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Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo

“Primero la justicia social y después el rigor presupuestario”

“Si en Alemania y en Francia tenemos un Gobierno de izquierda, Europa irá en otra dirección”

Andreu Missé
Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo.
Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo.THIERRY MONASSE

Martin Schulz (Würselen, Alemania, 1955) inició su vida laboral como librero, y su actividad política, desde muy joven, en el campo municipal. En 1984 fue concejal por el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) en su ciudad natal, de la que tres años más tarde sería alcalde, puesto que ocupó durante una década. Eurodiputado desde 1994, ha presidido el grupo socialista en la Eurocámara desde 2009. Schulz, que acaba de ser elegido presidente del Parlamento Europeo, considera necesarias las medidas de austeridad, pero ve prioritarias las que estimulan el crecimiento y el empleo. Está convencido de que si la izquierda gana en Francia y Alemania, Europa irá en otra dirección.

Pregunta. ¿Cuáles son sus prioridades como presidente en estos momentos marcados por la profunda crisis económica, del euro y del proyecto europeo?

Respuesta. Hacer más visible el verdadero papel del Parlamento Europeo ante la opinión pública. La mayor parte de la gente cree que dentro de las instituciones europeas, el Parlamento es la institución más débil. Pero esto no es verdad, todo lo contrario. La realidad es que el Parlamento es la institución que más peso ha ganado con los cambios introducidos por el Tratado de Lisboa. Debemos hacer más visible la complementariedad de las instituciones entre la Comisión Europea, el Consejo y nosotros. Ahora el Consejo trata de marginar al Parlamento y es necesario que nosotros reaccionemos de una manera combativa. El presidente del Parlamento Europeo debe luchar públicamente por el derecho de esta institución.

P. Los jóvenes no se identifican con esta Europa. ¿Qué les diría a los jóvenes, especialmente a los que han mostrado más conciencia social como los "indignados" en España, para que puedan hacer suyo el proyecto europeo? Para muchos, los mensajes que provienen de Europa son muy poco estimulantes. Solo suponen austeridad, reformas estructurales imprecisas, nuevos tratados ¿Cuál es su mensaje para los jóvenes que dicen no comprender Europa?

R. Antes de hablar a los jóvenes hablo a los responsables políticos de los países y les digo que sean cuidadosos. No todo el que critica la Unión Europea es un euroescéptico. Pienso que hay mucha gente que está absolutamente de acuerdo con la idea de la integración europea porque saben, sobre todo los jóvenes, que dentro de un mundo que se desarrolla tan rápidamente como el nuestro, un país solo, ya sea España, Alemania, Luxemburgo, Eslovaquia o Finlandia, cualquiera de ellos es incapaz de afrontar los retos del siglo XXI, que es un reto global, ecológico, económico y monetario. El primer cambio que debe ocurrir en Europa es proteger nuestro sistema de justicia social, el crecimiento y el empleo, dando prioridad a la seguridad social, a la educación y al empleo.

P. De todas formas de lo que más se oye hablar es de rigor presupuestario, ¿no?

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R. Hoy la prioridad en Europa es el rigor presupuestario, esto es necesario y les diría a los jóvenes que es necesario también para ellos. Porque el modelo social de nuestra generación no puede ser mantenido sobre la base de una deuda pública que deberá pagar la siguiente generación. Por esto el rigor presupuestario es una cuestión de solidaridad entre las generaciones. Pero no tendremos jamás un aumento de presupuesto público y una reducción de deuda soberana sin crecimiento. El enfoque unilateral de reducir solo los gastos en lugar de invertir en la educación, el crecimiento y el empleo es erróneo. Por eso mi discurso hacia los jóvenes es que no abandonen nunca a Europa porque es necesaria para los retos mundiales, pero también para poner las cosas en orden dentro de nuestros países, diciendo primero la justicia social y después el rigor presupuestario.

P. Usted sostiene que el Parlamento Europeo ha ganado poder según el Tratado. Pero la realidad es que el verdadero poder de facto no lo ejercen las instituciones europeas sino el directorio de Merkel y Sarkozy.

R. De acuerdo, ¿pero sabe usted dónde se critica más esta situación? No es en las Cortes españolas en Madrid, ni en la Asamblea Nacional de París, ni en el Bundestag en Berlín. Es en el Parlamento Europeo. Pero yo no puedo criticar a Merkel y Sarkozy si los otros 25 jefes de Estado les permiten hacer esto; si Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, lo acepta; si José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, lo acepta. Si públicamente hay la impresión de que Merkel y Sarkozy son los que toman las decisiones es un asunto que hay que tratar con ellos, con los colegas del Consejo Europeo. Pero el lugar donde en realidad se discute es en el Parlamento Europeo, aunque desgraciadamente no hemos tenido mucho éxito en hacerlo público.

