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ELECCIONES MÉXICO 2012

Peña Nieto, bajo metralla en un debate que no permite la réplica directa

La cita en televisión se zanja sin un ganador ni perdedor contundentes El segundo y último debate será el 10 de junio

Salvador Camarena
Los cuatro candidatos, antes del debate.
Los cuatro candidatos, antes del debate.AFP

Víctima de un formato que se convirtió en un corsé que lo redujo a su mínima expresión, el primer debate entre los candidatos presidenciales en México se ha zanjado sin que hubiera claro ganador ni perdedor. La noche de este domingo, tres de los cuatro candidatos que comparecerán en las elecciones del primero de julio entrelazaron de manera desordenada, y casi esquizoide, reproches con promesas de gobierno desgastadas de tanto que han sido oídas en las últimas semanas en anuncios de televisión y entrevistas.

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En el encuentro de dos horas de duración, que no fue televisado por los canales de mayor audiencia, Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Andrés Manuel López Obrador, candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y otras dos organizaciones de izquierda, Josefina Vázquez Mota, del Partido Acción Nacional (PAN), y Gabriel Quadri de la Torre, del pequeño partido Nueva Alianza, igual contestaron las preguntas escritas por un grupo de expertos y formuladas por la moderadora que lanzaron ataques sobre insuficiencias y fallas en las biografías de sus contrincantes sin que nadie terminara muy lejos de donde comenzó antes de este domingo.

La cita, de cualquier manera, se caracterizó porque dos candidatos -Vázquez Mota y López Obrador- centraron sus críticas en Peña Nieto. Mientras, Quadri se presentó como lo que es: un ciudadano embarcado en una aventura, que reprocha a los políticos su desapego de los temas que según él interesan a la gente, aunque también es cierto que este académico presentó las más puntuales y documentadas propuestas en materias de economía, seguridad pública y justicia, desarrollo social y desarrollo sostenible.

El candidato del PRI abrió el debate a la ofensiva, al asegurar que los dos sexenios panistas han representado “el peor desempeño” de la economía en 80 años, y que, durante este tiempo, 12 millones cayeron en pobreza extrema. Fue una jugada que pronto quedó sepultada por las críticas de la panista y del candidato de las izquierdas, López Obrador.

“Los índices de competitividad de su Estado se desplomaron”, criticó Vázquez Mota a Peña Nieto, a quien pidió no hablar de intenciones que en el Estado de México - donde el priísta fue gobernador entre 2005 y 2011 -  “no pudo realizar". La panista citó enseguida a la ONG Transparencia Mexicana para decir que “el segundo Estado más corrupto y de peor gestión de gobierno es el Edomex” (Estado de México). Además, acusó al priísta de ser causante de que la Cámara de Diputados no haya avanzado reformas legales.

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La respuesta de Peña Nieto se construyó sobre un argumento que ya fue usado en contra de Vázquez Mota por sus compañeros en las elecciones internas panistas de principios de año. “El no haber concretado acuerdos en mucho se debió a sus ausencias en la Cámara de Diputados”, dijo el exgobernador mexiquense, que agregó que, como diputada, la panista faltó a siete de cada diez votaciones legislativas. Defendió además su gestión como gobernador del Estado de México y señaló que fue la cuarta entidad nacional que más inversión atrajo, que la deuda disminuyó en términos reales en 25% y que las agencias calificadoras elevaron su calificación en siete niveles.

“Vamos a democratizar los medios de comunicación, pues no les conviene que la gente sepa quién es realmente Enrique Peña Nieto, a quien quieren imponer”, dijo en uno de sus turnos López Obrador, que acusó a las televisiones mexicanas de favorecer al candidato priísta, particularmente a Televisa.

“Si la televisión hiciera presidentes, usted sería presidente, pues destinó mil millones de pesos (51 millones de euros) en su sexenio a comunicación social, esto representa el doble de lo de mi gobierno”, respondió Peña Nieto a López Obrador, que gobernó el Distrito Federal de 2000 a 2005, cuando renunció para ser candidato presidencial, hace seis años.

