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Cientos de detenidos en protestas en víspera de la toma de posesión de Putin

Un portavoz de la policía dijo que se habían efectuado más de 250 detenciones

Pilar Bonet

Una violenta confrontación entre las fuerzas antidisturbios y manifestantes que se dirigían a un mitin contra Vladímir Putin, marcó en Moscú la víspera de la pomposa ceremonia de toma de posesión de este político, que este lunes asume la presidencia de Rusia por tercera vez. El mitin, autorizado por el ayuntamiento, no pudo llegar a celebrarse debido a los disturbios.

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Un portavoz de la policía dijo que se habían efectuado más de 250 detenciones y fuentes médicas de la capital informaron que hay 27 heridos, de ellos 20 son policias, según la agencia Interfax. Al iniciarse la marcha que debía concluir en el mitin, un fotógrafo de la agencia oficial Itar-Tass pereció al caerse de un sexto piso cuando intentaba realizar su trabajo. Las autoridades rusas han iniciado una investigación criminal por "desórdenes públicos".

Porras, puños, adoquines, piedras, botellas, y hasta gases lacrimógenos y cócteles Molotov fueron utilizados ayer como armas en unos enfrentamientos que contrastan con las protestas pacíficas para exigir elecciones limpias, que tuvieron lugar desde diciembre de 2011 hasta marzo pasado. Entre los detenidos están varios líderes de la oposición, entre ellos el bloguero Alexéi Navalni, al que los agentes se llevaron agarrado de brazos y piernas, Serguéi Udalzov, del Frente de Izquierdas, al que la policía detuvo directamente del escenario al que había conseguido llegar, y el ex vicepresidente de Gobierno, Borís Nemtsov, obligado también a bajarse de una improvisada tribuna. Dmitri Peskov, el secretario de Prensa de Vladímir Putin, opinó que la “policía fue muy blanda” y afirmó que “yo, como moscovita, quisiera que hubiera sido más dura.”Vladímir Putin, dijo, está al corriente de los acontecimientos. Simultáneamente con los disturbios, en otra parte de la ciudad—la plaza Poklónnaia—los seguidores de Putin y los simpatizantes del Frente Popular apoyaban a su líder mientras contemplaban un espectáculo de música y canciones que fue convocado como contrapunto al mitin de la oposición.

“Tengo la impresión de que se acaba la época de las cintas blancas y comienza una época totalmente distinta y un escenario de enfrentamiento armado entre dos partes con puntos totalmente distintas”, dijo Txenia Sobchak, la activista de oposición y ahijada de Vladímir Putin.

Para sorpresa incluso de sus propios organizadores, al mitin contra Putin, convocado en la plaza de Bolótnaia acudieron entre 8.000 y 20.000 personas (según datos de la policía o de los organizadores respectivamente), muy por encima de las cinco mil que habían sido autorizadas. Más de un centenar habían llegado de San Petersburgo en un viaje lleno de peripecias que las fuerzas del orden público intentaron abortar.

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Un despliegue impresionante de policía y las fuerzas antidisturbios con cascos, chalecos y porras esperaban a los manifestantes en los accesos de la plaza Bolótnaia, a la que sólo se podía llegar tras una larga marcha jalonada de múltiples controles y por lo menos tres arcos de seguridad. La plaza había sido además dividida en sectores para limitar el número de manifestantes. El resultado de tanto obstáculo y celo por parte de la policía fue un atasco humano. Entonces, Serguéi Udalzov y otros de sus seguidores se sentaron en el suelo frente a los cordones policiales y una parte de los manifestantes trataron de romperlos. Siguieron golpes indiscriminados, heridas, sangre, desmayos y sofocos y escaramuzas que todavía duraban pasado las ocho de la noche, cinco horas después de la hora en que debía haber comenzado el mitin. Con la mano herida y los pantalones desgarrados, el sociólogo Dmitri Orezhkin opinó en los estudios del canal Dozhd que la violencia era el producto de una doble provocación, por parte de las fuerzas del orden público y por parte de los izquierdistas. El sociólogo vaticinó que la policía será más dura en el futuro. Por su parte, Vladímir Lukin, el defensor del pueblo, expresó su temor a una radicalización de la vida política e invitó a recordar la historia rusa y los sucesos que precedieron a la revolución de Octubre en 1917. El diputado de la Duma Estatal de Rusia (la cámara baja del parlamento) Iliá Ponomariov dijo a su vez haber visto provocadores, presuntamente de las unidades contra terrorismo, que habían actuado de paisano entre los manifestantes.

La multitud intentó formar barricadas con las cabinas de aseo instaladas en la plaza y volcó varias decenas de ellas. Los periodistas recibieron también golpes y palos y un policía de paisano arrojó el móvil de un corresponsal al rio Moscova, donde al final de la jornada, policías en barca recogían los cascos que flotaban en el agua.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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