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La deuda de Truman con el repartidor de periódicos queda saldada

El jubilado George Lund asegura que el presidente le adeudaba seis meses de reparto de diarios Después de 65 años, 7,50 dólares se han convertido, con intereses, en 56,63 dólares

Harry Truman, con un diario que incorrectamente le declaraba perdedor en las elecciones de 1948.
Harry Truman, con un diario que incorrectamente le declaraba perdedor en las elecciones de 1948.HARRY TRUMAN LIBRARY

Harry Truman murió hace 40 años. Pero una deuda que contrajo en vida no se ha pagado hasta hace sólo una semana. El presidente número 33 de Estados Unidos finalizó la intervención norteamericana en la Segunda Guerra Mundial, ordenó el uso de la bomba atómica en Japón y participó en la creación de las Naciones Unidas y la Alianza Atlántica. Pero nunca tuvo la oportunidad de pagarle una deuda de 7,50 dólares al chaval que le repartía el periódico a diario en su residencia de Misuri.

Ese chaval, George Lund, tiene ahora 80 años. Nunca llegó a cobrar la entrega diaria, durante seis meses, del periódico The Independence Examiner, en la residencia familiar de Truman, en el número 219 de la calle North Delaware, en la localidad de Independence, Misuri. El 23 de mayo, sin embargo, el Instituto de la Biblioteca Truman, dedicado a preservar el legado de ese presidente, le hizo entrega formal de 56,63 dólares, la cantidad original adeudada, más los intereses acumulados.

Estoy seguro de que el presidente Truman no evitó el pago. Tenía muchos problemas de los que ocuparse, muchos asuntos en la cabeza" George Lund, repartidor del Examiner en 1947

“Nunca pensé que se me pagaría esa deuda, y la verdad es que no le he dado mucha importancia. Hasta ahora ha sido una anécdota interesante que contar”, asegura Lund a EL PAÍS desde su residencia en Overland Park, Kansas. “Estoy seguro de que el presidente Truman no evitó el pago. Tenía muchos problemas de los que ocuparse, muchos asuntos en la cabeza. Era un hombre excelente y el hecho de que no pagara fue seguramente un descuido”, añade.

La deuda se contrajo en 1947. Lund tenía 15 años. Truman era presidente de la nación. A su esposa, Bess, le gustaba recibir el diario frente a la puerta de entrada de la casa, en el porche. A veces, el Servicio Secreto le prohibía al repartidor acercarse a la residencia, y le cogía el periódico de las manos para entregárselo al presidente. Lund reclamó el pago en alguna ocasión, cuando se le permitía acercarse a la puerta de la casa, pero nunca obtuvo respuesta. "A veces el presidente estaba en Washington", asegura. "Al fin y al cabo, su trabajo estaba allí".

Los 7,50 dólares se han convertido en 56,63 con los intereses acumulados a lo largo de 65 años. El repartidor los ha donado a una organización caritativa que ayuda a los soldados que regresan a EE UU del frente de guerra.
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La existencia de esa deuda se conoció hace un año, y en ese espacio de tiempo, el Instituto de la Biblioteca Truman ha estado revisando sus documentos, intentando encontrar pruebas de ella, como un recibo o una carta. En su archivo no se ha encontrado nada, pero los gerentes del Instituto han decidido efectuar el pago, confiando plenamente en la palabra de Lund, que después de repartir periódicos se dedicó a la arquitectura. Los 56,63 dólares que ha recibido han sido donados íntegramente a la fundación Quilts of Valor, una organización que se dedica a fabricar edredones y regalarlos a los veteranos de guerra.

“Recientemente recibimos una serie de documentos personales del presidente Truman, cedidos por su hija, Margaret, que falleció en 2008. El archivista los ha estado revisando, pero aun no ha encontrado nada que confirme o desmienta la deuda”, asegura Judy Turner, gerente de desarrollo del Instituto, por vía telefónica. “Aun así decidimos aprovechar el 128 aniversario del nacimiento del presidente Truman, en mayo, para saldar finalmente esa deuda a la que se refiere el señor Lund”.

El Examiner era el diario de referencia de la localidad de Independence, hogar de los Truman. En sus páginas se contó su boda con Bess, en junio de 1919. A través de ellas se informó de su ascenso, de dueño de una mercería a senador, de senador a vicepresidente y de allí, tras la muerte de Franklin D. Roosevelt, a líder del país. Truman siempre le dio trato de favor a los reporteros del Examiner, y le llegó a dar exclusivas a Sue Gentry, una periodista local que, en una ocasión, durante una visita a la Casa Blanca, llegó a escribir la noticia de la rendición de Japón en la Segunda Gran Guerra en la máquina de escribir del propio presidente.

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