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KONSTIANTÍN GRISHCHENKO | ministro de Exteriores de Ucrania

“No aceptamos condiciones para firmar un acuerdo con la UE”

En vísperas de la rúbrica de un acuerdo de asociación con la UE, el responsable de Exteriores de Kíev considera que Bruselas trata a su país "con doble rasero"

Ucrania y la Unión Europea tienen previsto rubricar este viernes en Bruselas su acuerdo de asociación, primer paso para acercar al país eurooriental a la UE. Para Kíev será una gran ocasión política mientras Bruselas habla de simple procedimiento técnico necesario para suscribir formalmente el acuerdo a finales de año, si las circunstancias lo permiten. Es decir, si para entonces están aclaradas las razones del encarcelamiento de la ex primera ministra Yulia Timoshenko, que ella considera políticamente motivado, y en particular si participa en las legislativas de octubre. Konstiantín Grishchenko, el ministro de Exteriores ucranio, mantiene que aunque el objetivo último de su país es “construir Europa en Ucrania”, su Gobierno rechaza la imposición de condiciones: “¿Qué país seríamos si aceptáramos que todo el mundo nos dijera cómo tenemos que actuar?”.

La máxima de europeizar su país resuena familiarmente en un oído español y el ministro explica qué es lo que pretende Kíev. “Durante casi 18 años hubo pocos cambios sobre lo heredado de la Unión Soviética. En Ucrania había una mentalidad soviética. Hace dos años, con la elección del presidente Víktor Yanukóvich, empezó el cambio: medidas anticorrupción, acceso a la información pública, legislación electoral, respeto a las minorías, igualdad de oportunidades...”, relaciona Grishchenko. “Nuestro futuro está en Europa y tenemos que asumir sus valores y mejorar la estructura económica”.

Palabras bonitas que no hacen flaquear a la Unión en sus constantes demandas de justicia clara y transparente para Timoshenko, condenada en octubre a siete años de cárcel por abuso de poder al pactar en 2009 acuerdos sobre gas con Rusia que Ucrania considera muy lesivos para los intereses nacionales. El recurso de la ex primera ministra contra aquella sentencia se saldó con la confirmación de la pena en diciembre, lo que generó nuevas protestas de Bruselas. “La justicia selectiva en Ucrania sigue necesitando nuestra atención”, declaró una desconfiada Catherine Ashton, responsable de la política exterior de la Unión.

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Salvo sorpresas de última hora, ambas partes rubricarán el viernes el tratado de asociación, pero tanto el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, como Ashton han manifestado que “el respeto por el imperio de la ley será de crítica importancia para la asociación política y la integración económica de Ucrania en la UE”. Otras voces son menos diplomáticas: “El país se está convirtiendo en un circo”.

“No se nos trata de modo justo”, se lamenta el ministro, de paso por Bruselas para participar en la conferencia internacional Brussels Forum. “Aquí hay un doble rasero. En Islandia se juzga al exprimer ministro y nadie en la UE dice nada”. No responde cuando se le pregunta a qué atribuye él ese trato presuntamente discriminatorio.

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Tras reconocer que el sistema judicial y penal de Ucrania necesita reformas –“que se están realizando, tras discutir con el Consejo de Europa”, dice--, Grishchenko subraya que Timoshenko siempre tiene la posibilidad a plantear su caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. “En ese caso cumpliremos con nuestra obligación [de acatar y cumplir el fallo], pero ella ha decidido no seguir por esa vía”, señala el ministro.

“No aceptamos condiciones previas para firmar” a finales de año, entre ellas, como ha apuntado Bruselas, que Timoshenko pueda concurrir a las elecciones parlamentarias de octubre. “Ese no es el modo de tratar con Ucrania. ¿Qué país seríamos si aceptáramos que todo el mundo nos dijera cómo tenemos que actuar?”.

Así que, tal y como están las cosas, la firma del acuerdo, más allá de la rúbrica procedimental del viernes, está muy en el aire. El presidente Yanukóvich la espera para este año y ha hecho saber que si no se llega a producir destituirá Grishchenko. “Si no hay firma no será una tragedia. Europa y Ucrania coincidiremos cuando estemos preparados. No sabemos cuánto tiempo llevará”, adelanta el ministro, que no teme por su futuro: “Yo he sido dos veces ministro de Exteriores. Soy diplomático, no político. He cubierto mis desafíos profesionales y satisfecho mi ego. Sabré ver el lado positivo de que el presidente elija a otro”.

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