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Un escándalo de comisiones ilegales salpica al presidente de Panamá

La fiscalía italiana investiga si el empresario Valter Lavitola, excolaborador de Berlusconi, sobornó a Ricardo Martinelli a cambio de concesiones para negocios

El presidente panameño, Ricardo Martinelli (izquierda), en una imagen de junio de 2010 junto al entonces primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.
El presidente panameño, Ricardo Martinelli (izquierda), en una imagen de junio de 2010 junto al entonces primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. Luis Pérez (AFP)

El presidente panameño, Ricardo Martinelli, se ha visto envuelto en un grave escándalo por el supuesto cobro de comisiones ilegales de manos de un empresario italiano vinculado al exprimer ministro italiano, Silvio Berlusconi. Martinelli salió rápidamente el lunes a desmentir que haya recibido una maleta con dinero enviada por Valter Lavitola, capturado en Roma como supuesto cabecilla de una red de negociaciones ilegales en Italia y Panamá.

Lavitola, quien dirigió el diario italiano Avanti, está acusado de corrupción y de extorsionar a Berlusconi a cambio de guardar silencio sobre las fiestas privadas del político, en las que supuestamente participo una menor de edad. Lavitola y otro empresario italiano, Giampaolo Tarantino, habrían organizado la red de prostitutas de lujo que acudió a las fiestas.

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Tras permanecer como fugitivo por más de ocho meses en América Latina, Lavitola viajó el lunes desde su refugio en Buenos Aires, Argentina, a Roma, donde se le detuvo y trasladó a una prisión en Nápoles. Antes de abordar el vuelo que le llevó a la capital italiana, argumentó: “No soy ningún delincuente, estoy cansado de esto. Por eso viajo a mi país a enfrentar la justicia”.

Lavitola fue presentado por Berlusconi a Martinelli en junio de 2010, casi un año después de que el político panameño asumiera el cargo.

Según ha publicado la prensa italiana esta semana, los documentos judiciales y los informes de los fiscales del caso apuntan a que el empresario recompensó con comisiones millonarias a Martinelli a cambio de una concesión para la construcción de un sistema de cárceles móviles. El pago se hizo mediante el envío de la maleta a su ministra de Gobierno y Justicia, Roxana Méndez. Las investigaciones de los fiscales Vicenzo Piscitelli y Henry John Woodcock mostraron que Lavitola se habría presentado como un “intermediario” de Martinelli y de otras autoridades panameñas para realizar “negociaciones ilícitas”.

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Lavitola, fugitivo
en Argentina, regresó
el lunes a Italia,
donde afronta cargos
por corrupción

“En Panamá ninguna empresa italiana está construyendo ni una cárcel”, alegó Martinelli, en un mensaje en su cuenta de Twitter. “Panamá no tiene nada que ver con eso, ni el presidente”, recalcó el portavoz del Gobierno panameño, Luis Eduardo Camacho.

Roxana Méndez, actualmente alcaldesa de la capital panameña, aseguró este martes que nunca recibió maletas con dinero. Sin embargo, la onda expansiva del escándalo ha golpeado al Gobierno, que mediante contratación directa compró en 2010 seis helicópteros, 19 radares y un mapa digital, por valor de 250 millones de dólares a la compañía italiana Augusta Westland, filial de la firma Finnmeccanica, también de Italia. Pese a que Lavitola es señalado como intermediario de esa  operación, el ejecutivo Marco Acca, representante de Agusta en la capital panameña, negó tener nexos con ese empresario y rechazó las acusaciones de sobreprecio que rodearon la operación. El precio, insistió, fue “justo, es un contrato directo”.

En este panorama, el rotativo londinense The Financial Times publicó el lunes que al empresario detenido se le indaga porque presuntamente habría sugerido entregar un soborno de 28 millones de euros a Martinelli, para ganarse un contrato por 176 millones de euros para comprar un sistema de cárceles que nunca prosperó.

“Las investigaciones de la Fiscalía de Nápoles son contundentes”, dice el abogado opositor y catedrático panameño Miguel Antonio Bernal. "Las informaciones de los diarios italianos no dejan lugar a dudas. Estamos ante un Gobierno que tiene como divisa mentir, mentir y no dejar de mentir”.

“A Lavitola lo iban a nombrar cónsul de Panamá en Roma. Era un estrecho allegado del Gobierno. Hubo varias diligencias sobre coimas [sobornos] millonarias”, agrega Bernal, al explicar que aunque las cárceles no se construyeron, “tampoco quiere decir que no se dio el coimeo. Ellos primero transan y después hacen y a veces dejan sin hacer”.

El periódico La Prensa, de Panamá, que ha investigado el caso a profundidad, informó que en el expediente en Nápoles se destaca la existencia de un “fondo negro” creado por Lavitola para pagar sobornos a políticos en Europa, Asia y América Latina. El empresario italiano tiene previsto comparecer en las próximas horas ante la Fiscalía de Nápoles.

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