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JUAN VERDE | ASESOR DE LA CAMPAÑA DE OBAMA

“A Obama no hay que compararlo con Dios, sino con la alternativa”

Experto en voto hispano y codirector de la campaña internacional de Obama, afirma que los latinos van a ser "determinantes" en las próximas elecciones

Pablo Ximénez de Sandoval
Juan Verde, en Madrid.
Juan Verde, en Madrid.Claudio Alvarez

En el equipo de campaña de Barack Obama siempre tuvieron claro que el rival del presidente en el Partido Republicano sería Mitt Romney. Juan Verde (Telde, Gran Canaria, 1971), asesor electoral del presidente, codirector de la campaña internacional del Partido Demócrata, explica que Santorum o Gingrich eran “candidatos poco viables” por sus posiciones extremas. Verde está concentrado en conseguir votos y financiación para Obama entre los estadounidenses del exterior. Verde es especialista en voto hispano y asegura que buena parte de la estrategia de los candidatos pasa por ganar a esos nuevos votantes, “el grupo demográfico que más crece” de Estados Unidos.

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Pregunta. ¿Siempre han trabajado pensando en Romney como rival?

Respuesta. No es oficial, pero desde luego nosotros siempre hemos visto a Romney como el único candidato con opciones reales y el único que podía ser un rival para Obama. Desde el principio vimos una serie de candidatos poco viables y poco factibles, y vimos como algunos se iban que dando por el camino. El único que mostraba una capacidad de mantenerse en la carrera de larga distancia era Romney. Era el más moderado. En el sistema de primarias, los candidatos republicanos tienen que irse muy a la derecha para captar el voto del norteamericano de las bases, muy activo, con un perfil muy conservador, pero después la victoria está en el centro. Entonces este candidato tiene ahora que volver al centro a captar el voto más moderado. No pensábamos que Santorum fuese un candidato viable.

La última voz sobre la reforma sanitaria la tendrá la Corte Suprema. Si pierde, será un batacazo para Obama

P. Y después de todo lo que se ha dicho en la campaña, ¿Romney sí está en condiciones?

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R. Está por verse. Creemos que va a tener la capacidad financiera para ser un candidato formidable. Puede sorprender en Europa, pero ahora cierran filas y toda la maquinaria política del Partido Republicano se une bajo un frente común. Van a ser unas elecciones muy reñidas.

P. En vuestro lado, ¿este Obama que se va a presentar es el mismo que en 2008? En qué cambia? ¿Qué vamos a ver diferente?

R. Yo diría que el candidato Obama es la misma persona, con los mismos valores, los mismos ideales, pasión y entusiasmo, pero claramente no es el mismo hombre. Ha gobernado durante cuatro años.

P. ¿Tiene las mismas prioridades?

R. No. En parte no porque hay cosas que ya hemos logrado y por tanto las quitamos de la lista. Había grades prioridades en el primer mandato. La más importante para el país que era parar la hemorragia. Se habían perdido 8,5 millones de empleos, la Bolsa había perdido el 42% de su valor. Eso ya no puede ser una prioridad, porque el país ha retomado la senda del crecimiento. La segunda prioridad era la reforma sanitaria, que afecta a 41 millones de ciudadanos, una población como la de España.

P. ¿Ese tema está resuelto?

R. No. La última voz la tendrá la Corte Suprema. Desde luego, si pierde será un batacazo para Obama. Seguramente el veredicto final lo veamos en junio y tendrá un impacto directo en la campaña. Estamos seguros. Pero no pueden ser las mismas prioridades porque hemos hecho mucho. Yo creo que el candidato que vamos a ver es menos inocente. Porque llegó pensando que podía contar con el apoyo de los republicanos, y hubo un momento, cuando tenía mayoría en el Congreso y en el Senado que quiso gobernar buscando el consenso con los republicanos. Creo que eso hasta cierto punto fue un error, es mi opinión personal. Creo que es la misma persona, pero un candidato distinto, más curtido por la acción de gobernar.

Romney va a tener la capacidad financiera para ser un candidato formidable

P. ¿Sus electores también son distintos? ¿Su público es también menos inocente?

R. Yo creo que el pueblo americano es lo suficientemente inteligente para entender que cuando gobiernas no siempre haces lo que quieres, haces lo que te dejan hacer, lo que la oposición te permite hacer. La campaña se va a basar también en decir al público americano que hemos hecho muchas cosas y faltan muchas por hacer. Utilizando una frase del vicepresidente Joe Biden, no hay que comparar a Obama con Dios, sino con la alternativa. Estamos demostrando que la economía está mejorando y yo creo que eso va a ser la clave al final. Ya decía Clinton que la gente vota con la mano en el bolsillo.