López Obrador argumentó en su siguiente ronda que tan solo en su primer año en el gobierno, (entre 2005 y 2006) Peña Nieto dio 691 millones de pesos (40 millones de euros) en publicidad a Televisa. Y agregó que Peña Nieto era hechura de “su tío” Arturo Montiel, su predecesor en la gobernatura mexiquense y uno de los políticos con peor fama pública en el país, con quien trabajó como encargado de administración.

Como respuesta, Peña Nieto mostró una fotografía ampliada de un periódico donde salía René Bejarano, quien fuera secretario particular de López Obrador, con los bolsillos llenos de dinero que le daba el empresario Carlos Ahumada. López Obrador contestó: “Mi exsecretario de finanzas Gustavo Ponce (quien fue descubierto cuando jugaba en Las Vegas cantidades lejanas a sus posibilidades) está en la cárcel, y Bejarano estuvo en la cárcel, y usted, que fue secretario de administración de Montiel, está aquí”.

“Vienen con la navaja afilada”, dijo Peña Nieto, y deslizó que sus contrincantes pudieron haberse puesto de acuerdo para atacarle y así tener, según él, el doble de tiempo. A pesar de ello, no se dañó mucho la imagen del priísta, pues no hubo nuevas revelaciones y los ataques repetían asuntos ya mencionados en la prensa de tiempo atrás.

El segundo y último debate será el 10 de junio en la ciudad de Guadalajara, cuando falten exactamente tres semanas para las elecciones

Si a lo anterior se suma que el debate tuvo una exposición limitada por la negativa de las dos grandes televisoras a transmitirlo en sus canales de mayor audiencia (TV Azteca programó a la misma hora un partido de futbol del Morelia, del cual es además propietaria), podría decirse que Peña Nieto ganó al salir relativamente ileso. Mientras que el papel jugado por López Obrador y Vázquez Mota tampoco les catapulta más allá ante el público. En todo caso la panista estará satisfecha por no haber sido objeto de ningún ataque de López Obrador, que pudo haber aprovechado la ocasión para destronarla del segundo sitio en las encuestas pero que en cambio centró sus lanzas estrictamente en el priista.

El segundo y último debate será el 10 de junio en la ciudad de Guadalajara, cuando falten exactamente tres semanas para las elecciones. Y aunque López Obrador y Vázquez Mota han planteado su deseo de realizar más debates -el primero quería 12 encuentros y la segunda planteó que debería organizarse uno más solo entre los dos candidatos que lleguen a la última parte de la campaña en los lugares más altos de las preferencias en las encuestas- se da por descartado que Peña Nieto acuda a alguno de esos intercambios, ni a ningún otro de los que han intentado organizar un par de medios de comunicación.

Esta es la cuarta elección presidencial mexicana en la que se celebran debates. El primero fue en 1994 entre Cuauhtémoc Cárdenas, por la izquierda, Ernesto Zedillo Ponce de León, por el PRI, y Diego Fernández de Cevallos, por el PAN. Este último, gracias a su ágil retórica de abogado litigante, fue reconocido como el ganador del encuentro. En 2000, se vieron las caras Cuauhtémoc Cárdenas, de nuevo candidato de la izquierda, Francisco Labastida Ochoa por el PRI y Vicente Fox por el PAN.

Y finalmente en 2006 hubo dos debates. Puntero entonces en los sondeos, Andrés Manuel López Obrador decidió ausentarse del primero de ellos. Esta decisión fue capitalizada por Felipe Calderón Hinojosa, del PAN, que logró consolidarse como rival del candidato de la izquierda, relegando al priísta Roberto Madrazo a un sotanero tercer lugar. En la segunda cita, López Obrador acusó a Calderón de otorgar a su cuñado contratos desde el Gobierno cuando el panista era Secretario (ministro) de Energía en el gobierno de Vicente Fox: el escándalo fue mayúsculo y casi descarrila las posibilidades de triunfo del hoy presidente.

En los debates de 1994 y de 2006 participaron también dos candidatas: Cecilia Soto y Patricia Mercado, respectivamente.

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