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Jerusalén despide a las víctimas de Toulouse

Una multitud de judíos ortodoxos participa al entierro de los asesinados en Francia

La madre de Miriam Monsonego (primera por la derecha), víctima de siete años del asesino de Toulouse, llora durante el entierro en Jerusalén.
La madre de Miriam Monsonego (primera por la derecha), víctima de siete años del asesino de Toulouse, llora durante el entierro en Jerusalén.MENAHEM KAHANA (AFP)

A las 10.08 de la mañana llegaron los cuerpos de las víctimas del atentado de Toulouse al cementerio de Givat Shaul de Jerusalén, procedentes de Francia. Les esperaba una marea negra, de judíos ortodoxos, muchos de ellos miembros de la comunidad francófona de Jerusalén, para despedirles.

Líderes políticos y religiosos pronunciaron discursos entrecortados por llantos y gritos de dolor. “Les recordamos a nuestros enemigos que no lloramos porque seamos débiles. Somos fuertes y continuaremos enseñando la palabra de la Torá en todos los rincones del mundo”, dijo entre lágrimas Shlomo Amar, rabino jefe sefardí.

El ministro de Interior, el de Integración y el portavoz de la Knesset, el Parlamento israelí, pronunciaron palabras de apoyo a la familia y pidieron a las autoridades francesas que refuercen la seguridad en torno a las instituciones judías, en un acto político y religioso a partes iguales. Alain Juppé, ministro de Exteriores francés, recién aterrizado, aseguró que “Francia no cederá al terror y explicó que “el antisemitismo atenta contra todos los valores de Francia”. Y añadió “los entierran en Israel pero su memoria permanecerá en Francia”

“Hacía tiempo que no ocurría un acto de antisemitismo de esta magnitud. He venido porque esto es algo que nos afecta a todos los judíos del mundo”, sostiene un joven judío madrileño, con un libro de oraciones en la mano, que ahora estudia en Jerusalén. A su lado, unas compañeras de trabajo de Eva Sandler, la viuda de Jonathan, el rabino muerto a balazos en la escuela religiosa de Toulouse junto a dos de sus hijos. Vestidas de negro como el resto de los asistentes al funeral, explican que la viuda del rabino no quería viajar a Francia y que solo aceptó trasladar a su familia para que su marido trabajara en la escuela de Toulouse, con la condición de que volvieran a los dos años.

El asesinato en el colegio judío francés ha ocupado buena parte de las páginas de la prensa israelí en estos días. Análisis y reportajes recuerdan otros ataques contra la comunidad judía en la diáspora y opinan sobre las causas y consecuencias del antisemitismo en Europa. El diario Yedioth Ahronoth recogió una cierta polémica suscitada a raíz del entierro de los fallecidos en Israel. Tanto los hijos de Sandler como su viuda son israelíes. El rabino, sin embargo, no tenía pasaporte israelí y por lo tanto no tiene derecho a que Israel financie el traslado de su cuerpo.

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