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Una maniobra común en los cruceros turísticos

Acercarse a la costa es habitual, según marinos de buques de pasaje

El barco Costa Concordia, desde la isla Giglio.
El barco Costa Concordia, desde la isla Giglio.FILIPPO MONTEFORTE (AFP)

El fiscal italiano que ha ordenado la detención del capitán del crucero Costa Concordia habló el sábado de maniobra torpe. “Una maniobra que no se debía haber hecho en absoluto”, remató. Se ha hablado de saludo, de “reverencia”, de favor a un miembro de la tripulación vecino de isla de Giglio. Un acercamiento a distancias que para un profano suenan temerarias.

Pero estos tipos de acercamientos a la costa no son tan inusuales. “La ruta que hizo el Concordia es una ruta normal, con las condiciones del tiempo favorables y una velocidad más reducida. Es normal pasar entre las islas. Y también lo de hacer pasaditas. Es común entre algunos capitanes italianos”, comenta José María Ruida i Pujol, segundo capitán en buques de pasaje. “Se puede hacer. Y no hay que olvidar que los cruceros son un atractivo turístico. Yo mismo en algunas islas del sur de Italia he pasado a una milla [de tierra]. Tienes que conocer la costa. Que un capital italiano conocedor de la zona se acerque es algo normal...”, explica el oficial. Una fotogalería con imágenes enviadas por los lectores publicada por el diario italiano La Repubblica muestra cómo los pasajes a muy corta distancia de la costa, para que los turistas —y los vecinos— se hagan la foto, no son decisiones episódicas de capitanes temerarios.

“Si no pudieran acercarse tanto”, dice un excapitán de cruceros que prefiere mantener el anonimato, “entonces no irían a Noruega en medio de los fiordos. Es una cuestión de decisión, de práctica. Es como cuando se conduce un coche por una autopista. Como en este caso, también se puede fallar por exceso de confianza”.

“Cada barco tiene unas rutas y las compañías son responsables de la navegación”, explica un experto en seguridad marítima del Instituto Hidrográfico de la Marina. Este reconoce que también en España se registran estos acercamientos y, cuando se tiene noticia de ello, se envía un mensaje al buque. “No es lo mismo hacer fotografías de la costa desde 400 metros o desde 100. Se trata de intereses comerciales que chocan con la seguridad”, lamenta.

“No es inusual hacer este tipo de maniobras. La negligencia es no conocer las capacidades de maniobra del barco”, repite Ruida i Pujol. Esto es lo que la investigación técnica esclarecerá. El fiscal que sigue la investigación dijo que “la caja negra ya está hablando”. Lo que se llama coloquialmente caja negra en los barcos es el VDR, Voyage Data Recorder, una especie de diario de a bordo digital. Ahí se encuentra la explicación de una maniobra que acabó en tragedia.

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