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La ONU envía una misión a Siria para preparar el alto el fuego

Annan asegura que el Gobierno de Damasco se ha comprometido a respetar un alto el fuego a partir del 10 de abril. Rifaat el Asad afirma que el nivel de violencia en toda Siria hace imposible que el dictador pueda conservar el poder.

El ministro de Exteriores sirio, Walid Mualem (derecha), y el jefe de la Cruz Roja, Jakob Kellenberger.
El ministro de Exteriores sirio, Walid Mualem (derecha), y el jefe de la Cruz Roja, Jakob Kellenberger.AFP

Una avanzadilla del equipo de Naciones Unidas que eventualmente se desplegará en Siria para vigilar la aplicación del plan de la ONU y un posible alto el fuego llegará al país árabe en 48 horas. Así lo ha afirmado este martes Ahmed Fauzi, portavoz de Kofi Annan, el enviado de la ONU y la Liga Árabe para mediar con el régimen de Bachar el Asad.

"Los problemas son ahora generalizados en todas partes de Siria. No hay lugar que haya escapado a la violencia", afirma Rifaat el Asad

Mientras, la violencia prosigue en Siria este martes por mucho que el trabajo diplomático sea incesante. Annan comunicó el lunes al Consejo de Seguridad de esa organización internacional que el presidente El Asad le ha dado garantías de que retirará sus batallones de las calles el próximo 10 de abril para abrir la vía a un alto el fuego definitivo, a aplicar por ambas partes en un plazo de 48 horas a partir de esa fecha.

Según reveló la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice, Annan recibió el domingo una carta en la que el ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid Muallem, ofrecía iniciar la retirada de tropas de las calles el día 10, e incluso aseguraba que preferiría hacerlo en una fecha más pronta. Fawzi, el portavoz del enviado de la ONU en Ginebra, confirmó la existencia de la carta, según informa Reuters.

La estadounidense Rice, que es presidenta de turno del Consejo de Seguridad, dijo que en la reunión en la que Annan informó de la oferta del régimen, celebrada a puerta cerrada, “varios miembros expresaron preocupación por la posibilidad de que el Gobierno de Siria emplee los próximos días en intensificar la violencia, y mostraron escepticismo frente a la supuesta buena voluntad del Gobierno”. “Ya se han roto otras promesas en el pasado”, añadió la embajadora, en una conferencia de prensa.

Los países occidentales no creen en la promesas de que Bachar elAsad detendrá la campaña militar
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Un año después de que comenzara la campaña de represión gubernamental contra los manifestantes prodemocráticos, en la estela de la llamada primavera árabe, la ONU estima que las tropas leales al Gobierno han matado a más de 9.000 personas. Hasta ahora, el régimen ha contado con el respaldo de Rusia y de China, que en el Consejo de Seguridad han vetado sistemáticamente cualquier resolución de condena.

Annan, como mediador y enviado especial, se reunió el 10 de marzo en Damasco con el presidente El Asad, y le planteó un plan de paz de seis fases, que el sirio aceptó la semana pasada.

En esa hoja de ruta se contempla la retirada de los batallones de las localidades rebeldes, el acceso de organizaciones de ayuda humanitaria a los heridos, la entrada de informadores independientes al país y la liberación de los cientos de detenidos durante la revuelta.

Aun así, y según confirmó Annan en su reunión con el Consejo de Seguridad, en la que participó por videoconferencia, aún no ha habido una reducción de la violencia de las tropas gubernamentales en los bastiones rebeldes, como la ciudad de Homs. El lunes fallecieron 35 personas, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. De ellas, nueve eran rebeldes y ocho eran soldados. El domingo habían muerto 70.

La violencia también ha provocado un éxodo de civiles a países vecinos. Las autoridades turcas estiman que unos 400 sirios cruzan su frontera cada día. Precisamente, el domingo llegó a Siria el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Jakob Kellenberger, para pedir en persona un alto el fuego diario de dos horas, que permita ofrecer tratamiento médico a los civiles heridos. También reclama acceso a los detenidos por los soldados del régimen. La crisis todavía se augura larga, pero no son demasiados los dirigentes que apuestan por la supervivencia política de El Asad. Tampoco sus familiares las tienen todas consigo.

"No podrá mantenerse en el poder durante mucho tiempo". Rifaat el Asad, tío del dictador sirio exiliado en París desde 1984, ha declarado a la cadena británica BBC que los días de su sobrino Bachar al frente del Gobierno están contados. A juicio de Rifaat el Asad, que intentó un golpe de Estado contra su hermano (el entonces presidente Hafez) y que encabezó la brutal represión de los islamistas en la ciudad de Hama en 1982 (alrededor de 20.000 muertos), el actual dictador será incapaz de sobrevivir en el poder porque el nivel de violencia en toda Siria ya es "demasiado alto".

No sorprenden demasiado las palabras de Rifaat. Exiliado desde 1984, ya criticó vehementemente la sucesión en el trono republicano de Bachar en el años 2000, a la muerte de su padre. Rifaat se consideraba el sucesor legítimo. "Los problemas son ahora generalizados en todas partes de Siria. No hay lugar que haya escapado a la violencia, por lo que no creo que pueda permanecer en el poder. Aunque diría que podría seguir en el país para cooperar con un nuevo Gobierno", declaró Rifaat, que añadió que su familia es mucho más aceptada por la población siria de lo que afirman los opositores en el exilio, a los que calificó de "figuras sin significado".

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