P. ¿Seguís contando con un voto antiBush o antiguerra como en 2008?

R. Es una pregunta un poco categórica. Yo creo que seguimos contando con un electorado que está en contra de la injusticia. Por ejemplo, que no tiene ningún sentido que los multimillonarios americanos, como Romney, que tiene una fortuna personal de 300 millones de dólares, paguen un 11% de impuestos, mientras su secretaria, que puede ganar 30 o 35.000 dólares, pague un 40%. No tiene ningún sentido. Ese tipo de voto lo vamos a tener. Tenemos el voto que se opone rotundamente a que sigamos apostando por un modelo energético basado en los combustibles fósiles. Tenemos a los millones de norteamericanos que hoy tienen salud pública. Al final va a imperar el sentido común.

P. Cuando se dice que el voto latino va a decidir las elecciones. ¿A qué nos referimos? ¿Qué es el voto latino y en qué medida es determinante?

R. Yo sí lo creo. Yo empecé a trabajar en política en 1992 y he tenido la fortuna de que todo lo que he hecho ha sido sobre todo voto hispano. Los números están ahí. El último censo, a mediados del año pasado, demostró que hay más de 50 millones de hispanoparlantes en estados unidos. Matemáticamente es interesante. En usa el sistema a electoral se basa en colegios electorales, cuando ganas la mitad mas uno te llevas todos los votos del Estado. Los cinco Estados con mayor población de Estados Unidos son Florida, Nueva York, Illinois, Texas y California, con un gran denominador común interesante: el 80% de la población hispana se concentra en esos cinco Estados. Nadie puede ganar, matemáticamente, sin ganar al menos tres de esos cinco. Entonces, ¿jugará un papel importante? En mi opinión, determinante. Luego hay estados como Nevada, Arizona, Nuevo México, que probablemente terminen siendo estados clave, donde el voto hispano puede ser el margen de la victoria.

P. ¿Pero de qué manera hay un voto hispano? ¿Es un voto uniforme?

R. Es complejo, porque el hispano de Florida no tiene nada que ver con el hispano de California ni con el dominicano de nueva York. Es una comunidad con un denominador común, que es la cultura hispana, se identifican como hispanos. Pero muy compleja. Les llevan a votar temas distintos. El cubano se basa principalmente en Florida en el tema de Cuba. El portorriqueño se basa en el tema de educación y acceso a las oportunidades. El mexicano tiene otras prioridades. ¿Qué significa el voto hispano para nosotros? Que cualquier hispano, sea de donde sea, se considera ante todo hispano. Los hispanos son el sector demográfico que más crece, con el mayor número de emprendedores. Lo hispano está de moda en Estados Unidos, en el cine, en la música. Se venden más tacos que hamburguesas. Es un dato real.

El 80% de la población hispana se concentra en los cinco Estados más importantes

P. El rostro latino más importante del Partido Republicano, Marco Rubio, surge de la comunidad cubana de Florida.

R. Mi opinión es que podría ser el candidato republicano a vicepresidente. Normalmente, se busca un candidato a vicepresidente que tenga lo que a ti te falta, que te sume. Romney es del noreste, de Boston, moderado, tiene que buscarse un candidato hispano, sureño, muy de derechas. Y el wonder boy del partido es Marco Rubio. Además es joven, muy elocuente, con mucho entusiasmo, hispano. Pero tienen un problema como Santorum. No creo que [el candidato a vicepresidente] sea Santorum, porque se ha quemado mucho. Es un tipo que fue a Puerto Rico y dijo que el inglés tenía que ser el idioma oficial. ¿Un poco incongruente para luego intentar ganar el voto hispano, no? Marco Rubio está limpio, fresco, no ha sufrido el escrutinio de un proceso de primarias, que es brutal. Pero insisto, no se debe ver el voto hispano como una cuestión de Florida solamente. Históricamente el voto hispano ha sido demócrata. Cuanto más perdimos fue con Al Gore, porque Bush logró apelar a los valores familiares. El tema migratorio va a jugar un papel importante, el tema económico y el de la educación también. Yo creo que incluso a los cubanos de segunda y tercera generación el tema de Cuba les queda lejos.

