peores afirman que la confianza en el jefe del Estado ha aumentado en cinco puntos, los mejores elevan la cifra hasta los 10. La batalla por las presidenciales de la próxima primavera está en el horizonte, y Sarkozy parece estar aprovechando las turbulencias del euro, y quizá también la ola de ternura provocada por su reciente paternidad (entre un viaje relámpago a Fráncfort y la cumbre de Bruselas), para comerle terreno a su máximo rival, el candidato socialista François Hollande.

Apagado el eco de las primarias de la izquierda, la lucha se presenta ahora más ajustada, pero se diría que el presidente deberá remar mucho para llegar con opciones serias a abril. Según la última encuesta de Le Parisien, Hollande ganaría el primer turno con el 36% de los votos, frente al 25% de Sarkozy, y con Marine Le Pen en el 18%. Pero, en la segunda vuelta, el socialista se impondría por más de 20 puntos: 61% contra 39%.

Actuando casi siempre a golpe de improvisación, pero también con habilidad comunicadora y olfato, Sarkozy ha afrontado obstáculos e imprevistos surtidos, del referéndum griego al hundimiento italiano pasando por la amenaza de Moody’s de rebajar la triple A francesa. Además, ha aprobado un nuevo plan de ajuste fiscal que Bruselas consideró el jueves “insuficiente”.

Sus críticos señalan que, por el camino, Francia ha renunciado a todas sus ideas para solucionar la crisis, ha abandonado al sur de Europa y ha visto fracasar los objetivos marcados para el G-20 de Cannes. Ayer, en la conmemoración del armisticio de la I Guerra Mundial, prometió que luchará “con todas sus fuerzas por preservar la solidaridad y la fuerza de Europa”. El legado de Adenauer, Monnet y De Gasperi, concluyó, situándose a su altura, “es un logro que no podemos dilapidar”.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_