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Un nuevo terremoto aterroriza el norte de Italia y causa al menos 16 muertos

Las víctimas han muerto en varias localidades cerca de Módena El temblor ha obligado a evacuar edificios en Milán, Bolonia y Florencia

La tierra volvió a matar ayer en Italia. Nueve días después del primer terremoto, que dejó un saldo de siete fallecidos y 6.000 personas sin hogar (que con los afectados de los temblores anteriores suman 14.000 personas), tres seísmos consecutivos golpearon de nuevo la provincia de Módena (región de Emilia Romaña) provocando al menos 16 muertos, 10 desaparecidos y más de 200 heridos. El primer temblor, a las 09.00 horas, fue el más fuerte. De magnitud 5,8 en la escala Richter, se sintió en toda la zona norte del país. La tierra ya no dejó de temblar en toda la mañana y dos fuertes sacudidas más —a las 12.56 y a las 13.01— contagiaron el pánico a toda la región.

Fuente: Instituto Gelológico de EE UU.
Fuente: Instituto Gelológico de EE UU.Mariano Zafra / El País

La cadena de seísmos, que según los expertos puede volver a repetirse en las próximas horas, volvió a golpear mortalmente los dos principales tesoros de Italia, su gente y su patrimonio histórico. En poco más de una semana, la bellísima región de Emilia Romaña ha visto desaparecer bajo los escombros siglos enteros de orgullo.

Grandes terremotos en Italia a lo largo del siglo XX

28 de diciembre de 1908 - Más de 82.000 personas murieron en un terremoto de magnitud 7,2 en Messina, en Sicilia.

13 de junio de 1915 - Unas 32.000 personas fallecieron cuando un seísmo de intensidad 7 en la escala Ritcher sacudió Avezzano.

23 de noviembre de 1980 - Otro terremoto, de una magnitud de 6,5, hirió a 7.500 personas y mató a 2,750 en las cercanías de Nápoles aunque el epicentro fue registrado en Eboli.

31 de octubre de 2002 - Un fuerte seísmo en Campobasso, al sur de Italia, acabó con la vida de 30 personas, la mayoría de ellas niños.

11 abril de 2003 - El último gran terremoto se dejó notar en el norte del país, donde temblaron edificios de Milán y Turín y muchas viviendas y colegios fueron evacuados.

Los días 20 y 29 de mayo de 2012 quedarán registrados en negro en la historia de Módena. Pero sus vecinos no solo recordarán esas fechas dramáticas, sino también lo que padecieron entre una y otra: el temblor constante de la tierra bajo sus pies, la sensación de angustia, el pánico. La noticia de las primeras víctimas llegó desde San Felice sul Panaro. Una nave industrial se vino abajo sepultando a dos trabajadores, un indio y un marroquí, y a un técnico italiano que precisamente estaba allí supervisando los daños del anterior terremoto. Solo unos minutos después, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, envió un mensaje de ánimo a la nación, casi un telegrama: “Superaremos estos momentos”. Pero las caras del jefe de Gobierno, Mario Monti, y del presidente de Emilia Romaña, Vasco Errani, eran de desesperación. A la hora del temblor se encontraban juntos en Roma planificando las ayudas a las víctimas del anterior terremoto. “Se hará lo posible lo antes posible”, se comprometió Monti.

Además de los fallecidos de San Felice sul Panaro, murieron otras cuatro personas en Cavezzo, tres más perdieron la vida en Catricalà y, el resto, en las localidades de Concordia, Finale Emilia, Cento, Novi di Módena y Medolla. Dos de las víctimas perecieron por causas indirectas al seísmo. El terremoto, con epicentro en Mirandola, fue sentido también en muchas zonas del norte y el centro del país. Las escenas de pánico se sucedieron. En Ostiglia (Lombardia), por ejemplo, una escuela se vino abajo segundos después de ser evacuada. Muchos de los edificios que ayer se vinieron abajo habían resultado dañados la mañana del 20 de mayo. Si la imagen de aquel temblor fue la del reloj de Finale Emilia partido por la mitad, una de las de ayer reflejaba las ruinas de la catedral de Mirandola, cuyo techo cayó sobre el altar.

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Y, como era de prever, tras el terremoto llegó la polémica. En dos direcciones. La secretaria del sindicato CGIL, Susanna Camusso, denunció que algunas de las víctimas de ayer son trabajadores que habían vuelto a trabajar bajo naves o fábricas ya dañadas. “Hace pensar que no se aseguraron las estructuras de forma correcta antes de permitir que las personas volvieran al trabajo”. De igual forma, Giampaolo Giuliani, el físico que predijo con varios días de antelación el terremoto de L'Aquila —que provocó más de 300 muertos en abril de 2009—, denunció que desde hace una semana había “señales” de la inminencia de un potente seísmo y que, de nuevo, fueron “ignoradas”. Sin embargo, Laura Peruzza, sismóloga del Instituto Nacional de Oceanografía de Trieste, le contestó que “no hay ninguna posibilidad de prever nuevas sacudidas del terremoto”.

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