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Dos muertos en un atentado con bomba contra un exministro en Bogotá

El ataque iba dirigido contra el exministro del Interior Fernando Londoño, que resultó herido La policía desactiva además un coche bomba que las FARC querían hacer estallar frente a la sede de la Policía Metropolitana

Fernando Londoño, acompañado por un guardaespaldas tras la explosión.Vídeo: F. BUILES

Desde hacía tres años, Bogotá no vivía una escena de terror como la de ayer a las 11 de la mañana (hora local), cuando un vehículo con explosivos estalló en una concurrida zona del norte de la ciudad y dejó dos personas muertas, 48 heridas, algunas muy graves, y varios vehículos y edificios dañados.

Según las autoridades, se cree que el ataque estaba dirigido contra Fernando Londoño Hoyos, exministro de Interior y Justicia (2002-2004) con el expresidente Álvaro Uribe. En la actualidad, el exministro dirige la emisora Radio Súper y escribe una columna de opinión en el diario El Tiempo, donde suele defender férreamente a Uribe, criticar el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y respaldar a un sector de las Fuerzas Militares.

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De acuerdo con fuentes de la investigación, los autores del atentado colocaron los explosivos sobre el vehículo en el que se trasladaba el exministro, y estallaron cuando transitaba por el cruce de la calle 74 y la avenida Caracas, una zona comercial y universitaria, muy cerca del sistema de transporte público Transmilenio, donde a esa hora hay un alto flujo de estudiantes y transeúntes. Los muertos son un escolta y un conductor de Londoño. El exministro sufrió heridas en el rostro y traumas en el tórax y la cabeza debido a la fuerte onda explosiva. Londoño declaró desde el hospital: “Estoy bien. La herida más profunda la llevo en el alma”.

La capital colombiana, que desde la década de los ochenta y parte de los noventa prácticamente se acostumbró a vivir con las bombas y los ataques del narcotráfico, no padecía una situación similar desde enero de 2009, cuando un ataque parecido en la calle 82, también en el norte de Bogotá, dejó una decena de heridos y dos personas muertas. En esa ocasión el ataque fue contra una tienda que no había pagado una extorsión.

“Quiero condenar de la manera más enérgica este atentado. No entendemos cuál es el propósito, pero tengan la absoluta seguridad de que el Gobierno no se va a dejar descarrillar por estos actos terroristas”, dijo el presidente Juan Manuel Santos, quien decidió cancelar un viaje que tenía previsto a la ciudad de Cartagena para inaugurar la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. “El terrorismo no nos va a amilanar de ninguna forma y todo lo contrario, nos llena de coraje para seguir adelante”, agregó el mandatario.

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El presidente Santos no es el único que no entiende quién y con qué intenciones puso la bomba. El exministro Londoño, a pesar de sus polémicas opiniones de derechas, está prácticamente fuera de la arena política y nadie se explica la razón de esta acción terrorista de alto impacto. Después de la explosión el tráfico se colapsó en casi toda la ciudad, las imágenes de las destrucción se adueñaron de los noticieros de televisión y se tomaron estrictas medidas policiales.

De acuerdo con el alcalde de la ciudad, Gustavo Petro, se ha capturado a una persona, se están analizando los videos que grabaron la escena y se ha ofrecido una recompensa de 100 millones de pesos (algo más de 44.000 euros) para quien entregue información sobre los responsables del ataque. De manera extraoficial, las autoridades sospechan de que estos sean guerrilleros de la columna móvil Teófilo Forero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Precisamente, artificieros especializados desactivaron horas antes del atentado un vehículo cargado con explosivos que la guerrilla pretendía hacer estallar frente a la sede de la Policía Metropolitana de Bogotá.

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