P. ¿Teme que el Parlamento Europeo pueda ser sustituido por los Parlamentos nacionales?

R. Esa idea de reemplazar la legislación europea por las acciones de los Parlamentos nacionales es contraria a lo que dicen los jefes de Estado, que piden decisiones rápidas. Si se quiere legislar para 27 Estados, algunos con sistema bicameral, e imponer las mismas leyes a todos los países, esto solo se puede hacer a través del Parlamento Europeo. Depender de los Parlamentos nacionales ya sabemos a lo que conduce. Recordemos el caso eslovaco o el de Berlín, cuando se discute el Impuesto de Transacciones Financieras y no avanza porque un 2% de la población europea, como los liberales alemanes, lo bloquea. Yo no temo la retórica de que los Parlamentos nacionales vayan a reemplazar al Parlamento Europeo porque es contradictorio e imposible.

P. ¿Entonces cómo ve las relaciones entre el Parlamento Europeo y los Parlamentos nacionales?

R. Los Parlamentos nacionales saben que la acción de sus Gobiernos aquí en Bruselas no es controlable al 100 %. Hay muchos ciudadanos en Europa que consideran que es un déficit democrático que los Ejecutivos viajen desde sus capitales a Bruselas, hagan un trabajo legislativo y ejecuten las reglas que ellos mismos adoptaron aquí, sin un Parlamento Europeo que los controle. Por eso veo a los colegas de los Parlamentos nacionales como aliados. De lo que se trata es de encuadrar a los múltiples Ejecutivos en Europa entre un parlamentarismo nacional por un lado y un parlamentarismo europeo por el otro lado.

P. La participación en las elecciones al Parlamento Europeo no para de descender. ¿Cómo prevé invertir esta tendencia?

R. Para las próximas elecciones europeas está previsto que el presidente de la Comisión tiene que ser elegido por el Parlamento Europeo, tomando nota del resultado de las elecciones europeas. En consecuencia, el próximo presidente de la Comisión necesita el apoyo de los jefes de los Gobiernos nacionales, necesita una mayoría parlamentaria y ahí habrá candidatos de las grandes familias políticas, habrá candidatos del PP, del partido socialista, del liberal y de los otros grupos. En la próxima campaña electoral habrá una competencia entre las personalidades con sus respectivos programas. Habrá por primera vez una situación como la conocen los electores de las elecciones nacionales.

P. ¿Qué piensa de la gestión y de las medidas adoptadas por la UE para afrontar la crisis de Grecia?

R. Mi respuesta tiene tres partes. Primero, en el caso de Grecia, lamentablemente, se tardó mucho tiempo en tomar una decisión. Segundo, Grecia necesita crecimiento, Grecia ya no tiene más donde reducir. El presupuesto está agotado. ¿Dónde se va a recortar más? En las pensiones, en la educación, en los salarios y mientras vemos que los súper-ricos transfirieron su dinero fuera del país. No vamos a salvar a Grecia con la reducción unilateral de los salarios o del presupuesto. Lo que necesita Grecia es crecimiento. Mi propuesta fue y es la de anticipar los fondos estructurales para que pueda disponer de ellos ahora. Grecia no necesita fondos en 2016, o más tarde, los necesita ahora. Y tercero, los eurobonos y la tasa de las transacciones financieras. Los eurobonos nos pueden ayudar a todos. Alemania puede vivir fácilmente con un leve aumento del interés. De modo general, con los Eurobonos España e Italia pagarían el 2,5% en lugar del 6% o 7% que pagan. Esto les ayudaría a relanzar la economía sin deuda adicional. Luego está el impuesto sobre las transacciones financieras. El sector bancario debe contribuir a solucionar el problema que ha creado.

P. ¿Cómo explica que la socialdemocracia esté perdiendo sucesivamente casi todas las elecciones?

R. La izquierda ha cometido errores. Los socialistas hemos discutido sobre si el sistema económico funciona bien o mal y si la distribución de los beneficios que genera es la adecuada. Nosotros debemos volver a ganar la confianza de los ciudadanos y demostrar que somos capaces de reformar el sistema. Hemos perdido elecciones, pero también las ganamos. Ganamos elecciones en Dinamarca, donde los socialistas están en el poder con un partido liberal. Vamos a ganar también en Eslovaquia. Estoy seguro que los socialistas vamos a ganar en Francia. Si Francia tiene un presidente socialista, entonces la situación en Europa mejorará. Y si el año próximo en Alemania hubiera un Gobierno de izquierda... Está claro que si en Alemania y en Francia tenemos un Gobierno de izquierda Europa irá en otra dirección.

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