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Los mercados votan por Sarkozy

Los gestores de fondos internacionales pronostican, en contra de los sondeos, un segundo mandato del actual presidente.Tras atacar al mundo financiero, Hollande trató de congraciarse con la City londinense

Los mercados no votan, pero gobiernan, como ha comentado repetida y críticamente el socialista François Hollande. Si votaran lo harían por Nicolas Sarkozy, conforme probaba hace unos días un sondeo según el cual el 40% de los gestores de fondos pronostica un segundo mandato al candidato-presidente, frente al 39% que ve a Hollande en el Elíseo. El socialista pasó por la City de Londres en la precampaña para asegurar a quien le quisiera oír que él no era un candidato peligroso, pero un triunfo suyo augura malos tiempos para Francia ante unos mercados voraces ahora volcados en España e Italia.

“No tiene nombre, ni rostro, ni partido, ni es candidato y, por tanto, no será elegido, pero gobierna: es el adversario, el mundo financiero”, diagnosticó Hollande en su singular discurso de Bourget, que pasa por ser de lo mejor de su carrera y que sirvió en enero de pistoletazo de salida para su carrera final al Elíseo. Aplaudido por seguidores electrizados que escucharon lo que querían oír, el candidato fue luego a Londres, a hincar la rodilla, como diría burlonamente Sarkozy, y repetir la jugada de gratificar oídos y asegurar que él no era “peligroso”, pronunciando explícitamente esa palabra “en inglés, pero con acento” como gusta de decir a quienes se interesan por su conocimiento de la lengua de Shakespeare.

Tras atacar al mundo financiero, Hollande trató de congraciarse con la City londinense

Aquella visita y la delicada situación de España e Italia ha librado hasta ahora a Francia de las indeseadas atenciones de los mercados, que vuelven a asomar en el horizonte al calor de los sondeos que atribuyen la victoria a Hollande. Esta misma semana ha corrido como la pólvora el rumor de que sobre Francia se cernía un nuevo golpe de las agencias de calificación. Ya en enero Standard & Poor's le privó de la deseada triple A en un golpe que Sarkozy enmascara ahora diciendo que mientras dos agencias no concurran en la opinión, el país no ha perdido la máxima calidad de su deuda.

Pero el país está en la cuerda floja y el diferencial, que históricamente andaba en los 30 puntos básicos por encima del alemán, anda estos días por los 120. Analistas del Credit Suisse aventuran que “los mercados reaccionarán probablemente de un modo más positivo a una victoria de Sarkozy, cuyas políticas se acomodan mejor a sus expectativas”, frente al triunfo de un Hollande con unos planes que “pueden parecer más arriesgados para las finanzas públicas y menos favorables para los mercados financieros y las grandes compañías”.

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