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Rousseff viaja a EE UU para sellar su alianza con el Gobierno de Obama

Comercio, energía y política llenarán la agenda de la mandataria brasileña en su visita oficial

Juan Arias
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, conversa con el presidente de EE UU, Barack Obama en la cumbre del G-20 de noviembre.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, conversa con el presidente de EE UU, Barack Obama en la cumbre del G-20 de noviembre.AFP

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, viajará el próximo 9 de abril a Estados Unidos en una visita oficial que durará cinco días. La gira de Rousseff, considerara estratégica y clave para encarrilar las relaciones entre ambos países, está creando mayor expectación si cabe a la otra parte del Atlántico. Las invitaciones para asistir a la conferencia que la mandataria brasileña pronunciará el martes en la Universidad de Harvard (Boston) ya están agotadas. Alumnos y exalumnos de este centro, de donde han salido grandes figuras mundiales del pensamiento, han tenido que rifar la asistencia al acto. Otras diez universidades han cursado invitaciones a Rousseff para encuentros similares.

La importancia de este primer viaje oficial de la exguerrillera brasileña a EE UU reviste un interés especial por varios motivos. En primer lugar, Rousseff se lleva consigo a diez ministros y decenas de empresarios, un equipo que da muestra de la magnitud del encuentro bilateral. Su visita, además, servirá para mostrar el apoyo explicito de Brasil al presidente Barack Obama en año electoral. El Partido de Rousseff, el izquierdista Partido de los Trabajadores, no ha tenido malas relaciones con los republicanos de EE UU, hoy enfrascados en una batlla interna para elegir un candidato que plante cara a Obama. Los socialdemócratas brasileños del expresidente Fernando Henrique Cardoso han sido los que hasta ahora habían tenido un mayor acercamiento con los demócratas estadounidenses.

Rousseff tuvo ya en Brasil una empatía especial con Obama, que la cubrió de elogios y gestos de amistad durante su viaje al país sudamericano en marzo de 2011. Y la presidenta brasileña ha querido devolverle la visita. Pero hay mucho más: los temas oficiales a tratar durante la estancia de la presidenta brasileña en EE UU son educación, energía, innovación científica, inversiones y la agenda medioambiental de la conferencia de la ONU Río+20 que se celebrará el próximo mes de junio en la capital carioca.

Según adelantara días atrás Myron Brillant, de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos, “ha llegado la hora de que los Estados Unidos y Brasil se reconozcan mutuamente como socios estratégicos”. Obama ya ha expresado que desea un entendimiento especial con Brasil y unas relaciones con él como las que tiene con China e India, lo que indica que los nuevos lazos entre Washington y Brasilia podrían tener en el futuro una dimensión mundial.

A Washington le interesan los grandes yacimientos de petróleo de Brasil que podría abastecer a los Estados Unidos más cómodamente que Venezuela u Oriente Próximo. Estados Unidos y Brasil son además líderes mundiales en energías alternativas y los dos son los mayores productores de comida del mundo. Se calcula que en los próximos 30 años, la necesidad de alimentos se duplicará en el mundo.

Por último, los Estados Unidos quieren a Brasil como socio estratégico en la seguridad de la zona. Como destaca la analista política del diario Folha de São Paulo Eliane Cantmhêde “la zona del Orinoco en Venezuela y el Golfo de Guinea en África forman un triángulo poderoso en la nueva geopolítica mundial”.

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