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ROBERTO LAVAGNA | EXMINISTRO DE ECONOMÍA DE ARGENTINA

"América Latina debe aprovechar la ola a favor de las materias primas"

El político argentino destaca que su país "ha perdido el superávit fiscal récord que tenía en 2006"

El exministro de Economía de Argentina Roberto Lavagna, ayer en Madrid.
El exministro de Economía de Argentina Roberto Lavagna, ayer en Madrid. CARLOS ROSILLO

Roberto Lavagna (Buenos Aires, 1942) considera que los vaticinios que hablan de una próxima desaceleración de la economía China son “exagerados”. El exministro de Economía, quien tuvo a su cargo la salida de la crisis argentina de 2001 y estuvo ayer en Madrid en un foro sobre sostenibilidad, cree que América Latina debe aprovechar esta ola a favor de las materias primas y, además, que se tiene que imponer la racionalidad en Europa para salir de la crisis.

Pregunta: El FMI anunció que necesita un billón de dólares para capear la crisis y que una parte debe venir de los países emergentes. ¿Están estos en capacidad de dar recursos? ¿Qué pueden sacar a cambio?

Respuesta: No creo que demasiado. Hace apenas tres meses hubo una discusión sobre el aporte que podían hacer los países emergentes que tienen volumen de reservas muy importantes —el caso de China es el más obvio—, incluso quien administra el Fondo de Europeo de Estabilidad viajó a Pekín para tratar de obtener recursos, y la respuesta fue no, y en el caso de Brasil ocurrió algo por el estilo. La idea central de que los BRICs podrían ser una parte sustantiva ya falló y no es demasiado creíble hoy, sobre todo después de que el presidente Obama dijera que no va a hacer un aporte.

P. Entonces quedamos en las mismas...

R. Creo que sí. Si algo ha caracterizado esta crisis en los últimos dos años y medio han sido los permanentes anuncios que luego no se cumplen.

P. ¿A qué se debe temer más, a una recesión mundial o a que los países europeos no puedan salir del atolladero?

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R. Tiendo a creer que la racionalidad se tiene que imponer y que un conjunto que tiene el poder económico y político como la Unión Europea en algún punto tomará una decisión de ayudar efectivamente, por lo menos en el tema deuda. Ya lo hizo el BCE con la emisión de 489.000 millones de euros a más de 500 bancos y hay ideas de que esto se repetiría. Creo en el peso, en la influencia, en el poder económico y político que tiene Europa y su disposición a hacer estas cosas. Sigo creyendo todavía que, aún yendo detrás de los acontecimientos, las soluciones se van a ir encontrando, aunque, por supuesto, esto implica tiempos. La crisis griega empezó hace dos años y medio, hoy estamos peor, porque cuando uno corre detrás de los acontecimientos la situación empeora, cuanto más se tarde en reconocer habrá más costes sociales.

P. ¿Cree que la alta dependencia de América Latina en sus materias primas puede jugar en su contra?

R. Eso depende de lo que hagamos. No se me ocurre que frente a un dato externo positivo como es la subida de precios de materias primas uno decida no aprovecharlo. Al revés, uno aprovecha el margen en términos de reservas, de capacidad de inversión que da esa situación para reforzar a los otros sectores de la economía menos desarrollados. Hacía muchos años que América Latina no tenía una ola favorable de este tipo. No hay nada de malo en que las materias primas tengan más peso en una economía. Lo malo es si los Gobiernos no lo valoran.

P. ¿Y qué pasaría en Argentina si China levanta el pie del acelerador económico?

R. Me parece que el vaticinio es un poco exagerado. En los últimos trimestres ha habido una ligera desaceleración del crecimiento chino que tiene algún impacto, pero este es mayor sobre las materias primas no alimenticias, por ejemplo, sobre el cobre que sobre los alimentos. Esto no significa que las materias primas alimenticias sean inmunes. Pienso que ese mercado y el de India van a seguir con valores relativamente altos. De todas maneras, como dije antes, la clave está en el uso que dé Argentina a esos recursos. Este año hay una sequía muy importante y eso tiene un impacto. Los imprevistos siempre ocurren.

P. ¿Existe algún blindaje actualmente en Argentina para este tipo de eventualidad?

R. No. Hoy, a diferencia de países como Brasil y otros de América Latina, las reservas internacionales argentinas han permanecido estancadas, incluso bajando un poco en los últimos meses. Acá lo que a mí me importa es cómo uno ve Argentina y ahí hay tres versiones distintas y las tres son correctas. Hay una que es la fotografía de la realidad actual de los últimos meses, cuando la presidenta Cristina Fernández fue reelecta muy ampliamente. Es una fotografía con altos niveles de consumo, y, si bien hay inflación, los salarios han subido por encima de esta. Ha aumentado el empleo, sobre todo el público y hay mucho crédito. En consecuencia, es una sociedad en plena ebullición de consumo que obviamente jugó a favor del Gobierno. Después está la fotografía dinámica. ¿Qué es lo que ha venido ocurriendo? Argentina ha perdido el superávit fiscal récord que tenía en 2006 (de 4,5 puntos), ya no tiene superávit en cuenta corriente de balanza de pagos, por eso las reservas internacionales no suben. Ha habido salida de capitales, particularmente el último año. De manera que hay una dinámica de este año, el próximo y el que sigue en los que algunos ajustes y cambios de política van a ser necesarios. No sé si se harán o no. Y después está el mediano y largo plazo. Argentina es un país de posibilidades enormes. El largo plazo me parece claramente positivo, pero hay que hacer esa transición entre la foto de una situación demasiado alegre respecto a la realidad y de ese futuro que promete.

P. ¿Y cuáles son sus planes en esa foto a mediano plazo?

R. Los planes son tratar de no caer en la trampa que se produjo durante las elecciones de 2011. La sociedad argentina se ha venido dividiendo: de un lado el Gobierno —apoyado electoralmente por el 54% de la gente— y del otro lado una oposición muy oposición, donde todo lo que hace el Gobierno está mal o todo lo que hizo en el pasado está mal. En realidad, lo que hay que formular en Argentina, y ahí me ubico yo, es la creación de alternativas de Gobierno, no oposiciones ciegas que terminan siendo no creíbles. Tan no creíbles son, que la presidenta sacó muchos más votos que en la elección de 2007. Lo que hay que lograr hoy en Argentina es que la sociedad no se parta en dos, aunque de hecho es lo que está ocurriendo.

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