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El futuro del matrimonio homosexual en Estados Unidos

Las distintas posibilidades para el avance de diferentes leyes

Vista de un anuncio afuera del histórico The Stonewall Inn en Nueva York.
Vista de un anuncio afuera del histórico The Stonewall Inn en Nueva York.ANDREW GOMBERT (EFE)

La legislación del matrimonio homosexual en Estados Unidos depende de cada uno de los gobiernos estatales, creando un complejo mapa de normativas y prohibiciones que complica el avance de una ley a nivel federal.

El Congreso aprobó en 1996 la prohibición de las uniones entre personas del mismo sexo a nivel federal, 30 Estados han aprobado sus propias limitaciones al avance de estas leyes y el país carece, además, de una legislación que reconozca la igualdad de derechos de los homosexuales, ya que ni las uniones civiles ni las parejas de hecho garantizan las mismas condiciones a la hora de solicitar visados o hacer una declaración de impuestos conjunta.

Cada uno de los Estados, además, puede crear especificaciones diferentes en materia de adopciones, los beneficios de las uniones civiles y parejas de hecho en cuanto a pensiones o seguros médicos, el derecho a visitas hospitalarias o la consideración de los ataques a homosexuales como crímenes de odio con pena de cárcel.

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El presidente Barack Obama había afirmado en el pasado que “las parejas de gais y lesbianas merecen los mismos derechos y las protecciones legales de las que ya disfrutan las parejas heterosexuales”. Ayer dio un paso más, defendiendo por primera vez que los homosexuales “deberían poder casarse”. Pero en ninguno de los dos casos dijo que tal derecho debería existir en todos los Estados, ni que deba revocarse la ley de Defensa del Matrimonio (DOMA, aprobada en 1996), que prohíbe el reconocimiento del matrimonio gay a nivel federal.

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Las palabras del presidente norteamericano no cambian la legislación vigente, ya que las leyes matrimoniales son competencia de los Estados y las palabras de ayer quedaban en eso, en unas declaraciones históricas e importantes, pero unas declaraciones. El país seguirá contando con seis Estados, además del Distrito de Columbia, (todos ellos en la costa Este, menos uno) donde el matrimonio homosexual está legalizado, y otros tantos con prohibiciones constitucionales. Obama habrá evolucionado, pero el país sigue dividido prácticamente al 50% y, aunque cada vez se registra un mayor apoyo a la igualdad de derechos, también debe seguir su propio progreso, independientemente de la dirección que tome. Estas son algunas posiblidades:

La vía legislativa

Durante las dos últimas décadas, diversos Estados han planteado medidas legislativas y consultas populares sobre la legalización del matrimonio homosexual. Y casi siempre ha sido rechazado. En total, 30 Estados norteamericanos cuentan con una ley que prohíbe el matrimonio homosexual -el último de ellos fue Carolina del Norte, esta misma semana.

“Un día, el matrimonio gay será consagrado en forma de ley federal. Pero eso no ocurrirá hasta que fallezca el grupo de población que ahora pertenece a la tercera edad”, dice el analista Charles Mathesian. “No solo se oponen a estas leyes por amplios márgenes, también votan en porcentajes altísimos”.

El futuro de DOMA

La Ley en Defensa del Matrimonio fue firmada en 1996 por el presidente Bill Clinton, define el matrimonio como la unión “entre un hombre y una mujer”, y prohíbe reconocer a nivel federal el matrimonio entre dos personas del mismo sexo de manera que, si se han casado en otro Estado o en el extranjero, su Estado de residencia no está obligado a reconocer esa unión.

El Gobierno de Obama, en uno de sus varios pasos hacia su defensa del matrimonio gay, anunció en 2011 que dejaría de defender esta ley en los tribunales. Sin embargo, el presidente no añadió más detalles durante su entrevista este miércoles con la cadena ABC en cuanto a qué medidas puede tomar la Administración en contra de DOMA.

De momento, las palabras de Obama sí podrían impulsar el respaldo del Partido Demócrata al proyecto de ley Respeto al Matrimonio, que pretende revocar la DOMA gracias a una propuesta planteada por la senadora Dianne Feinstein.

El Tribunal Supremo

La corte superior de justicia de Estados Unidos podría aceptar en los próximos meses la denuncia contra DOMA y contra la Proposición 8 -que prohibió las uniones homosexuales en California en 2008- y pronunciarse sobre la inconstitucionalidad de ambas medidas. En tal caso, la sentencia del Tribunal Supremo anularía la vigencia de DOMA, pero eso no supondría la legalización del matrimonio homosexual en Estados Unidos.

Una decisión favorable del Tribunal Supremo seguiría dejando en manos de cada uno de los Estados la aprobación de diferentes leyes que respalden las uniones entre personas del mismo sexo, algo que requiere un largo proceso: la presentación de un proyecto de ley al mismo tiempo que la Cámara de Representantes estatal cuenta con una mayoría que apoye el matrimonio homosexual, así como un Gobernador dispuesto a firmar la legislación.

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