P. ¿Cuánto influyen en la campaña los temas internacionales?

R. Es un país tan grande y tan complejo, que en algunos Estados, nada, en muchos Estados, poco y en unos pocos Estados, mucho. En general, poco. Yo estoy especializado en temas de sostenibilidad y liderando una plataforma ciudadana de los expatriados que viven fuera. Para que voten y recaudar fondos. Es una comunidad muy interesante. En 2000 perdimos las elecciones por 523 votos en Florida. Creemos que estas van a ser muy reñidas. Movilizar a la comunidad que vive fuera no se ha hecho hasta ahora. Creemos que hay entre 8 y 10 millones de norteamericanos que viven fuera, con un perfil muy único, con un nivel socioeconómico mucho más alto que la media en Estados Unidos, gente que les interesan los temas internacionales, política exterior, la imagen internacional de EE UU. Siguen la política estadounidense mucho más que la mayoría. Pero no participan porque el sistema es complejo.

P. ¿La política exterior de Obama llega al electorado? ¿Tiene alguna importancia en las elecciones lo que diga en Corea, en Cartagena o en El Cairo?

R. De nuevo, sí, pero depende de dónde. En Massachusetts sí, en Nueva York, en Miami por el tema de Cuba. De cara a la comunidad hispana pueden utilizar en contra de él lo que diga sobre México. Pero no es uno de los temas centrales de la campaña.

P. Es que hay decisiones del presidente que parecen explicarse en clave electoral, por ejemplo la conversación con Medvedev en la que dijo que necesitaba tiempo o el esfuerzo por frenar a Israel en un ataque a Irán.

R. Lo cierto es que si hay un presidente en la historia de usa que ha decidido gobernar pensando en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones ha sido Obama. Creo que francamente es un hombre de Estado, y me remito a los hechos. Un presidente al que todos sus asesores le dijeron que era un suicidio político enfrentarse al mayor lobby económico del país que es el tema de la sanidad, que después de haber perdido el escaño de Kennedy y haber perdido la mayoría del Senado siguió adelante a pesar de todo lo que le dijeron para sacar adelante la reforma sanitaria. Se enfrento a Wall Street y al lobby financiero cuando le dijeron que era un suicidio político, se enfrentó a las petroleras y al sector de combustibles fósiles, ha sido capaz de pensar siempre en lo que él creía que era lo importante para el país. ¿Significa que no pensamos en clave electoral? No me atrevería a decir eso. Pero creo con convicción absoluta que la toma de decisiones nunca es únicamente en clave electoral. Lo tengo claro en el caso del presidente Obama.

P. ¿Hay elementos de decepción con Obama que tendréis que combatir en la campaña?

R. Lo primero va a ser intentar entender que había unas expectativas absolutamente irreales con Obama. Si tu le preguntas a los sectores más radicales del partido demócrata estarán decepcionados porque Obama no ha hecho mucho. Los más radicales de los republicanos te dirán que ha hecho demasiado. Nunca se gobierna a gusto de todos. Como te decía antes, ¿lo comparo con Dios o con la alternativa que tengo? si hay tres temas importantes para mí, con que me pueda representar en dos, me vale. Eso es gobernar.

P. ¿La gente se entera de lo que pasa en el Senado, del filibusterismo y el bloqueo?

R. Esa va a ser nuestra labor. La gente en la calle no percibe lo que pasa en Washington pero sí percibe cómo le afecta. Percibe que Obama ha intentado una y otra vez pasar varios planes de estimulo económico en sectores como infraestructuras, construcción, colegios, y los republicanos no han querido. Estuvimos en varias ocasiones en una situación de impasse que estuvo a punto de bloquear el gobierno porque había unos señores, unos 40 o 50 congresistas del tea party que juraron ante dios, con la mano en la biblia, que no firmarían ningún proyecto de ley que apoyara el derecho a abortar o que subir los impuestos a los ricos. ¿Cómo gobiernas? Pusieron al país de rodillas. Eso sí que la gente lo puede comprender. Luego el día a día les da igual lo que pasa en Washington, pero pueden ver que su colegio no tiene financiación. Al final, es sentido común. ¿Por quién votas? ¿En qué dirección crees que te va a llevar cada candidato? El problema que va a tener Romney es la falta de congruencia, un día dice una cosa y otro día otra. Él ha dicho que Obama está desconectado de la realidad. Obama le respondió: “Sí, yo estaré fuera de la realidad, pero ¿cuántos americanos tienen una cuenta en Suiza?”. Él no representa a la inmensa mayoría de los norteamericanos. ¿Cómo va a conectar con el elector de Arkansas?

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Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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