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El gran movimiento islamista de Marruecos rompe con las protestas juveniles contra el régimen

Justicia y Espiritualidad critica el carácter laico de las manifestaciones y reivindicaciones

Abdelilah Benkiran, líder del partido islamista Justicia y Desarrollo (PJD), y nuevo primer ministro de Marruecos, interviene durante el debate en el parlamento, en Rabat, Marruecos, el día 19 de diciembre de 2011.
Abdelilah Benkiran, líder del partido islamista Justicia y Desarrollo (PJD), y nuevo primer ministro de Marruecos, interviene durante el debate en el parlamento, en Rabat, Marruecos, el día 19 de diciembre de 2011.EFE

Justicia y Espiritualidad, la corriente islamista con mayor capacidad de movilización en Marruecos, ha anunciado hoy en un comunicado su ruptura con el Movimiento 20 de Febrero que hace diez meses organiza casi todos los domingos protestas contra el régimen en las calles de las principales ciudades, sobre todo Casablanca y Tánger.

La decisión de Justicia y Espiritualidad, una asociación ilegal pero tolerada, supone un duro duro para el Movimiento del 20 de Febrero porque en las manifestaciones los islamistas eran los más numerosos, pero también le permitirá recuperar una cierta coherencia ideológica que había perdido en los últimos tiempos y acaso atraer de nuevo a sus filas a militantes laicos que no querían codearse con los “barbudos”.

El Movimiento del 20 de Febrero estaba hasta ahora compuesto por jóvenes estudiantes laicos y apartidistas, por tres pequeños partidos a la izquierda de los socialistas y por los islamistas que se situaban al final de los cortejos, separaban a hombres y mujeres y, recientemente, coreaban sus propios eslóganes y exhibían sus propias banderolas.

Justicia y Espiritualidad, que dirige el octogenario Abdessalam Yassin, justifica su decisión alegando que hay quienes intentar dar al Movimiento 20 de Febrero un color ideológico o político opuesto a la identidad del pueblo marroquí musulmán, en clara contradicción con lo que sucede en los demás países árabes. Reitera, no obstante, sus reivindicaciones empezando por la liberación de todos los presos de conciencia.

Algunos observadores sospechan que además del reproche de la laicidad, Justicia y Espiritualidad ha querido dar, con su renuncia a manifestarse, una oportunidad a sus correligionarios legales del Partido Justicia y Desarrollo (PJD) que ganaron las elecciones del 25 de noviembre. Su líder, Abdelilá Benkiran, fue nombrado jefe del Gobierno por el rey Mohamed VI y está a punto de anunciar la formación de su primer Ejecutivo.

Justicia y Espiritualidad hizo un llamamiento a favor del boicoteo de las elecciones de noviembre que disgustó al PJD. En su primera rueda de prensa tras la victoria, Benkiran pidió a sus correligionarios que se incorporasen de una vez a la vida política. El principal obstáculo para su legalización es que rechazan reconocer al monarca como Comendador de los Creyentes, es decir jefe espiritual de los musulmanes marroquíes, algo que sí acepta el PJD.

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