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Cuentas pendientes ante el juicio al genocida Ratko Mladic

Serge Brammertz, fiscal jefe del Tribunal para la antigua Yugoslavia, reconoce, en vísperas del inicio del proceso, que “la protección de los testigos de las guerra de los Balcanes sigue siendo un problema para la justicia internacional”

Isabel Ferrer

Dos décadas después de la conclusión de las guerras de los Balcanes, Ratko Mladic, exgeneral serbobosnio acusado del genocidio de Srebrenica, está a punto de ser juzgado por el asesinato de 8.000 varones musulmanes refugiados en esa ciudad de Bosnia en 1995. “Mladic pasó 16 años huido, pero apenas uno después de su detención en Serbia, estamos listos para el proceso. Lo mismo que nuestros testigos, 411 en total”. Serge Brammertz, fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), ha presentado así la próxima apertura del proceso, previsto para el 16 de mayo. Una sola cosa oscurece su entusiasmo ante una jornada histórica: la protección de los testigos. “A pesar del tiempo transcurrido, sigue siendo un problema. En los países surgidos de la fractura de la antigua Federación Yugoslava todavía se intimida a los declarantes de los conflictos que les enfrentaron”, dice el jurista.

En un almuerzo con la prensa extranjera, Brammertz ha añadido que la cooperación con Serbia es buena, pero queda aún una asignatura pendiente en el caso de Mladic. “¿Cómo es posible que pasara 16 años escondido? ¿Quién le ayudó? A él y a Radovan Karadzic, el exlíder político serbobosnio. ¿Por qué no se ha detenido a sus protectores? Son preguntas clave sobre las que no hemos obtenido una respuesta satisfactoria por parte de Belgrado”, añade. El TPIY carece de competencia para investigar los detalles de la larga fuga de Mladic, por eso Brammertz señala a Serbia. “Si bien han arrestado a los fugitivos, nadie ha sido juzgado por protegerles. Las leyes serbias persiguen a los encubridores, y lo lógico sería que sus propios tribunales actuaran”.

De 69 años, Mladic fue detenido en Serbia en mayo de 2011 en casa de unos parientes. Según el fiscal, “está capacitado para comprender el proceso, que incluye crímenes de guerra y contra la humanidad”. “Su estado de salud es bueno y los jueces han autorizado la apertura del caso”. No fue así al principio. Durante los primeros meses en prisión preventiva, Mladic adujo sufrir las secuelas de dos derrames cerebrales ocurridos en los años de escapada. Cuando comparecía ante los jueces en La Haya, sede del TPIY, parecía confuso. Entre soflamas políticas e intentos de abandonar la sala de vistas, decía no estar en condiciones de afrontar el juicio. “Ahora es diferente. Él mismo asegura que se encuentra mucho mejor”, señala el fiscal.

Entre los testigos anunciados hay supervivientes de Srebrenica, antiguos detenidos en campos de concentración y civiles con la identidad protegida. “No se descarta la declaración de Thom Karremans (comandante de los cascos azules holandeses destinados a la protección de Srebrenica cuando fue asaltada por Mladic)”, ha dicho Brammertz, que dispone de 200 horas para presentar los cargos contra Mladic. Para octubre, le espera el juicio contra el serbocroata Goran Hadzic. Acusado de crímenes de guerra y contra la humanidad, el expresidente de la autoproclamada República Serbia de Krajina fue detenido en 2011. Su causa cerrará una etapa de la justicia internacional.

“El éxito del Tribunal para Yugoslavia se medirá también en los Balcanes. En cómo juzguen sus propios tribunales al resto de criminales allí detenidos. ELTPIY apoya la labor de la justicia nacional con el envío de miles de documentos, de los 7 millones guardados en nuestros archivos. Nunca se puede aceptar que un acusado escape a los jueces. Las víctimas merecen justicia”, concluye el fiscal.

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