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Israel libera a un preso palestino tras 66 días en huelga de hambre

Jader Adnan, miembro de la Yihad Islámica, estaba detenido sin cargos

Enric González
Randa, esposa de Jader Adnan, junto con la hija del matrimonio.
Randa, esposa de Jader Adnan, junto con la hija del matrimonio.MAJEDA AL-BATSH (AFP)

La huelga de hambre de Jader Adnan fue la más larga protagonizada por un preso palestino. Ayer, tras 66 días a régimen de agua, sales y glucosa, el miembro de Yihad Islámica logró su objetivo: el Ministerio de Justicia de Israel anunció que Adnan sería puesto en libertad el 17 de abril. Jader Adnan, un panadero de 33 años, fue detenido y encarcelado el pasado 17 de diciembre, sin que se le acusara de nada concreto.

El panadero islamista se ha convertido en el mayor símbolo de la liberalidad con la que la justicia israelí encarcela a los palestinos. El sistema de “detención administrativa” que aplica la autoridad militar de ocupación en Cisjordania permite encerrar por períodos de hasta seis meses, prorrogables indefinidamente, a cualquier palestino. Basta con que la justicia militar alegue sospechas de que la persona en cuestión entraña algún tipo de peligro.

En el caso de Adnan se habló de “riesgo para la seguridad de la región”. Sin acusaciones concretas y sin necesidad de probar nada. El Gobierno de Israel justifica el sistema por la necesidad de proteger a su red de informadores en los territorios ocupados: la presentación de cargos, dice, podría delatar al denunciante y poner en peligro “operaciones antiterroristas”.

Jader Adnan fue detenido de madrugada en su casa, cerca de Jenin, el 17 de diciembre, y trasladado a prisión. Al día siguiente inició una huelga de hambre que al cabo de dos semanas puso en peligro su vida. Las autoridades penitenciarias ordenaron su traslado al hospital Ziv, en Safed (Israel), donde, con autorización del propio Adnan, se le empezó a suministrar agua, sales y glucosa. Esa alimentación mínima evitó su muerte, aunque perdiera 30 kilos de peso, parte del cabello y sufriera problemas cardíacos y renales. En el hospital permaneció con los pies y una mano encadenados a la cama.

El miembro de Yihad Islámica, y durante un tiempo portavoz de la organización, tenía experiencia en ese tipo de protestas. Ya hizo 28 días de huelga de hambre en 2005, durante un previo encarcelamiento, para protestar por su confinamiento en solitario, y logró ser devuelto a las celdas regulares. En 2010 se negó a comer durante 12 días, para protestar por su detención por parte de la Autoridad Palestina dentro de una redada contra militantes islamistas.

Tras la última detención, Adnan decidió poner a prueba el sistema de justicia militar israelí. Se declaró dispuesto a ayunar hasta la muerte y su huelga de hambre fue seguida con creciente interés por la población palestina. Desde la semana pasada las manifestaciones de apoyo a Adnan eran casi diarias. También hubo repercusiones internacionales. La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, declaró el sábado que en Bruselas se seguía el asunto “con preocupación” y afirmó que cualquier detenido tenía derecho a conocer las acusaciones en su contra y a ser sometido a un juicio justo en un plazo razonable.

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Los abogados del miembro de Yihad Islámica pidieron que el Tribunal Supremo de Israel examinara su caso y se fijó una vista para el 23 de febrero, luego anticipada dos días, al 21, porque los jueces, basándose en los informes médicos, consideraron que 48 horas podían marcar la diferencia entre la vida y la muerte del preso.

Este martes, minutos antes de la vista, el Ministerio de Justicia ofreció un acuerdo a los abogados de Adnan. Los representantes del Gobierno reconocieron que no habían hallado ningún tipo de prueba que relacionara al preso con actividades violentas y dijeron que, en caso de no surgir novedades en la investigación, renunciarían a pedir que se prorrogara la detención administrativa. Eso suponía que cuando expiraran los cuatro meses fijados inicialmente por la justicia militar, el 17 de abril, Jader Adnan podría volver a su casa. Tanto los abogados como el propio Adnan aceptaron el trato. La huelga de hambre se dio por concluida.

“Adnan ha demostrado que con coraje podemos conseguir la victoria”, declaró Randa, su esposa. Mahmud Hassan, uno de sus abogados, afirmó por su parte que la huelga de hambre había creado un precedente que podrían emular otros presos: “Adnan es un ejemplo para todos los palestinos”. Cientos de personas salieron a la calle para festejar la noticia en Jerusalén oriental, Ramala, Jenin y otras ciudades de los territorios ocupados.

El ministro de Asuntos Exteriores, Avigdor Lieberman, dio voz a amplios sectores de la sociedad israelí cuando calificó de “grave error” la liberación de Jader Adnan. Yihad Islámica de Palestina, una organización considerada terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea, Japón y otros países, además de por Israel, declara como objetivo la destrucción de Israel y la implantación de un Estado islámico. Su brazo armado, las Brigadas de Al-Quds, tiene un largo historial de atentados contra ciudadanos israelíes.

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